Estar 40 años siendo enemigo del estado español, y celebrarlo es un logro espectacular. La lucha que Fermín Muguruza inició en los años 80 sigue siendo tristemente vigente hoy en día, y su carrera musical, siempre inquieta, comprometida y reivindicativa, ha logrado convertirse en un referente. Un detalle clave de su obra: casi toda su música está cantada en euskera, porque las lenguas, como las canciones, también son armas de lucha.
El resultado de esa trayectoria fue un Palau Sant Jordi casi lleno, donde se congregaron varias generaciones de seguidores, personas de distintos ámbitos del mundo de la resistencia y la lucha. Fermín, en su mejor forma, desplegó su energía habitual sobre el escenario, acompañado de una banda impecable. La noche, como era de esperar, fue una gran fiesta. Para calentar motores, la selección musical de The Morning Sounds y Desgavell Selectors ofreció una dosis de clásicos del reggae y el ska, perfectamente elegidos para poner al público en ambiente.
El grupo invitado de la noche fue Gailu, un power trio formado por Mikel «BAP!!» Abrego (batería), Okene (voz, samplers, trompeta) y Drake (bajo, contrabajo, voz). Volver a ver a Mikel, ex Negu Gorriak y compañero de Fermín en tantas giras, fue un momento emotivo. Su show, interesante y peculiar, recorrió distintos estilos con una actitud contundente, combinando sonidos modernos con toques más tradicionales. Fueron los invitados perfectos para esta fiesta en honor a Fermín Muguruza.
Para quienes llevan más de tres décadas empapándose de sus canciones, es evidente que la música de Fermín Muguruza nunca ha sido estática. Sus directos han sido siempre un terreno de reinvención, desde aquel Azken guda dantza (1988) de Kortatu hasta el impactante Hipokrisiari Stop! (1994) de Negu Gorriak, un disco que, cuando salió, me voló la cabeza y me abrió las puertas al universo de Fermín. Su inquietud por dar nuevas vidas a sus canciones ha sido una constante, como lo demuestra el directo Sala Apolo, Barcelona 21/01/04 (2004), recientemente editado en vinilo por Kashba Music, o sus múltiples revisiones y remixes, desde Nola? Irun meets New Orleans (2015) hasta incontables reinterpretaciones de su repertorio.
Por eso, esperar un concierto convencional habría sido un error. Y, por suerte, una vez más, Fermín salió victorioso: casi tres horas de concierto, 34 canciones y un repaso por toda su carrera, con más de una sorpresa que el público recibió con entusiasmo y gratitud.
Tras una introducción en las pantallas que servían de telón de fondo para el concierto, comenzaron a aparecer sobre el escenario algunos de los sospechosos habituales en los directos de Fermín Muguruza. Xabi Solano al triki y Víctor Navarrete al bajo, veteranos ilustres y queridos, compartieron protagonismo con Matah y Charlart 58 de La Kinky Beat, banda que también ha celebrado el aniversario de Kashba Music con la reedición en vinilo de su primer disco. A la batería, Glòria Maurel, quien lleva tiempo marcando el ritmo junto a Fermín y fue parte de la espectacular Micaela Chalmeta Big Band. La sección de vientos, compuesta por Jon Elizalde, Aritz Lonbide e Igor Ruiz, aportó solidez, mientras que la acertada incorporación de Lide Hernando, ex líder, cantante y guitarrista de Liher, completó la alineación.
Con todos ellos en escena y una ovación atronadora de un Palau Sant Jordi entregado, las primeras notas de «Maputxe» encendieron la noche, preparando el terreno para que «Urrun» diera paso a la esperada aparición de Fermín, que fue recibida con aún más entusiasmo. Con una discografía tan extensa, la selección de canciones para un concierto como este no debió de ser tarea fácil, pero el resultado disipó cualquier duda. «Eguraldi lainotsua hiriburuan» enlazó con «Urrun», ambas extraídas de Brigadistak Sound System (1999), su primer disco en solitario, en el que ya dejaba claro que su evolución musical sería imparable.
El primer tema de Kortatu, «Hay algo aquí que va mal», se recibió como un himno, al igual que casi todas sus canciones, y no es de extrañar, dado el impacto que ambas bandas, Kortatu y Negu Gorriak, tuvieron en su momento. El guión del concierto consistía en recorrer las diferentes etapas de la vida de Fermín, y llegó el turno de «Balazalak» del Asthmatic Lion Sound System (2008), antes de hacer vibrar nuevamente el Palau Sant Jordi con «La línea del frente». Recuperó también «Berlin – Ulrike Meinhof» del disco que grabó con The Suicide of Western Culture, en una versión menos electrónica que la de B-Map 1917 + 100 (2017). Luego, llegó la aclamada «In-komunikazioa», donde, al igual que en «Urrun», la sección de vientos y las voces femeninas fueron fundamentales para convertir ambas en algunas de las mejores de su carrera en solitario. Y, como el ambiente seguía incendiado, un «Desmond Tutu» para reducir el ritmo, pero sin perder intensidad, que mantuvo con «Newroz».
De sus primeros y prolíficos años en solitario, no podía faltar FM 99.00 Dub Manifest (2000), que abrió paso a «Big Beñat», transformando el Palau Sant Jordi en una pista de baile desbordante, ya fuera en la pista o en las gradas. Y como la noche pedía movimiento, llegaron dos cortes de Euskal Herria Jamaika Clash (2006): «Azoka eguna» y «Euskal Herria Jamaika Clash», intensificando aún más la fiesta. Con la energía en su punto álgido, rescatar dos temas de Kortatu solo sirvió para avivar las llamas: «A la calle» y «La familia Iskariote» desataron el frenesí entre el público, que se entregó sin reservas al ritmo de sus canciones.
Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con «Bizitza zein laburra den», dedicada a su hermano y compañero Íñigo Muguruza, fallecido en 2019. La última vez que compartieron escenario fue en el Festival Grec de Barcelona, junto a la Micaela Chalmeta Big Band. Las imágenes de Íñigo en las pantallas añadieron solemnidad al recuerdo, con Lide Hernando asumiendo las voces al inicio de la canción, en un homenaje tan sentido como hermoso.
Tras ese instante de emoción, Fermín retomó la celebración con «Nicaragua sandinista», antes de dar paso a «Black Is Beltza», un guiño a su faceta como director de cine, precedida por una conmovedora versión a capela de «Down to the River», interpretada por Matah, Lide y Xabi.
Otro himno de Kortatu que no podía faltar fue «After-Boltxebike», y, como era de esperar, aquello se convirtió en un pogo gigantesco donde veteranos y jóvenes nos fundimos en el torbellino de una canción que, además, dejó espacio para un breve pero brillante solo de batería a cargo de Glòria Maurel.
Tras reivindicar la resistencia de la Casa Orsola, llegó la primera incursión en el universo de Negu Gorriak con «Hiri gerrilaren dantza», extraída del magnífico Ideia zabaldu (1995), que encajó a la perfección con «Bidasoa fundamentalista», la poderosa pieza del álbum que grabó junto a Dut en 1997. Esta última evocó recuerdos de aquel inolvidable concierto en el Pavelló de la Vall d’Hebron, a escasos 200 metros del lugar desde donde escribo esta crónica.
El momento se volvió aún más simbólico cuando una estelada y una bandera de Negu Gorriak aparecieron en escena, justo antes de que Fermín recordara a Enrique Rodríguez Galindo, figura clave en los oscuros años de la represión. Ese ambiente de memoria y lucha desembocó en la primera colaboración de la noche: Mikel «BAP!!» Abrego, quien había actuado antes con Gailu, se unió en la percusión para dos clásicos de Negu Gorriak, «B.S.O.» e «Itxoiten», aportando aún más fuerza a la celebración y reviviendo tiempos de hermandad y resistencia.
Fuera de su repertorio habitual, Fermín interpretó dos versiones que, con el tiempo, ha hecho tan suyas que muchos las consideran parte de su legado. Es un mérito bien ganado, ya que tanto «54-46» de Toots & The Maytals como «Respect» de Otis Redding —reconvertida en «Errespetua»— han sido moldeadas a su estilo sin perder su esencia original. Sin embargo, esta última llegaría más adelante. Antes, fue el turno de «Etxerat!», preparando el terreno para el impacto de «Zu atrapatu arte», interpretada con la colaboración de Karlos Animal de Non Servium. El vocalista madrileño aprovechó la ocasión para agradecer a Fermín su incansable labor como referente de la lucha antifascista, un reconocimiento más que merecido en una noche cargada de tantísimo significado.
La parte festiva volvió con fuerza, primero con dos canciones más de Negu Gorriak. Los acordes de «Kolore bizia» pusieron a todos a bailar, y «Radio Rahim» se desató aún más cuando dos bailarinas de los colectivos Follow the Party y Afrocolectiva se unieron al escenario, llevando la energía del concierto a un nivel superior. El primer final llegó con «Dub Manifest», que cerró este tramo de manera contundente, con las pantallas proyectando el grito: «Venim de lluny, ho tornarem a fer, endavant les atxes!» La ovación fue rotunda, y Fermín y su banda se retiraron para tomar un breve respiro tras casi treinta canciones.
Pero la fiesta no había terminado. Con «Errespetua», Fermín regresó al escenario, ahora enfundado con una camiseta de Palestina, y aprovechó «El último ska de Manolo Rastamán» para presentar y agradecer a todas las personas que hicieron posible el evento (aquí aprovecho también para agradecer el increíble trabajo de todo el equipo involucrado, tanto sobre el escenario como detrás de él). Durante la canción, presentó a su banda, dándole protagonismo a cada uno en pequeños solos que añadieron dinamismo y sabor al tema.
Hubo un segundo parón, tras el cual Fermín gastó todas las balas que quedaban en su cargador —y sabíamos que tenía repertorio para horas—. La primera fue «Yalah, Yalah, Ramallah!», en la que las banderas palestinas llenaron el recinto, un momento intenso que llegó con la fuerza de un himno. Luego, el concierto alcanzó su punto culminante con dos de los grandes himnos de Negu Gorriak y Kortatu: «Gora Herria», con la clásica intro de triki de Xabi, y «Sarri, sarri», que contó con la colaboración de The Morning Sounds y Desgavell Selectors. Con todos ellos sobre las tablas, el final fue tan espectacular como merecía esta celebración de 40 años de carrera. Fue una fiesta compartida por todos aquellos que hemos celebrado también los 10, 20 y 30 años de su legado, y con ganas de seguir celebrando hasta llegar al 50.
Setlist:
Maputxe
Urrun
Eguraldi Lainotsua Hiriburuan
Hay algo aquí que va mal
Balazalak
La linea del frente
Berlin – Ulrike Meinhof
In-komunikazioa
Desmond Tutu
Newroz
Big Beñat
Azoka eguna
Euskal Herria Jamaika Clash
A la calle
La familia Iskariote
Bizitza
Nicaragua sandinista
Black Is Beltza
After-boltxebike
Hiri gerrilaren dantza
Bidasoa fundamentalista
B.S.O.
Itxoiten
“54-46”
Etxerat!
Zu atrapatu arte
Kolore bizia
Radio Rahim
Dub Manifest
—–
Errespetua
El último ska de Manolo Rastamán
—–
Yalah, Yalah, Ramallah!
Gora Herria
Sarri sarri
Adicto a los vinilos y a los directos. Fotografo allì donde no haya sol y suene buena musica, con ya mas de 25 años pisando salas de concierto, ha visto de todo en todas las salas. Coleccionista de lp’s y 7″ que acaban sonando en sus sesiones como dj