Si hay una banda que ha sacudido seriamente el panorama metal belga en los últimos años, aparte de Aborted, esos son Fleddy Melculy, el alter ego de Jeroen Camerlynck, vocalista y guitarrista de la banda de rock alternativo De Fanfaar. Podría decirse que su historia se puede considerar como una de las más locas de la historia de la música popular belga, también conocida como Belpop.
Todo se debe a una canción incluida en su álbum debut del año 2016 Helgië. El tema, que lleva por título «T-shirt van Metallica» («Camiseta de Metallica»), fue encumbrado por todos los medios musicales del Benelux. La canción, que critica en un tono cómico y desenfadado esa moda impuesta y fomentada por cadenas como H&M de llevar, con el consentimiento obviamente de los artistas implicados, camisetas y ropa en general del artista de turno que está de moda, llámese Metallica, Nirvana o Ramones, sin tener ni puta idea. En este caso es el cantante pop Justin Bieber el que pilla cachísimo.
Pues bien, fue tal el éxito logrado con el tema que les llevó a abrir para Guns N’ Roses en el TW Classic de 2017, uno de los festivales con más solera de Bélgica, junto con Channel Zero, Wolfmother y The Pretenders. Por este festival, que tiene lugar cada año desde 2001 en la la localidad de Werchter, han pasado artistas de la talla de The Rolling Stones, The Police, Bryan Adams o Bruce Springsteen & the E Street Band.
La música de Fleddy Melculy, banda que lleva en activo apenas cinco años, está compuesta por Jeroen Camerlynck (voz y guitarra), Bart Govers (guitarra), Tim Toegaert (guitarra), Sybren Camerlynck (bajo) y Levy Dedobbeleer (batería). Su estilo, a medio camino entre el metal y el hardcore, tiene un par de características que les hacen destacar por encima del resto de bandas belgas: sus letras son una constante crítica social a la sociedad que nos rodea y cantan en flamenco.
Su primera demo se remonta a enero del 2016, cuando Camerlynck lanza online el lyric video de su hit «T-shirt van Metallica». Obviamente, la repercusión que tuvo el tema de marras les sobrepasó, y de qué manera. Fue tal el éxito cosechado con un único single que en apenas medio año se convirtieron en una de las bandas belgas más populares de la última década.
La banda firmó con Sony Music y en septiembre de 2016 su álbum debut Helgië entró directamente al número dos de las listas nacionales. Tras una exitosa gira por Flandes, la banda inició una gira por los Países Bajos a principios de 2017. En febrero del 2018 veía la luz su segundo trabajo, De Kerk van Melculy (La Iglesia de Melculy), y en esta ocasión sí llegaron al número uno de las listas nacionales. Y fue gracias a temas tan contagiosos como «Varken» («Cerdo») o «668».
El éxito cosechado en apenas dos años de existencia se vio recompensado con actuaciones en festivales de la talla del Graspop o del Pukkelpop. Incluso han tenido tiempo de idear y organizar su propio festival, el Fleddypalooza, en el que actúan algunos de sus colegas más cercanos. Angel Crew, Stab o Length of Time se han subido ya a su escenario en alguna de las cuatro ediciones que ya se llevan celebradas.
Hace apenas dos semanas que la banda publicaba su nuevo trabajo, que lleva por título Sabbath Fleddy Sabbath (2020). Si con su segundo álbum la banda dejó meridianamente claro que no se trataba de una banda de un solo éxito, con esta tercera entrega demuestran sobre todo porque Fleddy Melculy están aquí para quedarse. Grandes descargas de hardcore de la vieja escuela aderezado con dosis que beben de las fuentes de prácticamente todos los subgéneros del metal. Musicalmente hablando, la banda se ha puesto el mono de trabajo y suena más fuerte que nunca, mostrando todo su potencial y, por encima de todo, que tienen mucho más que ofrecer que solo una lista de ingeniosas canciones sobre los conductores de BMW o la ropa que se vende H&M. Han elevado tanto el listón que les será difícil superar lo logrado en este Sabbath Fleddy Sabbath.
Lástima que no tengamos ni papa de flamenco, porque las letras no tienen ningún desperdicio, y para muestra el botón inicial. La cosa se abre con una conversación entre Jeroen, vocalista de la banda, y el fantasma de Dimebag Darrell. En ella, el vocalista le comenta al difunto guitarrista de Pantera que ya empieza a estar un poco harto de la misión de salvar el metal que le encomendara en su día. Le dice que ya no le hace nada de gracia eso de ser popular y que las mujeres no le dejen en paz, a lo que le responde Darrell que realmente no era a él a quien quería encomendarle tan magna misión, pero que lo hizo porque fue al primero que vio.
Afortunadamente, mientras haya cosas que les cabreen, su inspiración continuará intacta. Aquí vuelven a afilar sus cuchillos y nada ni nadie se salva. Ya se trate de personas influyentes, celebridades de Internet o elitistas del metal, tod@s quedan retratad@s en este plástico. Incluso ellos mismos pillan cacho en el tema «Nederhel Vs Helgië», toda una competición entre Holanda y Bélgica -en la que colabora la banda de Amsterdam X Raiders– por ver qué grupo defeca antes en el país del otro, en una clara alusión a esa supuesta rivalidad existente entra ambos países. Para saber quién gana, os recomiendo escuchar la canción con la ayuda de un traductor online. En un 2020 en el que se han cancelado la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, cualquier tipo de competición es buena, y se se trata de cagarse en otro país, es siempre bienvenida. Yo tengo un claro candidato, que de hecho sería el único, a llevarse un buen ñordo.
Los temas fluyen muy bien a lo largo de los 56 minutos que dura este trabajo. Un total 16 temas que se traducen en 16 ataques, uno tras otro, a un ritmo rápido, arrastrados a través de pasajes hardcore. Sin embargo, los belgas también han dejado un hueco para ponerse serios. Se trata del tema número seis, «De Hel Niet Gezien» («El Infierno que No se Ve»»), porque no todo ha de basarse siempre en bromas y cachondeo. Con la canción en cuestión, la banda trata de dar respuesta a la pregunta más universal: «¿Qué sucede cuando morimos?». Probablemente es el tema más personal de Fleddy Melculy hasta la fecha. El hecho de que la banda haya tenido que decir adiós a algunos seres queridos en los últimos años explica probablemente mucho.
Fleddy Melculy se han armado hasta los dientes para este disco y se han dejado acompañar por los vocalistas Sven De Caluwé (Aborted) y Franky De Smet-Van Damme (Channel Zero), quienes colaboran en los temas «De Wereld Is Wondermooi» («El Mundo es Maravilloso») y «Damn Tam Tam» respectivamente. Estas colaboraciones no son más que un fiel reflejo del tremendo estatus que la banda ha adquirido en los últimos años.
Sabbath Fleddy Sabbath es, musicalmente hablando, el mejor y más redondo trabajo que la banda ha lanzado hasta la fecha. Si crees que el desfase y el cachondeo no pueden ir de la mano del metal, te sugiero que llames a la policía del metal (véase el tema número nueve, en el que colaboran el dúo belga de DJ’s Goe Vur In Den Otto). Todavía hay suficiente margen de maniobra para unos cuantos trabajos más de Fleddy Melculy.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.