Y llegó el día “IRC”. Estaba disfrutando por estas fechas, con mi pareja y mis dos hijos, de las diferentes celebraciones y actos de la Festa Major d’Igualada, y el sábado 25 de agosto, se celebraba la sexta edición del Igualada Rock City, festival cada vez más asentado dentro del panorama catalán.
Después de pasar el día con la familia en los diferentes actos y atracciones varias, llegó el momento de irme preparando para ir hacía la Plaça de la Creu, lugar donde tenían la serie de conciertos que nos iba a deparar en esta edición. El IRC comenzaba oficialmente a las once de la noche, o sea que a las diez y media, después de dejar a mi pobre pareja al cargo de hacer dormir a dos monstruos generadores de conciertos diarios de caos y destrucción… perdón, me estoy yendo de las ramas, son buenos niños, pero hacerse cargo de los dos sola, es duro. Pues bien, ¿por dónde iba? ¡Ah sí! A las diez y media estaba en la plaza para hablar un momento con Ricard Fuster, organizador de todo este meollo, conocido y amigo mío desde hace veinte años, para hablar de aspectos técnicos y desearle suerte. Poca cosa más, ya que tampoco quería molestar, pues el pobre chaval andaba algo liado ultimando pequeñas cosas para que saliera todo a la perfección, cosa que sucedió.
Una vez hablado. y tras haber mirado los entresijos del escenario, me dirigí, como no, a la barra de venta de “bebidas isotónicas” que había al lado del escenario. Punto de encuentro, como no también, con amigos con los que había quedado. La Plaça de la Creu es una lugar bastante grande de Igualada, donde caben miles y miles de personas, aunque a esas horas, de momento, había poca gente. Algunos ya se iban acercando, con ansias de poder disfrutar de buena música. No sé si os pasa en los días de festa major en vuestras respectivas localidades, supongo que sí, pero te encuentras con infinidad de personas -¡no estuve todo el rato en la barra, eh!- que no ves nunca durante el año. Pues eso me pasó a mí. Pero bueno, también es una manera, aparte de recordar viejos tiempos y de poder brindar en honor de Vinnie Paul, de ir preguntado a la gente conocida sobre los grupos que querían ver.
Foscor
El Igualada Rock City tenía que comenzar a las 23:00, pero ya se sabe que en este tipo de conciertos no suelen ser ultra puntuales, como sí suele ocurrir en las salas. Así que fue sobre las 23:15 aproximadamente cuando Foscor dio comienzo a su actuación. La banda liderada por Fiar, su vocalista, que iba con un atuendo que le daba un aspecto místico con una especie de capa-vestido negro con capucha, y jugando con la iluminación hacía que se le viera muy poco la cara. Foscor, empezó el festival con la preciosista “Instants”, que también es la primera canción de su último álbum Les Irreals Visions (2017). De hecho, tocaron prácticamente todo el LP, junto a un par de canciones más de su anterior trabajo, Those Horrors Wither (2014).
Foscor, con su black metal progresivo (ya prácticamente desaparecido en su último trabajo) con toques ambient y post-metal, hizo vibrar a la gente que se iba acercando al lugar. La banda barcelonesa ha ido evolucionando a lo largo de los años. Empezó practicando un black metal súper cañero, para terminar actualmente tocando similar a un post-metal o avant-garde. Bastante gente compara Foscor con Opeth pero, en mi opinión, hace unos años quizá se parecían más, pero el enfoque de la desgarradora crudeza y agresividad, en contraste con la tranquilidad y la calma, es diferente en cada grupo, y en el caso de los catalanes, eso se resumen con un término que me gusta: black intimista.
Pues bien, como digo, Foscor se marcó casi todo Les Irreals Visions, haciendo una muy buena presentación del disco en Igualada, sonando perfectamente coordinados y haciendo disfrutar al mucho público que ya sí había. Debo remarcar que, en el apartado técnico, las luces del escenario estuvieron sublimes, con una maestría en el juego de colores y sombras, para poder zambullirnos aún más en sus melodías tristes y desgarradoras, pero llenas de matices. Me encontré unos amigos míos metalheads, que me comentaron que habían ido sobre todo por Foscor, ya que les había fascinado en un concierto en sus inicios, allá por mediados del dos mil, cuando tocaban, literalmente me dijo uno, black cafre, haciendo referencia a black del cañero, jajaja. Después de cuarenta y cinco minutos dándolo todo encima del escenario, se despidieron de la gente, ambas partes contentas; los unos por el recibimiento y los otros por espectáculo dado. Muy buen bolo de Foscor que había provocado que el público de Igualada se animara, ansiosos de más y más música.
Setlist Foscor:
Instants
Ciutat Tràgica
Senescència
Altars
Encenalls de Mort
Malfiança
Graceful Pandora
Espectres al Cau
De Marges i Matinades
Blaze Out
Era momento de poner oro líquido en mi vacía barriga y hablar sobre el concierto de paladares exigentes que se había marcado Foscor, cuando al cabo de poco tiempo salieron a la palestra los chicos de Blaze Out, con su mezcla de heavy metal con esencia de la escuela metalcore. Comenzaron vapuleando Igualada con “Blind Snakes” y “Burn the Veil”. Sus ritmos me recuerdan muy mucho a los Trivium de hace unos años con un toque a lo Bullet For My Valentine. Tocaron ocho canciones: cuatro del álbum Blacklash (2016) y tres y media (después lo explico) de su primer LP Headshot (2014). Como he dicho, aparte de estar cerca de la barra (si lo juro, sólo como punto de reunión… y tomar fotos), me iba moviendo por la zona con mi cerveza en mano, ups, y me gustó ver, entre otras cosas, algunos grupos con vestimenta old school, adecuada para la ocasión y el grupo que estaba tocando.
Blaze Out estaba encendiendo la Plaça de la Creu con “Fist Goes First” cuando tuvieron un problema técnico con el sonido que les llevó poco tiempo solventarlo. ¿Y cómo consiguieron, ya no volver a poner al público como antes, sino que estuviera en modo excitación total? Pues se sacaron de la manga el tema “Medley Metallica-Maiden”, canción que tocaban en la gira de su primer álbum, un pupurrí de, como bien indica, los grupos Iron Maiden y Metallica, con himnos ya no del metal, sino de la música universal, como “Run to the Hills”, “Enter Sandman”, “One” “2 Minutes to Midnight”, y un largo etcétera, con toda la plaza (llena estaba) tatareando y cantando todas las partes de las canciones. Después de esto, la segunda mitad del concierto fueron casi canciones de su primer del álbum Headshot. Concierto incendiario rozando los cincuenta minutos, que hizo saltar a la gente, haciendo headbanging sin parar y muchos cantando los estribillos con el grupo. Blaze Out dejó un muy buen sabor de boca en la ciudad de Igualada, y animó a todo el mundo con su potencia y temas pegadizos. Realmente, tienen un directo avasallador y muy potente.
Setlist Blaze Out:
Blind Snakes
Burn the Veil
Fist Goes First
Medley Metallica-Iron Maiden
Shining Blood
S.I.N.S.
Wrath Afire
Red Silence
The Wizards
Era sobre la 1:00 de la madrugada, momento ideal para tomar, como no, otra cerveza. Estaba sediento, no del calor si no por el disfrute del festival. Estaba con unos amigos que son bastante más jóvenes que yo (diez años menos, vamos) a los que, por cierto les habían gustado mucho Blaze Out, comentado la jugada del puntazo en el tema de versiones de Metallica y Maiden, cuando se puso un poco delante nuestro una cuadrilla con sus atuendos setenteros. No sé porqué me pareció que debían ser seguidores del siguiente grupo, The Wizards, con sus pantalones de pata ancha, culito prieto y laaaarga melena. Por cierto, estoy describiendo a un varón, mal pensados, es justo el que tenía delante, y si, fue cual anuncio de televisión, se gira y dices: «OMG! ¡Es un tío!» Pues eso.
Estaba hablando con los colegas y disfrutando de las canciones de fondo que ponen entre concierto y concierto, cuando sonó “Square Hammer” del grupo Ghost. Personalmente no me gusta la banda, pero este tema si, y me hizo pensar en dos personas: Ricard Fuster, evidentemente la había escogido él, y ya nos había dicho que es un grupo que le gusta, y también pensé en nuestro Lord Noise, Albert Vila, declarado abiertamente como seguidor de Ghost.
Al cabo de poco de lo comentado, fue el momento de la aparición estelar de The Wizards. Verlos me transportó a una época que no he vivido, la década de los 70. Fue empezar con la espectacular “Avidya” (su hit por excelencia) y oler esos años, la estética de su vestimenta, el sonido característico de las guitarras, esos cambios de ritmo. Qué grandes momentos nos deparó esa década y The Wizards te ayudan a hacer ese cambio de lugar, vaya si te ayudan. Continuaron con temas como “Calliope (Cosmic Revelations)” con su riff electrificante y “Odinist”, con su ritmo de heavy metal primigenio.
El bolo fue prácticamente de su último trabajo Full Moon in Scorpio (2017), que ha significado el despegue de esta gran banda. Huelga decir que vinieron desde Bilbao ese mismo día; todos esos kilómetros solo para tocar ante la ciudad de Igualada. Solo por eso ya se merecen todo mi respeto. El público saltó y bailó con sus temazos. Me fijé como muchos de los asistentes se sabían las letras. Era el punto álgido de la noche, la 1:20, y mucha de la gente que había ido a cenar o a tomar algo, ya había acabado y se acercaban a la plaza. Tranquilamente, más de mil personas estaban viendo el fenomenal directo de The Wizards. Su actuación duró también unos cuarenta y cinco minutos, al término de los cuales el público ovacionó acaloradamente a la banda. Su rock clásico, a la vez que fresco, ha llegado aquí para quedarse.
Setlist The Wizards:
Calliope
Odinist
Curse of Hecate
Halftones to Eternity
Who Are You, Mr. Gurdjeff?
Conjure
Stardust
La Banda Trapera del Río
Era el momento de tomar agua, si no, las fotos para La Banda Trapera del Río saldrían desenfocadas después de no sé cuantas birras. Estaba, para variar, muy cerca del punto de reunión -la barra-, hablando con los colegas y comentando el gran espectáculo de carácter añejo que nos había regalado The Wizards, y con otros típicos amigos de mis amigos, algunos de los cuales, se habían quedado flipando con los bilbaínos. Black Sabbath, pero con un estilo muy característico, con nombre propio.
Las 2:40, aproximadamente, y subió al escenario el grupo que toda la gente esperaba ver. Allí estaban rockeros, heavies, punkis, poperos, de todo. Pero nada de eso importó. Fue comenzar el concierto y absolutamente toda la plaza saltando y cantando, a lo largo de todas las canciones. Os diré que había escuchado canciones de La Banda Trapera del Río, y bueno, ni fu ni fa. También diré que eran las canciones originales y eran bastante pésimas en cuanto a la calidad de grabación, pero en directo, por el amor de Darrell, un directo apoteósico. Se comieron el escenario y el público gritando desbordante. Cambié totalmente de parecer. Raúl Pulido parecía sacado más bien de un grupo de power metal… ¡qué solacos!
Comenzaron con “El Saco”, continuando con “No Dais la Cara”, “Juventud Corporal”. De hecho, se cascaron un directo de sesenta minutos, interpretando dieciocho canciones, con evidentemente “La Regla”, “Eunucos Mentales” y como no, para acabar el concierto, “Ciutat Podrida”, canción himno y que en sus bolos dejan en más de una ocasión para el final. Morfi, el cantante, estuvo animando a toda la plaza sin parar. El directo fue sensacional, con mucha energía, muy vivido y el mejor para cerrar esta sexta edición del Igualada Rock City, con sus letras ácidas y esa desfachatez punk, que hizo que Igualada se rindiera a sus pies. Los viejos rockeros nunca mueren, les queda como anillo al dedo. Parecen estar en una segunda juventud desde su reencuentro de hace un par de años. La Banda Trapera del Río lo dio absolutamente todo, se vació completamente, y eso Igualada y la gente con suerte que estuvo en el lugar, lo vio, lo vivió y lo podrá explicar.
Setlist La Banda Trapera del Río:
El Saco
No Dais la Cara
Confusión
Joven Viejo
Juventud Tatuada
Aluminosis Corporal
La Regla
Venid a las Cloacas
Besos Higiénicos
Eunucos Mentales
No Te Entiendo
Nos Gusta Cagarnos
A Mi Dosis
Nacido del Polvo de un Borracho
Padre Nuestro
Monopatín
Curriqui de Barrio
Ciutat Podrida
Se habían hecho las 4:00 y era hora de volver a casa, evidentemente a pie… aparte, que como vivo como a diez minutos de allí, era la manera ideal de quemar un poco tanto líquido bebido durante la noche. Me despedí de mis colegas y de camino a la piltra, empecé a revivir la gran noche vivida. Comenzando con Foscor. A nadie le gusta salir el primero en un festival de estas características, pero cuando sales puede haber poca gente o no, pero se la tiene que animar. Por esa misma razón, salir en primer lugar, si sabes ponerte al público en el bolsillo, te recordarán toda la noche. Y eso hicieron los barceloneses con su metal exquisito y de intrínsecas armonías. Ese juego de luces con su música oscura que va penetrando, poco a poco, aún lo recuerdo. Con Blaze Out, me pareció estar en un concierto de Trivium a la catalana. Qué maestría tienen para hacer un heavy metal moderno pero sin llegar a ser metalcore al uso, o del pesado, con demasiados coros. Con un directo eléctrico, llegaron al público y les hicieron saber que son un grupo que, si continua así, puede ser un top a nivel nacional. Qué decir de The Wizards, con la calidad que tienen para tele-transportarte cuatro décadas atrás. Eso no tiene precio. Los bilbaínos son capaces de tocar un occult rock de lo más cañero. Realmente, si eres un poco neófito en este estilo de música, te ponen a The Wizards, y te crees que son un grupo de los 70. Tienen temas de lo más pegadizos y animados para poder seguir ascendiendo si siguen la dirección correcta. Y, por último, La Banda Trapera del Río. Me quito el sombrero ante esta gente y les pido perdón por lo que opinaba de ellos. Sinceramente: acojonantes. La mejor manera de acabar la noche, y más con “Ciutat Podrida”. Esperarte una cosa y acabar siendo otra diametralmente opuesta. Lo que hace la ignorancia. Realmente me dejaron sin palabras.
Y para acabar antes de ir a dormir, ya pensaba en cómo sería la próxima edición, ya que viendo la repercusión, grupos y asistencia, este festival tiene para años. En el mejor momento de la noche, seguro que había más de mil personas, acercándose quizá a mil quinientas, y en total, estoy seguro que por la Plaça de la Creu, si no llegaron a dos mil quinientas personas, poco faltaría. Pero no me extraña, con el mimo que lo cuida Ricard Fuster al mando de la Associació Rock City, con l’Ajuntament d’Igualada, junto a diferentes colaboradores, hicieron que la sexta edición del Igualada Rock City fuera todo un éxito. Desde los técnicos de sonido y luces, pasando por la ayuda en la barra y, sobre todo, el civismo mostrado por la gente. ¡Larga vida al IRC!
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.