Fiesta vikinga con trols y vikingos con denominación de origen: Finlandia e Islandia. No está nada mal para una noche de lunes. Esa fecha en tan mal día y con unos horarios tan tempraneros hicieron que la entrada no fuera la más deseada. Parece que nos acercamos a Europa con los horarios de los conciertos y los precios del merchandising, pero los horarios hispanos y los sueldos no han cambiado para permitir la conciliación familiar que requiere el ocio rockero, el trabajo y la familia.
Lo del merchandising da para un reportaje pues no recuerdo ya la última vez que compré algo. Y siempre he sido alguien que compra mucho si los precios le parecen razonables. Los precios de las camisetas de los teloneros eran los mismos que los grupos cabeza de cartel, y no es casualidad, ni es la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que ocurre. Ellos sabrán, pero si uno mira Amazon antes de comprar lo tiene claro…
Brymir prometen pecando de unos tópicos marcados
Entré en la sala cuando los festejos de Brymir ya habían empezado. Un quinteto islandés muy voluntarioso y competente que canta en inglés y apuntó muy buenas maneras. Al entrar vi que su vocalista hablaba sobre la depresión y de su fallecido amigo Julian. Combinó voces rasgadas con limpias mientras la batería iba a ritmo de blast beats. Tremendo inicio en “Starportal” con un muro de sonido musical y con la banda luciendo músculo.
En “Forged in War” tiraron de coros pregrabados y ofrecieron un producto algo más melódico y cercano a sus compatriotas Skálmöld. En “Borderland” lució la épica con coros hooligans y posturitas por parte de sus dos guitarristas. “Fly With Me” es de lo más notable que tienen, muy contundente y con un marcado riff base. Luego destacó ese final con “Wings of Fire”, más accesible y vikinga, con base programada.
La verdad es que gustaron bastante entre la gente que estaba a esas tempranas horas, pero no dejan de ser un grupo algo típico y sin apenas distintivos propios. Lo hacen muy bien, pero a estas alturas seguir con títulos de temas tan vistos como “Fly With Me” o “Wings of Fire” no invita a que enamoren, de entrada. Como grupo funcionan como un reloj, pero tampoco terminan de tirar hacia lo vikingo o hacia lo moderno.
Skálmöld hace el mejor concierto hasta la fecha en Barcelona
Era mi tercera experiencia con Skálmöld y fue la más impresionante. Yo no sé si en las otras no se terminó de escuchar bien o si han dado un salto de calidad bestial, pero aquello sonó a gloria. Ya en “Gleipnir” empezamos al galope hacia el Valhalla a lomos de unos coros absolutamente impresionantes. Recordemos que cinco de los seis integrantes del grupo cantan y con voces muy diferentes. Ese es uno de los elementos diferenciales del grupo, pero hay muchos más… cómo por ejemplo, que cantan en su islandés natal.
“Hola Barcelona, contentos de volver aquí tras cuatro años”, palabras de Björgvin Sigurðsson antes de ir a por “Brúnin” en la que estridente voz del guitarrista Baldur Ragnarsson pone la voz a uno de los himnos de su última obra.
“Narfi” fue muy bien recibida, con esos posos tan Therion y esa solemnidad. Juega el grupo acentuando las tónicas del tema y con un estribillo coral y a voz limpia. Impone el riff de “Mara”, y es que estamos hablando de material más fresco y nuevo, y ya va para clásico, otra vez con los coros rasgado-estridentes de su guitarrista. “Midgardsordmur” combinó tramos de balada con otros muy cañeros bañados en luces lilas y verdes, con el teclista Gunnar Ben cantando alguna parte. Realmente el tema posee un riff totalmente Helloween del Walls of Jericho.
Hay que destacar especialmente lo bien que sonaba el bajo de Snæbjörn Ragnarsson a lo largo de todo el concierto, y después de “Niflheimur” hubo la anécdota de la noche cuando un chico hizo la petición de matrimonio con entrega del anillo sobre el escenario. Es la quinta que veo algo así, por lo que ha dejado de ser algo original, pero está muy bien que las bandas tengan estos detalles. Pasaron luego a “Móri” con la voz femenina enlatada. Seguramente, lo único que llevan pregrabado.
Se preparó un wall of death que salió relativamente bien y disfrutamos del “Ad Vetri”, bajo los focos rojos, como clásico que es. Pero si hay una canción querida y venerada esta es “Kvadning”, la extensa composición que les puso en el mapa y que hizo que muchos nos enamorásemos de ellos nada más escucharla. Pogos y cánticos generalizados para un inmenso final épico y vikingo. No les ha sentado nada mal el parón a Skálmöld y ya toca material nuevo. Uno de los conciertos de esta temporada y gran exhibición de todo el potencial que poseen los islandeses.
Finntroll terminan reinando a pesar de un sonido dudoso de inicio
No le iba a ser fácil a los trols fineses, padres del folk metal étnico escandinavo igualar el nivel de los teloneros, así que entraron a degüello con un micro de época humeante para entonar un “Att Dötta Med En Stend”, con más extra de humo. El grupo iba maqueado como era de esperar con las orejas de troll y con una gran sorpresa: Baldur Ragnarsson de Skálmöld apareció tocando con Finntroll. Todo un lujo, aunque no hizo uso de su voz.
Gran impacto visual con luces azules y con un sonido mejorable. Su música festiva es contagiosa y Mathias «Vreth» Lillmåns posee un carisma especial con su micro humeante. Bien en “Nedgang”, con luces azules, a pesar de que el sonido no era el mejor. Los teclados eran pregrabados y la batería era absolutamente aplastante. Si algo me gustó del concierto fue su baterista Heikki Saari.
“Tenemos un disco nuevo, se llama Vredesvävd y tocaremos algunas de sus canciones del mismo”. Así presentó el vocalista “Manniskopesten” y demostró la calidad de su nueva obra y la velocidad del doble bombo, a la vez que Mathias va apoyado por un evidente reverb. Una de mis favoritas es “Solsagan”, y también lo es de mucha gente pues Nifelvind es una obra magna. Aquí ya el desenfreno era palpable con un sonriente Trollhorn a la guitarra.
“Svartberg” vino con la intro, un tema perteneciente a su primera obra. Se agradece que representen todas sus obras en directo. El sonido iba mejorando y la gente lo pasaba en grande. “¿Habéis escuchado el disco Jaktens Tid?”, esa fue la presentación del “Slaget Vid Blodsalv”, un tema con polka loca y a la que el gentío respondió con pogo generalizado mientras escuchábamos el graznido enlatado de las gaviotas. De lo más divertido de la velada.
Esas mismas gaviotas nos llevaron a “Fiskarens Fiende” en la que sonó de fondo un acordeón. Era la parte más bailable y lo hicimos bajo las luces verdes que fueron la previa de “Ormfolk”, otra de las joyas del Vredesvävd. Caía esa especie de acordeón acentuando los contratiempos y llevando la oscuridad a lo festivo y cervecil. “Nattfödd” es otra de las más aclamadas y más marineras, con ese Skrymer imponente armado con su bajo y su característico sombrero.
Quedaban las joyas de la corona y la primera en caer fue el “Trollhammaren” con desparrame generalizado. Aquí ya lo dimos todo para continuar la fiesta con “Skogsdotter” (con mucho humo y bajo luces liláceas) y “Mask” de su nueva obra. Ese riff de teclado ya la aúpa como nuevo clásico. Tiempo para los bises que vinieron con dos de las magnas joyas: “Under Bergets Rot” y la locura que es “Jaktens Tid”. A esas alturas el sonido era casi perfecto y la entrega del respetable total, qué mejor que nos brindaran sus dos mejores canciones.
Curiosamente han dejado para el final el “Midvinterdraken” del disco Boldsvept, posición que merece a pesar de su entrada oscura. Muy definitoria de su estilo, el que ellos mismos forjaron y con extra de humo. El pie de micro de Mathias era también generosamente humenante. Fue un final menos festivo de lo esperado, pero muy correcto, como todo el concierto. A todo esto, deciros que Baldur estuvo comodísimo y plenamente integrado en su cometido. Se había pintado y todo para la ocasión.
Buena velada de trío nórdico de trolls y vikingos delante de una audiencia entregada, pero a media capacidad. Me quedaría con el show de Skálmöld pero puede que sea por el tema de gustos personales pues Finntroll superaron de mucho su show en el Damask Fest barcelonés en el que parecía que venían de vacaciones. Es un doble cartel realmente atractivo y que vinieran Brymir es un plus que agradecimos.