Los barceloneses Foscor, aunque se han mantenido extrañamente fuera del radar durante demasiado tiempo y puedan parecer casi novatos a ojos de muchos, hace ya más de 15 años que están dando lustre a la escena underground catalana. Les irreals visions es su quinto trabajo discográfico y la verdad es que supone muchos cambios en la espectral madriguera de Fiar y los suyos. Quizás no son cambios que lleguen del todo por sorpresa, ya que ya había algún apunte en su anterior (y fantástico) These Horrors Wither (2014), pero es posible que pillen algo a contrapié a aquellos que no vengan preparados para ello. Para empezar, lo más visible a simple vista es que los abrasivos guturales protagonistas en mayor o menor medida de su música hasta ahora han desaparecido casi por completo, y a ellos les acompaña un cierto abandono del black metal que les definía como género principal. A ver, aún hay black metal de una forma u otra, pero es un black metal mucho más cercano al post, más progresivo, en la línea de (salvando las distancias, ya que tampoco es que se parezcan realmente) los franceses Alcest o los islandeses Sólstafir. Para ilustrar este giro e introducirnos a lo que vamos a poder escuchar a lo largo de las ocho canciones que lo forman, Les irreals visions se presenta con una portada explícitamente progresiva, y este es el género al que yo los adscribiría mayormente a día de hoy.
Pero no es el único cambio que este disco lleva bajo el brazo. En primer lugar, es el primero que publican bajo el cobijo de la discográfica francesa Season of Mist, un hogar que se antoja perfecto para su propuesta y donde comparten roster con bandas afines en muchos sentidos como podrían ser Sólstafir, Der Weg einer Freiheit o los propios Obsidian Kingdom, cosa que espero que desemboque en una exposición a todos los niveles que Foscor llevan mucho tiempo mereciéndose. Por otro lado, quizás paradójicamente ahora que parecen dar un pequeño paso hacia un intento de reconocimiento internacional, el inglés desaparece totalmente de sus letras, siendo el catalán el único idioma protagonista, en un movimiento en la línea localizadora por la que muchas bandas europeas están apostando en los últimos años, un paso más para la normalización de este idioma y de cualquier otro que no sea el omnipresente inglés como vehículo más que válido para un rock y un metal que pueda ser apreciado internacionalmente.
Una vez superada la sorpresa y asimiladas las novedades, que para muchos han sido un escollo insalvable, la verdad es que Les irreals visions me parece una deliciosa maravilla: no solo se trata de uno de los mejores discos de la carrera de Foscor, ni tampoco solamente de uno de los mejores discos nacionales publicados en los últimos meses, sino que probablemente se aúpa a un potencial podio de mejores discos de todos los orígenes y estilos que yo haya escuchado este año. Repleto de calidad, personalidad y valentía, estoy seguro que este álbum va a suponer un punto de inflexión en la carrera de la banda, y confío que con el tiempo se verá como un auténtico hito en su trayectoria.
No querría sonar excesivamente masturbatorio, pero me resulta complicado evitarlo, así que voy a soltar un tópico muy manido y algo cuñadista que no deja de ser cierto en este caso: si estos tíos fueran noruegos o islandeses y cantaran en noruego o islandés estaríamos todos flipando, pero como son catalanes y cantan en catalán, el reconocimiento que tienen, incluso en la misma Catalunya, es más que modesto. Hasta me atrevería a decir que muchos ni tan siquiera les conocen a pesar de haberse ido labrando un nombre y un respeto mediante una trayectoria impoluta durante más de quince años. ¿Y de quién es culpa esto? ¿De los fans que no se mueven más allá de las bandas de siempre? ¿De los promotores y las salas que no apuestan por ellos? ¿De los medios que los ignoran? ¿De la poca solidez de la «escena»? ¿De la incapacidad de la propia banda para promocionarse? Es posible que nos tengamos que repartir la culpa un poco entre todos, y que ninguno de los mencionados esté libre de responsabilidad, pero si tenemos un bandón así por aquí (bueno, un bandón como éste y como tantos otros, que no será por grupazos en Barcelona y Catalunya), estaría bien que hiciéramos el puñetero favor de cuidarlo.
Entre pitos y flautas, antes de escribir esta reseña habré escuchado Les irreals visions como una quincena larga de veces. No era mi intención tampoco prepararme tanto, pero entre que me han ido saliendo otras prioridades y que me he enganchado lo suyo, ha acabado saliendo así. Por un lado esta profundización está bien, claro, ya que me da un conocimiento muy detallado de las canciones y de todo el disco en global, pero por otro lado me he hecho los temas tan míos que probablemente haya perdido ya algo de objetividad y perspectiva. Si fuera así, sencillamente celebremos que Foscor han tenido suerte, ya que este disco, aunque no entre del todo a la primera, me parece a día de hoy una obra absolutamente maravillosa, con temazo épico tras temazo épico, consiguiendo que me olvidara totalmente de añorar a una banda que en su momento solía meter una tralla y unos guturales que me encantaban.
Porque habrá menos agresividad explícita, pero lo que no han perdido es la proverbial foscor (oscuridad) que les caracteriza y que en Les irreals visions toma una perspectiva y una óptica más inquietante, más doom y más progresiva gracias a la atmosférica producción y a las voces nasales y etéreas de Fiar. Se trata de un disco muy pensado, tremendamente coherente y compacto, pero que a la vez está lleno de matices y no resulta para nada repetitivo. Donde antes había un bravo oleaje que te percutía constantemente desde momentos muy agresivos a zonas más calmadas, ahora las aguas, excepto alrededor de algún espigón donde las olas pegan violentamente, están más tranquilas y brumosas, cubiertas de una densa capa de niebla baja que genera un perenne halo de misterio e inquietud, sin dejarte ver del todo lo que hay detrás.
El álbum empieza con un clásico instantáneo como «Instants» (valga la redundancia). Si las primeras notas de un disco son clave para engancharte inconscientemente desde un primer momento (y yo lo creo así), Foscor te atrapan inmediatamente con la inquietante atmósfera con la que empieza esta canción, que continúa con blast beats espaciosos y agresividad etérea. «Ciutat tràgica» ha sido el primer gran single y para mí se trata de uno de los temas más obviamente brillantes, con un estribillo espectacular melódica y líricamente…
«Desperto entre dos marges
Enfrontant-me com un fill a un pare amb la mà alçada
Crido que lliure busco viure
Ala tràgica ciutat on riure no és un dret
És una sort d’aquell que arrisca.»
… y una estructura general pegadiza y muy disfrutable. «Altars» es un tema mucho más lento y melancólico, casi-casi accesible, protagonista del primer video oficial, mientras que «Encenalls de mort» es oscura como ninguna, lenta y progresiva, con un trabajo en las melodías vocales de nuevo excelente y cuyos lamentos casi fantasmagóricos se incrustan en tu cerebro desde las partes más dramáticas al sencillo, atmosférico y bonito final acústico.
Una de mis favoritas personales es «Malfiança», un tema enérgico que te hace sacudir la cabeza y los hombros de forma espasmódica desde el primer momento, te engancha en su estribillo y en su brillante solo épico y que contiene algunas de las mejores letras de un disco que, de por sí, ya destaca por ellas. La veloz y melancólica «Espectres al cau», con un final otra vez precioso, introduce un par de segundos de guturales casi por sorpresa, una faceta en la que se desatan en el tema más agresivo del disco: «De marges i matinades», en el que recuerdan a lo que fue These Horrors Wither y su alternancia constante entre pasajes melódicos y épicos (este tema viene sobrado en este sentido) con desbarres llenos de gritos rasgados y espectrales para contentar a todos los que amamos su producción anterior. Y no sé si es por eso, pero sin duda me parece otro de los mejores temas que podemos encontrar en este disco. Acabamos el precioso viaje que es Les irreals visions con el respiro que nos otorga el emotivo, solemne y atmosférico tema título, que transcurre en un ritmo pausado y angustioso para cerrar un discazo casi perfecto.
Foscor han sido valientes y les ha salido bien, mucho mejor que a muchos otros que se han intentado abrir (¿o no?) y que han quedado algo desdibujados en el camino. Solo falta que finalmente este sea el paso necesario para que Fiar y los suyos consigan el reconocimiento que hace años que deberían haber tenido. El mío ya lo tenían de hacía tiempo, pero con Les irreals visions se postulan, directamente, en la lucha para mi disco del año.
En pocas semanas Foscor se va a embarcar en una gira europea en soporte de los noruegos Vulture Industries (ojo con estos, que si no los conocéis también tienen lo suyo!) que por desgracia no va a pasar por aquí. De todas maneras, ya han anunciado dos fechas de presentación del disco en la Ciudad Condal. La primera, a finales de octubre en la sala La Nau acompañados del death metal de Dejadeath, en lo que es uno de los mejores carteles extremos locales que se pueden ver a día de hoy. La segunda, abriendo para los holandeses GOLD en la sala Razzmatazz 3 de Barcelona a principios de diciembre. Una u otra pueden ser buenas opciones de ver como Les irreals visions, un disco destinado a marcar un antes y un después en la banda catalana, se traslada al directo.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.