Publicado el 26 de enero de 2024
Discográfica: Glory Or Death Records / Discos Macarras / Violence in the Veins / Hombre Montaña / Demons Records
Componentes:
Marc Rockenberg - Voz, guitarra
José Emilio Giménez - Bajo
Pep Carabante - Batería
1. Shout to Forget (4:56)
2. Intoxicate (2:51)
3. Fade Away (4:45)
4. You Never Learn (2:49)
5. She Comes (5:10)
6. S.O.S. (3:45)
7. Set Me Free (4:39)
8. Hand It Over (3:09)
9. Dead Friends (5:13)
10. These Flowers (4:11)
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Fuzz Forward son una banda sin urgencias. Muestra de ello es el lapso de tiempo transcurrido entre su debut titulado Out of Nowhere (2018) y su nuevo disco Parasites (2024). Pocas urgencias porque seguramente su principal virtud es la del disfrute, el gozo. La banda catalana tiene poco que demostrar más allá de sus virtudes musicales, no inventan nada nuevo pero tampoco les podemos considerar una banda estática.
Fuzz Forward existen porque los artistas que reúne tienen esa necesidad de subir al escenario y tocar, adoptar las ideas noventeras del rock alternativo, el grunge y el stoner más primigenio. Crear este híbrido musical de esencia yankee y desplegarlo en nuestras salas, en sus discos. Pues Parasites es esto, un híbrido dinámico y ligero que tiene la obligación (sin ser a modo dictatorial) de gustar a un amplio abanico de fans de la vieja guardia norteamericana.
El trio ejecuta notables riffs melódicos que bailotean entre el rock más crudo de raíces Seattle y el arenoso rugido del desierto sureño. Unos riffs que combinan a la perfección con la base melódica de bajo y batería para componer canciones que suenan tan frescas como algo vintages.
El dinamismo con el que evoluciona este segundo disco es admirable, el trio logra conectar las piezas entre ellas con pasión y esto se agradece en un resultado final óptimo, el disco es versátil y cómodo. Agradable para el oyente, disfrutón como los clásicos de antaño.
Ya con la dureza de la introducción de “Shout to Forget” queda claro que Fuzz Forward han labrado un sucesor que mejora sustancialmente su debut. Una camaleónica versión de ellos mismos que queda reafirmada en esta misma pieza, cuando el riff metálico da paso a una interpretación vocal afable. Un eclecticismo vigoroso que nos da canciones contrastadas como “You Never Learn” o “Set Me Free”.
Las pocas urgencias dan como resultado un disco mimado, un disco que suena como tiene que sonar un disco de rock de estas características, guitarreo del bueno, batería firme, bajo denso. Un disco con actitudes y aptitudes diseñado para hacer disfrutar al oyente y para recordarnos que el rock sigue siendo tan bonito como lo ha sido siempre, sin florituras, solo por el amor que el trio le profesa al género.
Rock en todas sus extensiones
