Segundo asalto a la temporada de festivales, esta vez en el Download Madrid, a más de 40 grados de media todos los días y en un terreno de asfalto, pero con las pilas cargadas y mucha ilusión por ver los grandes conciertos que iban a acontecer durante ese abrasador fin de semana.
La primera jornada se presentaba la más tranquila de las tres, tanto por horarios como por la repercusión de las bandas que componían el cartel, al menos desde mi punto de vista. Supongo que un fanático de Scorpions o Sabaton no pensaría lo mismo, pero para un servidor los platos fuertes iban a llegar en las jornadas venideras.
Como siempre en los festivales de este tipo, en el primer día me pierdo los primeros nombres debido a las complicaciones del viaje, el trabajo y demás, así que ya tenía asumido muy a mi pesar que no iba a llegar a tiempo para ver a Comeback Kid ni a Vita Imana. Tampoco a los locales Le Temps du Loup, lo cual me dolió menos porque ya los vi hace unos meses en un bolaco que se pegaron en Razz3. La idea era llegar con tiempo para ver íntegro el show de los finlandeses Children of Bodom en el Main Stage 2, lo cual tampoco fue posible entre las complicaciones para recoger la acreditación, acceder al recinto y el calor infernal que seguía haciendo a las ocho de la tarde en Madrid, pero bueno, llegué a ver la mitad del bolo, y la verdad que no les hizo justicia tocar a esas horas. En mi opinión fue un concierto más que aceptable, con mucha energía y actitud por parte de los músicos y gran puesta en escena, pero entre que el sonido no era todo lo bueno que podía ser (cosa que se arrastraría durante toda la jornada) y que había que refugiarse del sol de cualquier manera posible, no pude disfrutar del concierto como me hubiera gustado. Tengo una cuenta pendiente con los finlandeses que espero cobrarme pronto en mejores condiciones.
El sol empezaba a esconderse tímidamente a la izquierda del Main Stage 1 y el calor empezaba a ser más soportable, para que a eso de las 21:00 saliera a escena Papa Roach. Para todos a los que el nu metal nos cogió de lleno hará unos quince años, era una banda que no nos podíamos perder a pesar de haberse ido por otros derroteros durante los últimos años, así que allí estábamos frente a Jacoby (que cada vez se parece más a Keith Flint de The Prodigy) y los suyos arrancando de manera muy enérgica con la que da nombre a su último trabajo Who Do You Trust? (2019), que bien podría ser un tema de unos Rage Against The Machine venidos a menos, cargado de rap y un riff muy morelliano. En general buen comienzo de los americanos a pesar de que el sonido seguía siendo mejorable, lo cual fue la gran pega del concierto a mi juicio. Por ejemplo en “Between Angels and Insects”, tras la intro todos esperábamos que la batería y las guitarras distorsionadas entraran con mucho más punch y la verdad que el resultado fue bastante decepcionante. Le faltaba mucha energía a ese sonido que sobre todo se notaba en los temas de su época más numetalera. No se notó tanto en temas de otro corte como “Getting Away With Murder” o “Scars”, cuya última estrofa Jacoby cantó en español, como ya hiciera en su última visita a Razzmatazz no hace mucho. En “Last Resort”, otro de los clásicos, pudo notarse una pequeña mejora en el sonido respecto a los anteriores, pero nada muy destacable, como sí lo fue el detallazo que tuvieron con el recientemente fallecido Keith Flint cuando de pronto empezó a sonar un “Firestarter” que volvió loco a todo el Main Stage 1 al completo. No sé si es para estar orgullosos, porque consiguieron con un cover lo que para mí no lograron en el resto del concierto, pero detalle increíble y muy buen primer subidón del festival.
Los encargados de seguir la fiesta en el otro escenario principal eran los suecos Sabaton, de los cuales debido a mis preferencias musicales, sólo pude ver una intro que no pintaba mal, con fuegos artificiales y esas cosas que a ellos les gustan. Pero mi cita personal era en otro escenario, concretamente en el Stage 4 donde a las 22:05 iba a empezar Turnstile. Estos chavales de Baltimore sorprendieron desde el principio con una brutal presencia en el escenario, sobre todo por parte de su cantante Brendan Yates, el cual es una especie de mezcla entre Jim Morrison y Robert Plant, pero ciclado y cantando hardcore punk. El tío no paró de bailar (con movimientos bastante ajenos al punk), saltar, gritar, tirarse al público, etc, mientras el resto de integrantes descargaban su hardcore punk cargado de toques trash al más puro estilo Suicidal Tendencies. Show muy divertido el de estos locos que hasta el momento había sido lo mejor del festival. No sé si tuvo que ver con que el escenario era más pequeño pero el sonido mejoró bastante con respecto al anterior, en un bolo al que la única pega que pondré es que duró veinte minutos menos de lo programado. No sé exactamente las razones pero a las 22:40 ya no quedaba nadie en el escenario. Una pena, pero Turnstile tiene un nuevo fan.
No me iba a alejar mucho de la zona de escenarios pequeños, ya que los siguientes en entrar a escena en el Stage 4 era el dúo alemán Mantar, uno de los que me había marcado como imperdible del festival. Y allí estaban Erinç y Hanno, enfrentados, una batería contra una guitarra, ya que esto es todo lo que necesitan estos dos fieras para reventar un escenario a base de su agresivo sludge cargado de black metal, y así lo hicieron. Hay bandas formadas por más del doble de componentes que no son capaces de desprender la energía que generan estos dos, logrando un sonido increíble no sé cómo, que hasta el momento estaba siendo el mejor de la jornada. Groove, gritos, stoner, doom, blastbeats, y muchas más cosas las que nos brindaron estos alemanes, que recomiendo a todo el mundo que tenga oportunidad de verles en directo, no les dejará indiferentes.
Tras estas dos dosis de adrenalina intravenosa con Turnstile y Mantar, tocaba bajar un poco las pulsaciones y nos dirigíamos al Stage 4 para contagiarnos durante un rato del buen rollo de Me Firts and The Gimme Gimmes, descansar un poco tobillos y cuello, y con suerte cantarnos algún clásico inmortal en versión punk, que eso nunca falla. El concierto fue todo lo divertido que se esperaba, aunque el sonido, a pesar de estar bien de volumen, no era del todo nítido y a veces costaba distinguir la canción que estaban tocando, pero eso no hizo que lo disfrutáramos menos. Pudimos escuchar temas desde Cher hasta Elton John, e incluso hicieron un pequeño guiño a unos Scorpions que estaban llenando el Main Stage 1 en ese mismo momento, cuando tocaron un fragmento de su “Rock You Like a Hurricane”, que no sé si coña o no, pero fue un detalle gracioso. Poco más que decir de estos personajes, capaces de montar la fiesta allá donde vayan.
Esto había sido casi todo, aunque faltaba uno de los platos fuertes, los noruegos Turbonegro a la 1:00 en el Main Stage 2. Siento si me pongo pesado con el tema del sonido, pero es que fue una constante durante toda la jornada, con algunos altibajos, pero pocos bolos hubieron en el que no se pudiera mejorar (bastante). Pues bien, Turbonegro no iba a ser menos. Por suerte, en este caso, las guitarras y la batería se oían bastante bien incluso para ser uno de los escenarios principales, el sonido estaba muy logrado. La pega aquí no fue otra que el volumen del micrófono. Al pobre Haakon no se le escuchaba prácticamente ni entre las canciones, cuando la banda dejaba de tocar, así que ni hablar de cómo se escuchaba durante las canciones. Aun así él no dejó de darlo todo sobre el escenario, pero fue una pena porque el concierto estaba siendo perfecto en todo lo demás. Buen rollo, buen sonido en los instrumentos, temazos brutales para cantar en un festival como “City of Satan”, “All my Friends Are Dead” o “Hurry Up and Die” que hicieron saltar y bailar a todos los que allí seguíamos, que acompañados de un mejor sonido en las vocales lo hubieran hecho de sobresaliente.
Creo que algo parecido ocurrió en una pasada anterior del festival madrileño durante el concierto de A Perfect Circle, los cuales incluso interrumpieron el concierto, y siendo el sonido la única pega que se le puede poner a la primera jornada del festival, es una cosa que deberían mirar. Hay que tener en cuenta que es un festival relativamente nuevo y que tiene mucho que aprender y mejorar, pero al margen del sonido y el calor (lo cual no es culpa de ellos), nada que reprochar a un buen primer contacto con Download Madrid.
Como rockero nacido en Canarias y en los 90 (¡El Nu Metal mola!), me pasé la infancia luchando en todos los recreos para poner mis discos; “…And Justice For All” siempre era uno de ellos.
En esto del rock desde que escuché por casualidad Deep Purple, a lo que siguió Led Zeppelin y ya no hubo vuelta atrás. Pasión por la música desde niño, prácticamente todos los estilos que derivan del rock, aunque un poco hater con el Glam. Guitarrista amateur, batería frustrado, y con ganas de adentrarme en este mundo como algo más que un hobby.