¡Que pasada de bolo, señores! Garrett T. Capps & Nasa Country, en la cuarta de las actuaciones de esta ya magnífica primera edición del Rootsound Fest que nos ocupa, creo que sorprendió y dejó boquiabiertos a la mayoría del público que asistió a su show.
Pero antes de hablar de su impactante y excelente concierto tenemos que contar lo acontecido en la actuación de los artistas invitados para esa noche, Claes Anderson.
Claes es un cantante, guitarrista y compositor afincado en Barcelona pero de origen nórdico, más concretamente de Upsala, Suecia, que, acompañado por Wolf Coleman a la guitarra, Jim Tobal al bajo y Jordi Pleguezuelos a la batería, se encargó de calentar el ambiente durante algo más de 30 minutos con un convincente country acústico de evidentes connotaciones clásicas en clara contraposición a lo que vendría más tarde de la mano del gran Garrett T. Capps. A destacar el trabajo a las seis cuerdas de Wolf Coleman, también componente de la banda Red N’ Rebel, y la calidad de unas composiciones que a buen seguro darán que hablar.
Después de un brevísimo descanso salían al escenario todos los componentes de Nasa Country precediendo al maestro de ceremonias Mr. Capps vestido con un atuendo que recordaba bastante a un Elvis venido a menos. Pero hay que decir que su indumentaria no se corresponde para nada con el resultado de su actuación. El de San Antonio, precedido por su fama de rebelde, inconformista, innovador y revolucionario de un género tan tradicional e inmovilista como es el country, nos demostró desde los primeros acordes que esos calificativos no eran para nada gratuitos. Acompañado por Odie, un excepcional bajista de inmejorable y singular imagen, Kory Cook a la batería, Justin Boyd al sintetizador, un original Vincent Valdez a la trompeta y el efectivo Torin Metz a la pedal steel guitar y como guitarrista de apoyo, el tejano dejó bien claro con sólo escuchar dos temas de estábamos asistiendo a un concierto muy, pero que muy especial. ¿O él diría espacial? La mezcla de la actitud y presencia de Odie, con la perfecta base rítmica que imprimía la batería, la sutilidad y sentimiento de las notas surgidas de la slide, los más modernos ritmos y notas nacidas del sintetizador, la anárquica pero sutil voz de Garrett y el sorprendente y original toque fronterizo con el que dotaba la trompeta todas las canciones en las que tenía relevancia, hacía que todas las composiciones gozasen de una extraña y peculiar magia que al parecer iba atrapando irremediablemente a todos los asistentes.
Transcurridas unas canciones más todo el respetable estaba rendido a sus pies y a su propuesta. Temas más contundentes y eclécticos, pertenecientes a su primera obra, Garrett T. Capps y Los Lonely Hipsters del año 2016, junto a otros más clásicos y convencionales pero no carentes de altísimas dosis de originalidad, de sus dos siguientes trabajos, In The Shadows (Again) de 2018 y All Right, All Night de 2019, hacían que el concierto se convirtiera en una especie de sugerente y atractiva montaña rusa de ritmos, emociones y sentimientos. Igual de dispar y variada que su discografía sería su actuación, con toques de un irresistible tex-mex, introducciones y pasajes galácticos llevados a cabo por el sintetizador, altas dosis de actitud y pasajes cercanos a un más que edulcorado punk y todo el sentimiento y el feeling de las típicas melodías del country más tradicional. Muchos pensareis que semejante mezcolanza no es normal pero, creedme, la pócima resultado del maridaje de tantas y tan variadas influencias resulta infalible, es imposible resistirse a su magnetismo.
Al finalizar el concierto las caras de sorpresa, satisfacción y admiración eran más que evidentes y los todos los comentarios que podían oírse eran claramente coincidentes, a pesar y obviando el minoritario poder de convocatoria de este tipo de música en Barcelona, con mayores medios y otro tipo de infraestructuras estaríamos hablando de que acabábamos de asistir a uno los conciertos del año.
¡Pura magia!