Fin del Mundo – Hicimos crecer un bosque

Fin del Mundo es una emergente banda afincada en Buenos Aires pero con raíces en la Patagonia argentina, y de ahí proviene su nombre, de esos paisajes australes del extremo sur del continente americano. Reconozco que hasta que no supe la procedencia de la formación no asocié su nombre a este mágico punto geográfico, y es que, doy fe, que desde el primer momento que uno pone los pies en Ushuaia, en el archipiélago de Tierra de Fuego, se siente como si uno hubiese llegado al “fin del mundo”.

Debutaron con un homónimo EP en 2020 que funcionó bastante bien en el circuito más underground, hecho que las llevó a grabar unos cuantos temas más, pero quizás el momento más importante fue la posibilidad de tocar en septiembre del 2022 en la conocida emisora de radio pública afincada en Seattle KEXP. La retransmisión se hizo desde el Centro Cultural Kirchner en Buenos Aires, poniendo en el mapa a Fin del Mundo. La andaluza Spinda Records (Las Nubes, Moura, Battosai) les editó en 2023 la recopilación de sus EP’s bajo el nombre de Todo va hacia el mar, y ahora hace lo propio con lo que sería (según se mire) su segundo larga duración, Hicimos crecer un bosque (2024).

La música de Fin del Mundo va asociada inevitablemente a las imágenes, esas imágenes que todos guardamos en nuestro interior, tan bellas y tan desgarradores al mismo tiempo. Post-rock, shoegaze, dreampop… para crear un álbum donde existen diferentes estados de ánimo. Los paisajes sugestivos que garabatean en su música pueden ser preciosos y esperanzadores, pero también tristes y nostálgicos. Su primer corte, “Una temporada en el invierno” ya nos muestra por donde van a ir los tiros, una conversación interna que busca ser fiel a uno mismo. “Vivimos lejos”, que fue el primer single de adelanto, es de los cortes que más me han gustado, posee una potente base rítmica que se entrelaza con unas contundentes capas de guitarra. Aquí, la parte vocal recae en las cuatro componentes, que lo cantan todo al unísono dándole un toque muy coral.

Todo el disco es muy instrumental, conteniendo pocos versos, pero cuando aparecen lo hacen con un mensaje muy directo y poético, como en “El día de las flores”, la más extensa líricamente hablando, dreampop de aires nostálgicos con guitarras luminosas donde colabora a las voces Guillermo Mármol, de la veterana banda de hardcore punk Eterna Inocencia, también argentina. Luminoso también es el final del disco con la muy indie “Vendrá la calma”, nuevamente con todas juntas cantando en algunos compases de un tema que habla de hacerle caso a nuestro propio instinto.

Como he dicho, la escucha de este Hicimos crecer un bosque es un paseo por diferentes estados de ánimo, y si en los temas anteriormente citados veíamos luminosidad, otros momentos del disco se antojan más oscuros debido sobre todo a unas guitarras muy post-rock, como en “Refugio”, lleno de subidas y bajadas, “Devenir paisaje”, o la más experimental “Microclima”.

Disco disfrutable y totalmente otoñal, que genera una atmósfera ideal para que sea el acompañante perfecto al comenzar un viaje interior en busca de recuerdos que se transformen en imágenes.

Jaime Arjona

Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.