Fontaines D.C. – Romance

Romance (2024), recordad este disco, pues catapultará a Fontaines D.C. a la cima del rock. Era cuestión de tiempo, de evolución. Las semillas estaban plantadas, la progresión de la banda era impecable, faltaba adoptar el riesgo como hoja de ruta y contratar a la persona precisa que les dotara de esto que sin querer evitarlo estaban buscando des de su segundo disco. Un sello que les de libertad y un productor que les envalentonara a dar rienda suelta a sus ideas y apostar por la evolución.

Todo esto ha llegado ahora a la banda dublinesa en forma de su cuarto redondo, su disco más perfecto (¿acaso era posible?) y a la postre, más mainstream. Dos conceptos que no se repelen, ojo, se combinan para que Romance sea más de lo que todos podíamos esperar, que no es poco. Sin previo aviso, Fontaines D.C. se van a sentar en la mesa de los mayores. Los recintos van a quedar pequeños, la gira de presentación colgará el cartelito de “no hay entradas”, coparan las pole positions en los festivales de 2025 y la onda expansiva que provocarán aún no estamos preparados para procesarla. Partiendo del post punk revival de su impoluto Dogrel (2019), ¿quién podía esperar / soñar con este salto cualitativo y camaleónico de Fontaines D.C.? Yo, personalmente, ni de coña. Y ahora viene el daño colateral, en esta nueva ola de bandas que incluye a bandas como The Murder Capital, Shame, Squid, Protomartyr, Viagra Boys y por supuesto, IDLES, ¿cómo van a reaccionar tras ver este despegue meteórico de los dublineses?

Romance tiene todo lo que podías soñar para el futuro de Fontaines D.C. y, a su vez, tiene todo lo que nunca hubieras pensado que tendría un disco de la banda. La producción exquisita, incido, exquisita, es soberbia, indispensable para comprender esta evolución. La rudeza de su debut queda totalmente olvidada para dar paso a un sonido vibrante, mágico. ¿Quizás el estar en el sello de Radiohead ha servido de algo? O quizás ¿el contratar al productor de los últimos disco de Blur o Arctic Monkeys tiene algo que ver? El trabajo de James Ford es tan importante en este disco que con el tiempo diremos “James Ford, el productor de Romance de Fontaines D.C.”.

Musicalmente, éste cuarto trabajo de los irlandeses es mágico. Si no me crees, acércate por ejemplo a la mágica “Horseness Is the Wathness”, tercera tema por la cola. Vas a caer rendido a los pies de los artistas de la banda. Los arreglos atípicos para una banda inicialmente de post punk son tan sorprendentes como inesperados, y eso es lo que impacta más a medida que vas escuchando una y otra vez el disco. No para de crecer, de madurar. Cada escucha tiene algo mágico que uno va descubriendo pensando “¿ésto es real?”.

En cuanto a similitudes, influencias, sonidos familiares, éste disco es un híbrido de muchas bandas. Sin sonar concretamente a nada preciso, sientes esa sensación de déjà vu. Un poco de Radiohead, un poco de Blur, algo de Deftones, algo de Oasis… Romance es un viaje por el rock alternativo de las dos últimas décadas. Canciones pausadas marca de la casa que vierten dolor en sus letras, otras más intensas como “Death Kink” que parece nacida de la mente de Damon Albarn. Y ojito, que “Favourite” cierra el disco de la mejor forma posible con un ritmo vibrante y alegre que nos da ciertas pistas de lo que está por venir: rock de estadios.

Curiosamente os he hablado solamente de las tres canciones que cierran el disco. Las últimas tres de once grandes canciones, todas ellas indispensables. Nada de relleno. 37 minutos de esos que no quieres que terminen nunca y no quedas saciado ni siquiera poniendo el repeat.

No voy a comentar más, no voy a insistir más. Tampoco quiero spoilerar al lector hablando de las ocho canciones iniciales. Solamente recomiendo dejarse llevar y que cada cual llegue a la conclusión que crea oportuna. Fontaines D.C. acaban de publicar no solamente su mejor disco, sino que posiblemente han publicado el disco del año y uno de los mejores discos de la década. Un trabajo más que meritorio, más que necesario. Un disco que marcará una nueva transición en el concepto de música global.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones