Faus – Apestate (EP)

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 4 de mayo de 2018
Discográfica: Blackhouse Records
 
Componentes:
Alex Chaffin - Voz
Mike Angelini - Guitarra
Anthony Pérez - Guitarra
Ezra Christopher - Batería

Temas

1. Jiggle Physics (5:47)
2. Wreck-Election Day (4:48)
3. Every Man for Herself (5:28)
4. Cost Effective (4:27)
5. Your Dirty Left Hand (2:10)
6. Magnum Opress (3:23)

Multimedia







Escucha y compra

Este disco en Amazon: Faus – Apestate (EP)
Todos los discos de Faus en Amazon


Bello… pero de una manera extraña. Esto suele decirse cuando alguien es fe@, pero él o ella es una persona genial y tiene una gran personalidad, o algo así, y no quieres ofenderle. Aplicado a las personas, la palabra «extraño» casi siempre tiene una connotación negativa, pero este mismo término, dentro del campo artístico, y sobre todo aplicado a la música, más bien significa todo lo contrario… aunque no siempre ha sido así.

En algún lugar y momento del continuo espacio-tiempo (nunca está de más homenajear a una de las mejores trilogías de la historia del cine) de los últimos diez o quince años, la palabra extraño se ha convertido en algo con una connotación negativa. Pasó de ser un adjetivo inocuo e inofensivo a algo casi despectivo, relegándolo a una de las esquinas de la habitación -arrodillado y de cara a la pared-, solo reconocido cuando se usa para atribuir arbitrariamente cosas malas a algo que podría no ser malo y que incluso podría ser hasta bueno. Es como cuando Marty viaja accidentalmente al pasado (1955) y se encuentra con sus padres y su madre se enamora de él, lo cual pone en riesgo su propia existencia. Al final resuelve la situación y regresa… pero igual impacta la realidad de 1985; aquí está el punto de inflexión, la afectación a la línea espacio-temporal. Al viajar al futuro, el viejo Biff Tannen entrega a su yo más joven el almanaque de estadísticas deportivas. Total, que el tipo empieza a apostar ya sabiendo los resultados, y se forra… y así llega hasta el presente (1985) alterno, modificado por el viaje de Biff al pasado (de 2015 a 1955), en le que Hill Valley es un caos y él es un hombre muy adinerado (un Trump de la vida) que asesinó al padre de Marty y se casó con su madre, Lorraine. ¿Se entiende, no?

El universo musical está lleno de freaks que siempre han tratado de ir a la suya, de despuntar allí donde nunca antes nadie lo había intentado, y de (ocasionalmente) conseguirlo. Me vienen a la cabeza nombres como Frank Zappa, Björk o, porqué no, alguna de las muchas reencarnaciones del genio de Mike Patton. Todos ellos, y muchos más que seguro tenéis en mente, han intentado (y logrado) ir un paso más allá, lo que podría traducirse en un enriquecimiento de esa disciplina, en ocasiones tan pateada, que es la música. Lo de siempre, aburre; lo innovador enriquece tu cuerpo, mente, alma y, por encima de todo, tu espíritu. En otras palabras: eres mucho mejor persona si escuchas tu copia descargada ilegalmente el Swordfishtrombones (1983) de Tom Waits, que si le pagas a iTunes 1€ (o lo que valgan ahora las canciones) por descargarte «El anillo» de Jennifer López.

La banda que aquí nos ocupa son una rara avis, unos freaks, y son un ejemplo meridianamente claro y explícito de que que «raro» no significa «malo» o «desagradable». Apestate (2018) es caótico, pegadizo, aplastante y tan divertido como te puedas imaginar, combinando grooves con sonidos de todo tipo y/o procedencia y con ráfagas y más ráfagas de enfermizos riffs de guitarra. Y todo con un candor inigualable, que combina y pilla prestado de aquí y de allá, de monstruos y maestros de lo bizarro como Every Time I Die. Faus es una versión frenética y estimulante de la música más agresiva que, aunque no se presta especialmente a ser descrita, es una experiencia que exige ser vista, oída y, por encima de todo, digerida.

Pero no solo el contenido de Apestate es extraordinario, singular e insólito. Su impactante portada, obra de Bob Gibbs, batería de la banda de deathcore Extortionist, también es rara de cojones. Se trata de su primera obra, en formato EP, desde que publicaran en el año 2013 Technical Jargon and Partisan Rhetoric, y está producida por Dawson Schulz, vocalista y guitarrista de otra banda difícil de clasificar, The Ongoing Concept. Faus está formado por Alex Chaffin (voz), Mike Angelini (guitarra), Anthony Pérez (guitarra) y Ezra Christopher (batería). El grupo ha girado, siempre (hasta el momento) localmente, por el noroeste de los Estados Unidos y ha compartido escenario con bandas tan notables como los ya-tristemente-desaparecidos-pero-por-favor-volved-pronto The Dillinger Escape Plan, The Chariot, Animals as Leaders, Norma Jean o Periphery.

Antes de adentrarnos de lleno en este EP, quisiera hacer mención al título y a su significado. Si buscáis en un diccionario -llamadle Collins, llamadle Google– el término «apestate», veréis que no existe, pero os sugieren otro que sí es real: «apostate». No, no se trata de un error de imprenta; es intencional. «Apostate» (apostatar), que es algo que todos y cada uno de nosotros debería hacer en vida, significa negar la religión y sus ideales, abandonarla para seguir otros diferentes. Cambiar «Apo» por «Ape» (simio; de ahí la forma del cráneo que aparece en la portada) parecía apropiado por aquello del tema de la evolución, ya sabes. Ahí lo tenéis.

Faus toma partes del hardcore, thrash, post-hardcore, metalcore, punk, y las combina de una manera que suena desordenada, pero de hecho, brillante. En propias palabras de la banda, ellos practican Northwest heavy tech punkApestate es una experiencia maníaca, de principio a fin, usando disonancia y energía bruta para agarrar la cabeza del oyente desde los primeros segundos de «Jiggle Physics», a través de «Every Man for Herself» y «Magnum Oppress». La banda suena exageradamente histriónica pero muy cohesionada a la vez. Una cohesión que se traduce en una fuerza tan aplastante que da incluso algo de miedo. El batería Ezra Christopher se une a los guitarristas Mike Angelini y Anthony Pérez para pulverizar al oyente a través de mil y un pasajes lacerantes y punzantes. La creatividad y el talento de Christopher detrás de su kit queda de manifiesto a lo largo de todo el EP, pero canciones como «Wreck-Election Day» y «Jiggle Physics» podrían ser el vértice de su creatividad. El tío lo toca todo… y de qué manera. Te pasa de unos patrones relativamente sencillos a otros en los que se hace muy complicado seguirle las manos, de esos de dejarle la mandíbula abierta del oyente. Este tío está a la altura de titanes de la talla de Aaron Kitcher (Infant Annihilator) o Lee Stanton (Thy Art Is Murder). Tanto Angelini y Pérez son igual de impredecibles, arremetiendo con igual fervor en «Every Man for Herself», que nos muestra a unos Faus en su forma más agresiva y autoritaria (pero también en su forma más ecléctica). Cada canción es diferente, pero sin sacrificar la fluidez del todo, con Christopher pavimentando un camino para que sendos guitarristas nos destrocen a base de riffs y chugs por todas partes. Si bien Apestate puede ser un poco incoherente a veces, lo hace de una manera divertida e intrigante: una que le ruega al oyente que se sumerja aún más en las profundidades del abismo que es este disco.

Apestate no se detiene en su exhibición de excentricidad instrumental, pues Faus cuenta con unas cuerdas vocales de infarto, cortesía del bueno de Alex Chaffin. Su rango vocal es simplemente increíble: desde la curiosa mezcla de gritos crudos y alaridos espeluznantes en «Jiggle Physics», pasando por el canto casi en trance que se cuela en ocasiones entre las notas que componen «Every Man For Herself». No sé porqué, pero se me antoja que este tipo es un «person» al que no hay que quitarle ojo de encima…

Tras analizar la instrumentación y los berridos, me gustaría dejar para el final el contendido de las letras de las canciones. Las lyrics es algo a lo que, en demasiadas ocasiones, no les prestamos la atención que se merecen, quizá en parte por el cateto nivel de inglés aquí existente, o quizá porque, con tantos cambios y giros, uno pierde el norte, el hilo y no se empana de lo que se está narrando. El tema de las canciones se presta a una especie de clamor o inquietud hacia el estado de la civilización actual, o quizá el credo que tratamos de negar y los males que todo ello conlleva. En ese sentido, «Everyman For Herself» está escrita desde la perspectiva de un ex conquistador revolucionario convertido en corrupto. Recordad: no importa cuán noble sea una causa, ya que la estratificación social de la sociedad parece extender la distancia entre los roles, entre nosotros y ellos; otra crítica al status quo actual. «Wreck-Election Day» es una explosión contra una parte de los Estados Unidos que te (no a nosotros, a ellos) llama a evolucionar a partir de viejas formas que ya no nos convienen (tanto a ellos como a nosotros); y «Magnum Opress», por ejemplo, trata sobre la disonancia cognitiva moderna a la que todos estamos tratando de enfrentarnos, de una u otra forma, y sobre cómo tal vez deberíamos darnos por vencidos y optar por no participar; es como una llamada a la extinción, si queréis.

Apestate está por todos lados. Implacables y devastadores, Faus combinan tecnicismo, energía, emoción y algo más (que cada uno saque sus propias conclusiones) para darnos de hostias y dejarnos agonizando en el suelo, pero con un boner que para qué. Tomad una pizca de punk, una parte de hardcore, unas gotas de metal y, al menos, tres cuartas partes de locura. Agitadlo todo y ahí tenéis a Faus, una banda que merece, sin dudarlo, tu atención.

Moraleja: sé tu mismo. Deja que la gente vea tu verdadero yo, a la persona real, imperfecta, defectuosa, estrafalaria, extraña, hermosa y mágica que eres.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.