Freedom Call – Silver Romance

Volvemos a tener aquí a la banda más ultra azucarada del power, y no solo eso, sino que lo hacen celebrando su cuarto de siglo. 25 años desde aquél debut en el que teníamos, entre otros, a Dan Zimmermann (ex Gamma Ray y que a saber dónde está ahora) y que se caracterizaba por un gusto excesivamente dulce. Y que eso lo diga yo…

Durante este cuarto de siglo la formación ha ido cambiando, aunque ahora la cosa parece estar más establecida. Lo que no cambia son los ingredientes: melodía como reina absoluta, velocidad cuando se necesita, una voz que me parece demasiado aguda para la música y estribillos que pueden dar diabetes solo de mirarlos de lejos. Eso Freedom Call, lo tomas o lo dejas. Todo ello comandado por Chris Bay, tanto a la voz como a las guitarras. El resto de sus compañeros van en su misma dirección: actuaciones correctas, que dan lo que cada tema pide, pero sin ser excelentes. Su música tampoco lo necesita.

Nos encontramos ante un disco largo. Son 13 canciones de unos cuatro minutos de media. Considero que quizá 10 u 11 temas hubiesen sido suficientes, entre otras cosas porque lo que nos ofrecen los germanos suele ser bastante lineal. Pero estamos aquí para afirmarme o desmentirme. Empezamos con el homónimo al disco, «Silver Romance», un corte típicamente de apertura: rápido, con una melodía inicial que lo observa todo, algunos cortes de tempo típicos del grupo y un buen rollo muy marca de la casa. Funcionará muy bien en directo. «Symphony of Avalon» me parece un refrito de cosas que ya han hecho (bueno, todo lo que vienen haciendo desde hace tiempo me lo parece), pero aún así el tema es resultón y el estribillo se cantará por todas partes. El inicio de «Supernova» es extraño. No por los teclados sino por esa voz extraña. Aquí tenemos un medio tiempo muy melódico, con coros predominantes y unicornios vomitando arco iris. No se han matado demasiado en el estribillo. El primer bloque acaba con «Infinity», de las más interesantes hasta ahora, aunque no aporta demasiado. El solo/melodía inicial está bien, los bombos de Ali tienen su aquél y ciertos cambios de ritmo hacen que uno la escuche con cierto gusto.

El segundo bloque abre con «Out of Space», de nuevo con una melodía de teclado que hemos escuchado mil veces y una post intro a batería y bajo interesante. Cuando empieza de verdad, la sensación de haber escuchado el mismo tema en cada disco de la banda se hace patente, y eso es algo que ocurre con todos los temas de cada disco, gran penalización para los de Bay. Casi lo mismo podríamos decir de «Distant Horizon», solo que esta es mucho más rápida y, por lo tanto, me gusta más. Además, las mini orquestaciones grandilocuentes que tiene en ciertos puntos del metraje le hace sobresalir sobre sus compañeras de disco. Los mismos teclados medio irritantes abren «In Quest for Love» y se convierte en otro cohete rápido que ya escuchamos en su Stairway to Fairyland (1999). «Blue Giant» baja el tempo y la alegría, las dos bazas de los alemanes. EL tema lo tenía todo para innovar y romper patrones, pero no han querido hacerlo.

El último bloque empieza con «Meteorite» y una tónica del disco: intro futurista de teclados. Luego se allana bastante, haciéndola prescindible. «Bing Bang Universe» sí que tiene algún elemento que para el grupo (insisto, para el grupo) es algo  diferente, y unos cambios de ritmo interesantes. El punteo de «New Heaven» tiene su aquél, pero el resto del tema sigue la linealidad del disco y el grupo. «High Above» tiene un inicio (pero muy inicio) de serie de los 80, pero a los pocos segundos el aroma a los Call ya está presente. Se trata de un medio tiempo ultra melódico, con teclados por doquier y un estribillo de esos que se pegan. Acabamos con «Metal Generation». De nuevo, los teclados hacen acto de presencia y un «Freedom Call is back» nos da la bienvenida para explicarnos su propia historia, esos 25 años que están celebrando. El tema en si es lo que venimos diciendo esos 25 años.

En definitiva, los alemanes nos traen el mismo disco que vienen sacando durante 25 años. Ojo, que bandas como AC/DC lo llevan haciendo mucho más y con mucho éxito. Pero la sensación de refrito y de haberlo escuchado muchas veces está ahí. Sinceramente creo que Freedom Call es una banda mucho más disfrutable en directo que en disco. Esperemos a ver cómo funciona todo en vivo para tener un mejor juicio de valor.

Xavi Prat

Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.