Hablar del power metal es hablar de Kai Hansen, y si hablamos de él, inevitablemente debemos hablar del que ha sido su proyecto principal durante más tiempo, sobrepasando, incluso, a Helloween. Nos referimos, por supuesto, a Gamma Ray, y hoy, una de sus cotas más altas, cumple un cuarto de siglo. No es que Land of the Free (1995) sea un discazo porque nosotros lo decimos, es que Allmusic le da cuatro estrella y media sobre cinco. Sputnikmusic le da las cinco y Metal Storm le da una puntuación de 9/10. Incluso en el prestigioso chart de RateYourMusic encontramos este disco en la 8a posición de los mejores discos de power metal de todos los tiempos. Por si fuera poco, está considerado uno de los grandes discos del estilo y, por primera vez, Hansen toma las riendas a la voz.
Para hablarnos de él hemos juntado a nuestros dos expertos más expertos en el estilo, Jordi Tàrrega y Xavi Prat, y hemos invitado a Beto Lagarda para que nos hablen un poco de qué opinan de él. Más abajo nos describirán cada una de las 13 canciones que componen el álbum.
Las opiniones
Beto Lagarda
Mi etapa power fue corta y algo tardía. Si es cierto que descubrí los primero Helloween hace cerca de 20 años, nunca me interesé por otras bandas hasta un breve y “complicado” período de mi vida personal. Hace unos 8 años me adentré en actualizar mi catálogo olvidado del power y escuché por primera vez a grupos como Gamma Ray, Blind Guardian, Edguy, Avantasia o incluso Rhapsody. Otras simplemente nunca llegué a escucharlas (Hammerfall, Angra, Primal Fear…uff, que pereza). Pero esto fue más por mis inquietudes musicales siempre abiertas a todo que por afinidad a un género que siempre he considerado muy light y paco. Con cariño, solo es una opinión personal infundada por los amantes de otros estilos menos melódicos. 🙂
Entonces descubrí el potencial de Gamma Ray, sobretodo el de su primera época post Helloween. Reconozco que hay un puñado de canciones muy intensas, amenas y divertidas. Incluso, por cosas del azar, tengo una foto con Kai Hansen y tengo este disco que nos ocupa firmado por la banda. ¡Cómo si fuera un fuckin loco fan!
Partiendo de todo esto, me aventuro a compartir con vosotros mis encontradas sensaciones con Land of the Free. Lo primero que quiero afirmar es que para un neófito oyente de la banda, considero este su disco cumbre. Y considero “Rebellion in Dreamland” la canción que mejor define el metal sinfónico épico alemán. Partiendo de que Keeper of the Seven Keys son la máxima expresión del power festivo, esta canción la epopeya máxima de la épica germánica. Pero incido en el importante detalle de que estoy haciendo mi valoración personal.
Land of the Free es un disco bueno, con canciones muy buenas y otras tantas aceptables. “Man on a Mission”, “Fairtale”, “Land of the Free” podrían fácilmente estar incluidas en mi playlist personal de los temas más inspiradores del heavy metal alemán.
Xavi Prat
Nunca he sido un gran fan de Gamma Ray, aunque durante años he idolatrado a su cabeza pensante, Kai Hansen, al que considero el principal responsable de que exista el llamado power metal y, seguramente, una de las diez personas más importantes e influyentes de la escena metalera. Decía que nunca he sido un gran fan de la banda, pues considero que solamente tienen tres discos excepcionales (pero que, por el momento en el que salieron, no fueron determinantes en el estilo), y en una discografía tan amplia como la de los rayos gamma, eso es muy poco. Eso sí, esos tres discos son absolutamente top del estilo. Me refiero a la primera trilogía con Hansen a la voz, este Land of the Free (1995), Somewhere Out in Space (1997) y Powerplant (1999). No sabría con cuál de los tres quedarme, pero es indudable que nuestro cumpleañero marcó el devenir musical de la banda.
Aunque considero a Kai Hansen un cantante tremendamente limitado, creo que era lo que el grupo necesitaba para ganar personalidad. Con Scheepers on board, y a pesar de tener canciones magnificas (“Lust for Life” o “Heaven Can Wait” seguramente sean los ejemplos más feliperos, pero también los mejores), Gamma Ray eran tan standard que, en un principio, la banda se iba a llamar como su líder. La voz peculiar de Hansen le da un aire diferente (cosa muy comprobable en el recopilatorio Blast from the Past (2000), con todos los clásicos re-grabados con la que podríamos llamar formación clásica, que para mí superan en mucho a sus versiones originales), gana en personalidad y le da el empuje que tanto el músico como el grupo necesitaban. Es a partir de este Land of the Free que, creo, Hansen empieza a desligarse de la que fue su gran obra, los primeros Helloween, los que van entre el Walls of Jericho (1985) y el Keeper of the Seven Keys Pt. 2 (1988).
El grupo no inventaría nada, tampoco lo re-inventaría, como sí hicieron Blind Guardian, pero durante la segunda mitad de los 90 y a principios de los 2000 vivieron una auténtica época dorada en cuanto a popularidad y calidad. Luego, a partir del No World Order (2001), en el que empezaban a haber demasiados homenajes a otras bandas, por así decirlo, la cosa empezó a ir hacia abajo, teniendo que recurrir a Helloween para hacer giras conjuntas y mantener el status.
Sea como fuere, Land of the Free es un discazo dentro de la escena (power) metalera que bien merece una fuerte felicitación por sus 25 años.
Jordi Tàrrega
Para un servidor Kai Hansen ha sido una de las mentes más preclaras de la historia del heavy metal, ha facturado himnos incontables, atemporales y ha sacado el máximo partido de si mismo durante un increíble periodo de tiempo. A nadie le ha durado tanto tiempo la genialidad como al pelirrojo de Hamburgo: exactamente 15 años, de 1985 al año 2000. Del EP de Helloween hasta la aparición de No World Order de Gamma Ray. En ese disco el genial músico se autoplagió, cosa que hacen todos, pero supuso el final de su era. Estamos hablando de 9 discos de estudio y dos en directo. Podríamos contar también en este periodo el ayudar en Avantasia, fundar Iron Savior, sacar a flote a Blind Guardian, levantar a Edguy, a Angra o a Primal Fear. Es sencillamente alucinante. Durante 15 años fue el Rey Midas, y bueno, Kai sigue siendo un coloso, pero la facilidad que tenía para facturar obras maestras ya no es tal.
Hubo un tiempo en que Woody Allen y Kai Hansen eran mis ídolos absolutos. El hecho de descubrir a Gamma Ray fue porque estaba tan entusiasmado con mi descubrimiento de Helloween que no podía entender cómo después de dos obras estratosféricas como los Keepers cayeran al pozo del Chamaleon. Un amigo respondió a mi pregunta: “se fue Kai Hansen y se fue la magia”. ¿Y qué hacía la magia? Pues fundó su propia banda: Gamma Ray con Ralph Scheepers y Dirk Schlachter. Una maravilla. Quedaba claro ya desde su disco debut que Gamma Ray era una auténtica pasada de grupo y que mantenía en él el espíritu primigenio de Helloween. Si uniésemos lo mejor de los discos de Helloween con los mejor de Gamma Ray después de los Keepers, y hubiera seguido cantando Kiske, posiblemente Helloween serían un grupo bastante más grande de lo que son, y os recuerdo que metieron a más de 10000 personas en Madrid con la reunión.
Desde aquí quiero reivindicar el legado de los primeros tres primeros discos de Gamma Ray con Scheepers a la voz pues son auténticas obras maestras en su estilo. La cantidad de himnos memorables es abrumadora. Lo que sí se nota es que cuando compone Hansen el nivel es superior.
Del Land of the Free (1995) solo puedo decir que cambió mi vida, mi mentalidad e hizo lo que la música tiene que hacer. Scheepers abandonaba la nave y Hansen decidía cantar él y componer el 90% de las canciones. Una nueva vertiente del heavy metal nacía con él: power metal aunque en esos días hablábamos de metal alemán. A partir de ese momento nacieron discográficas especializadas en ese sonido y Nuclear Blast abría horizontes buscando ese sonido. Ficharían a Hammerfall y Primal Fear y venderían más que nunca. El disco era tan bueno que muchas tardes de audición era incapaz de pasar al cuarto tema porque la tríada inicial era repetida una y otra vez. El disco es impecable de principio a fin y la épica toma todo el protagonismo. En el fondo es el triunfo de la luz sobre la oscuridad, el bien sobre el mal. La libertad, rebeliones para un mundo mejor, salvadores, un poco el espíritu de Helloween pues Kai Hansen era el motor de todo. Incluso en la portada estaba el Fangface, la mascota que ya estaba en el primer disco de Helloween derribando los muros de Jericó. Era un power metal sin teclados protagonistas, algo que luego reivindicó y abusó la vertiente itálica del movimiento. De esos arreglos bebieron Angra para potenciar su sonido y hacer algo nuevo. El power metal viene de Hamburgo, pero ya lo trabajaremos en otro reportaje.
En esos días llegué a ser miembro del club de fans de Gamma Ray y debo decir que era una pasada. Me carteaba con alemanes y lo llevaba un tal Basti que terminó llevando la web del grupo. Incluso me invitaron a una acampada en Hamburgo con los otros fans de la época. No éramos muchos, también hay que decirlo. Recibí discos, casetes y revistas que guardo como oro en paño. La bonita banda sonora de la adolescencia. Si tengo que elegir un disco de los cerca de 5000 que tengo me quedo con este.
Las canciones
«Rebellion in Dreamland»
BL: LA CANCIÓN. Para un servidor, es la canción perfecta del power metal germánico. Lo tiene todo, intensidad épica, melodías que he hacen erizar la piel, voces increíbles y unos músicos mostrando su mejor versión. No voy a ocultar que esta canción se encuentra en la posición 11 de mi top de canciones de Last.fm de los últimos 10 años…
XP: Pocas formas mejores de abrir un disco debe haber. Épica, intensa, melódica… el tema lo tiene todo, incluyendo un estribillo memorable, riffs muy de Hansen, partes rápidas, otras más lentas y unos solos de mucha altura. El título le viene que ni pintado, pues es canción para ir a la batalla, a la revolución que el mundo necesita. Sin duda, una de las grandes canciones del disco, del grupo y del estilo, totalmente imprescindible. Lo único malo es que, debido a su duración, en los conciertos la tocaban en dos partes. ¡Mal!
JT: Palabras mayores… a pesar de lo cutre del videoclip ya ves en ese inicio y desarrollo que estás ante una obra maestra. Kai canta como nunca y firma uno de los más grandes clásicos de toda su carrera. Luminosidad y brillantez. Uno de esos temas que deberían caer en la sección de “Canciones perfectas”. Tuve un tiempo en el que estuve enganchado enfermizamente a esta joya y cada vez que la escucho me emociono. Los coros son sublimes y hay unos cambios de tiempo que te aceleran las pulsaciones. Si algún día hay una revolución que suene esto… después del “Viva la Revolution” de los Adicts, claro.
«Man on a Mission»
BL: Otro hitazo. “Man on a Mission” tiene el puro músculo power teutón. Velocidad, gancho de izquierdas, velocidad, gancho de derechas, estribillo. Una canción que siempre olvido pero que cuando la escucho me sube la adrenalina. Un himno de Gamma Ray.
XP: Power metal en estado puro. Velocidad, melodías, coreabilidad, un estribillo épico… ha estado presente en los setlists durante muchísimo tiempo, y viendo la discografía entera del grupo (no solo este disco), me parece algo sobre valorada. Aún así, temazo directo a la yugular que no solo no desentona en el disco, sino que sobresale.
JT: Un pelotazo a mil revoluciones que se cargó la voz de Kai Hansen. Defender esto en directo es casi imposible. La velocidad y la cantidad de letra a vocalizar en tan poco espacio de tiempo hizo que Kai sufriera de lo lindo sobre un escenario. Pero el tema es tan perfecto que hay que cantarla cada noche. Otro himno metálico para Kai y otra demostración de genialidad compositiva. Los mismos arreglos poco perceptibles de teclado un poco anticipan lo que Angra ofrecerá, sólo que dándoles más protagonismo. El solo coreable es otro guiño a Helloween y la salida del mismo es antológica. La fórmula quedaba plasmada.
«Fairytale»
BL: En menos de un minuto deja planchados todos los demás cortes de su discografía. Hace gran el tópico “menos es más”. Una canción sublime.
XP: Un interludio de menos de un minuto apenas diferenciado de su predecesora. Durante tiempo pensé que era un apéndice de «Man on a Mission», pero al final es power metal condensado en 50 segundos.
JT: ¿Se puede sublimar el estilo con apenas 50 segundos? Sí: “Fairytale”. Menudo temazo repuntado con golpes de teclado en las tónicas. Sencillamente magistral. Otra banda sacaría un tema completo, a Gamma Ray con menos de un minuto les bastaba. Y aviso, es de lo mejor del disco y de toda su carrera.
«All of the Damned»
BL: Con un buen juego de guitarras y algo de gancho, «All of the Damned» se sitúa en segunda fila tras los temazos. Una canción notable con melodías muy agradables y un solo muy potente. ¿Alguien duda de que Kai sea un gran guitarrista?
XP: De menos a más. No pasará a la historia, pero en el contexto del Land of the Free me parece una canción más que correcta, que no baja el nivel global del disco. Los interludios y melodías de guitarra me gustan mucho.
JT: Lo que más destaca del disco son las guitarras y aquí hay otra buena muestra de ello. El tema le da al disco un aura diferente a pesar de lo hímnico del tema y de que se nota que Kai no la ha compuesto. El tema tiene gancho, pero vive rodeada de obras maestras. Ojo al homenaje al “Hotel California” en el solo.
«Rising of the Damned»
BL: Otro interludio, esta vez menos inspirado que «Fairytale». Tiene su punto pero dos ya son demasiados.
XP: Podríamos pegar el texto de «Fairytale», con la única salvedad de que la continuidad no es tan clara con respecto a la canción que la precede. Un interludio, sin más.
JT: Es una bella salida al tema en la que tiran de teclados y en la que la luz ilumina las tinieblas con aires orquestales.
«Gods of Deliverance»
BL: Tras una buena y atronadora intro arranca una veloz canción que no aporta nada nuevo y se sitúa en la tercera fila, la de las canciones simplemente aceptables del disco. Pese a tener un buen estribillo, aquí empieza el bajón cuando lo tuyo no es el power metal.
XP: Aunque la intro baterística no llegará a la épica de otros temas de otros discos, ya se vislumbra un recurso que usará el grupo en el futuro. Me gustan especialmente los cambios de ritmo y velocidad.
JT: La música es del bajista Jan Rubach y quizá sea la más netamente heavymetalera de todas. Original, con un puente muy meritorio y con un estribillo a la altura del disco. La mayoría de bandas de power metal matarían para conseguir un tema así. Para Gamma Ray es menor…
«Farewell»
BL: Balada muy Queen. Sin brillo. Demasiado larga. No acabo escuchándola entera nunca, siempre acabo dando al next.
XP: Gamma Ray nunca ha sido un grupo especialmente ducho en baladas, y esto no es una excepción, a pesar del aire a Queen que puede tener. Lo mejor, la participación de Hansi Kürsch y el empuje que da la canción en esos segundos.
JT: El amor de Dirk por Queen está siempre a la orden del día y aquí se marca una balada preciosa y libre que fluye libre con muchas conexiones con “The Silence”. Una de las gracias de Gamma Ray es que todos componían y cantaban. De hecho, las voces más agudas en los coros son del “bajista” y digo bajista porque aquí es guitarra solista. Y algo que pocos saben es que en directo Dirk canta de verdad, no hay pregrabados. Bueno, hoy en día no pondría la mano en el fuego, pero al igual que hacía Roger Taylor en Queen los agudos son suyos. La guinda al tema la pone Hansi de Blind Guardian cantando un fragmento y agradeciendo a Kai toda la ayuda prestada.
«Salvation’s Calling»
BL: El arranque thrasher nos recuerda que la esencia del power proviene del speed. Pero se va diluyendo todo a medida que avanza. Otra canción de tercera fila.
XP: Riffaco para empezar y dar paso a uno de los cortes más salvajes (que no mejores) del disco. Curiosamente, el estribillo (una de las grandes bazas d Hansen y del power en general) es lo peor de la canción.
JT: Jan Rubach era un bajista y un crack y aquí le dejaron componer un temazo que palidece entre tanto himno de Hansen, pero el tema es brillante se mire por donde se mire. Gran verso, puente y estribillo adaptándose perfectamente a la fórmula que daba comienzo en el grupo. Al final se marchó con Thomas Nack cuando Schlachter decidió volver al bajo.
«Land of the Free»
BL: Buah, este si es otro temazo. Tras pasarlas negras pasando varios temas sin sustancia, llega el colofón final (que si bien no es el final del disco si es su último temazo). Power metal puro y duro que se desluce algo en directo por el aburrimiento de los propios músicos. Una canción obligada para entender a Gamma Ray y para entender el power metal más allá de Helloween. Su estribillo es memorable, sus guitarras suenan gloriosas. La batería no da tregua acompañando las melodías y las voces. Me flipa el último minuto, épico a más no poder. En fin, el cuarto y último temazo de Land of the Free es su corte homónimo.
XP: No recuerdo si fue con motivo del lanzamiento del “Somewhere Out in Space” o del “Powerplant”, leí una entrevista a Hansen en la que decía “cuando compuse “Land of the Free” me cagué en los pantalones». No sé si se refería a todo el disco o a esta canción, pero sea lo que fuese, acertó plenamente. Seguramente una de las cinco mejores canciones de Gamma Ray, creo que es la que mejor marca el antes y después del disco. ¡Temazo absoluto!
JT: Uno de los más grandes temas del que confiesan que están aburridos de tocar. Un concierto de Gamma Ray necesita de esta pieza pues sino la gente no se va. Es el power metal en todo su esplendor. En la primera escucha ya percibes que va a pasar a la historia con esa entrada mítica y esas voces etéreas. Uno de los mejores inicios de canción del heavy metal y un estribillo para cabalgar con la espada alzada.
«The Saviour»
BL: Bah, nada. Tercer y último interludio. Omitible ahora y siempre. Demasiados para un solo disco.
XP: Otro interludio que, musicalmente, no aporta nada excepto dar paso al siguiente tema. En general, hablar de canciones con estos cortes (sean de Gamma Ray o del Papa de Roma) me parece un poco timo.
JT: Les sirvió para abrir los shows, una imponente entrada coreable y ampulosa. Genial que sea un clásico para el grupo y que todavía suene en sus directos para entrar o para salir de escena.
«Abyss of the Void»
BL: Tras «Land of the Free» todo carece de sentido. Aunque «Abyss of the Void» se posiciona en la segunda fila. Una canción tipo medio tiempo, agradable. Siempre decimos que tras el subidón viene la calma y esta canción actúa como calma tras «Land of the Free». Una canción notable que se va difuminando a medida que avanza pero que concluye con una buena dosis melódica.
XP: Quizá la más diferente de todo el disco. Dejamos la velocidad para establecernos en un medio tiempo de tempo alto, muy melódico pero que no llega a la altura de otros temas del álbum.
JT: La joya del disco. Un medio tiempo con unas guitarras muy trabajadas y un himno que derrocha épica. Uno de los cortes más diferentes de toda su carrera y que siempre que hablo con Kai le pido que la vuelvan a tocar. A lo largo de los años la ha ido recuperando. No por mi insistencia sino porque es una maravilla.
«Time to Break Free»
BL: Clara canción con aroma y sabor a Helloween. Desconozco si Kai la tenía escrita y nunca vió la luz o simplemente diseñó un corte a medida para la voz de Micheal Kiske quien canta en este corte. Una buena canción, sin florituras eso sí.
XP: La más helloweeniana del disco, no solo por temática (anteriormente ya habían compuesto canciones positivas como “Heaven can Wait”) ni por contar con Michael Kiske como cantante invitado. Todo en ella la hace la heredera más significativa de la época de los Keepers. Es una de las que más me gusta y, también, una de las más infravalorada y olvidadas.
JT: Aquí canta Michael Kiske y ya ves que los Helloween de los Keepers siguen vivos a pesar de que Michael empezará ya la travesía por el desierto. El tema es sencillamente espectacular. Kai compuso para el divo un tema a medida y les salió a la perfección. Llegaron a tocarla Gamma Ray en la gira del Alive 95 y Kai se defendió por mucho que sea un tema al alcance de pocos vocalistas. Atención al estribillo.
«Afterlife»
BL: Y el cierre, el que ya normalmente nunca llego a escuchar, lo encontramos con una canción homenaje al ex batería Ingo. La canción tiene poco a comentar, totalmente omitible si no fuese por su significado.
XP: Precioso homenaje a Ingo Schwitzenberg, ex batería de Helloween que se suicidó por adicciones varias y ser expulsado de la banda. Es otro de esos temas diferentes, en otra onda a la tónica general del disco. La melodía de guitarra es interesante, aunque como canción no es de las mejores que Hansen haya compuesto. Tampoco era el objetivo. Descansa en paz, Ingo.
JT: El tributo de Kai al fallecido Ingo es este precioso tema tan poderoso como sensiblero. Toca la fibra y cierra un disco antológico. La recordaba más balada y ni por asomo. El riff me sigue pareciendo espectacular y las dos guitarras solistas se salen. Si te la imaginas cantada por Kiske es otro clásico del power metal.