Féleth – Depravity

La joven formación noruega Féleth nos presentan este 2020 su disco debut llamado Depravity, un trabajo que desborda calidad por todos lados y que supone un poco de aire fresco ante bastantes lanzamientos que no suponen ningún riesgo y que se basan en repetir lo mismo de siempre. Estos chavales se han sacado de la manga un disco maduro y lleno de contundencia, buena técnica y lo más importante, con canciones muy bien estructuradas, pegadizas y llenas de matices. Anteriormente habían sacado un EP llamado The Covenant (2017) y unos cuantos singles del nuevo disco en formato digital.

Entre sus influencias podemos detectar a grupos como Revocation, Gojira, The Faceless o Cattle Decapitation por nombrar solo algunos grupos que se me vienen a la cabeza mientras los escuchas. El trabajo de todos es excepcional con unas guitarras muy elaboradas, un bajo presente que sustenta desde la base todo el peso junto a una veloz y poderosa batería. El cantante también realiza una labor encomiable con varios registros y mostrando una depurada técnica.

Y bueno, Noruega no es un país muy ávido a tener grupos de death metal, lo suyo más bien es el black metal pero tenemos ejemplos como Blood Red Throne, una también clara influencia donde reflejarse para así darse a conocer al resto del mundo.

«Ember» es la encargada de dar inicio a Depravity y es perfecta para familiarizarse con el sonido y con su propuesta. Le sigue una genial «Hollow Words» en la que se vislumbran mucho sonidos de los americanos Revocation, uno de los mayores exponentes del death/thrash metal técnico. La buena estructura y los solos que nos ofrecen tienen un sello de calidad y el sonido que han conseguido en conjunto es sensacional, muy profesional.

Con un poco más de groove y más thrasher que las dos anteriores se nos presenta «Ravenous» con unos buenos acelerones en algunas partes pero que se mueve más bien en medios tiempos con un doble bombo muy marcado. Aquí tiran más de grupos como Lamb of God pero sin ser un calco, o sea, pillan de aquí y de allá para crear su propio sonido aunque no inventen nada nuevo.

Velocidad y mala leche en un genial mix entre death y thrash metal es lo que nos muestran en «Walking On Clouds». Su mezcla de estilos abarca tanto cosas modernas como old school y en algún momento puede que suenen a deathcore pero no es muy habitual, que no se asusten los puristas. Y si quieres variedad en «Dissolution» realizan una aproximación al brutal death con algunos coros bastante hardcore y ciertas influencias a lo Behemoth. En esta incluso se atreven con una parte bastante experimental con un registro vocal y musical rozando el black, o sea, que por dinamismo y ganas de querer abarcar los máximos estilos posible no será. Y lo curioso es que les ha quedado la mar de bien.

Continúan con el single nombrado antes «Pestilence», una canción técnica, retorcida, oscura y con un desarrollo bastante diferente al resto. Tiene una atmósfera opresiva que te mantiene en tensión con unos riffs que me recuerdan a Scarve o Darkane por poner un par de ejemplos. Una pieza muy bien parida como el resto con algo más de contundencia y variedad de ritmos.

«Pale Tongue» es una canción más épica y pretenciosa con una batería hecha con muy buen gusto. Su cantante Espen nos deleita con un buen surtido de registros y sus guitarristas se explayan a gusto. Aquí nos encontramos con una parte en la que nos regalan voces limpias realizadas por Petter Carlsen en una onda muy delicada en contraposición con lo visto hasta ahora.

Para terminar tenemos «Swan Song», una pieza que se presenta con unos sugerentes tappings en una larga introducción con la que van progresando hasta meternos en un mar de poderosos riffs y breaks modernos, un buen ejemplo de lo que son capaces estos chavales.

De verdad que me han sorprendido gratamente y a cada escucha van ganando mucho. Así que si te gustan todas las referencias que he ido nombrando dale unas vueltas a este Depravity que de buen seguro no te dejarán indiferente.

Robert Garcia

Death, thrash, djent, dark, progresivo, doom, black, experimental, jazz, clásica, electrónica… La música me mantiene vivo, es una droga que da sentido a este extraño sueño llamado vida. Músico autodidacta, guitarrista, cantante y enfermo de escuchar y escuchar música sin parar.