Después de estar casi 5 horas solos por la carretera desde Barcelona destino Gasteiz Calling III 2017, disfrutando de un sol radiante, un viento que helaba la cara, vistas increíbles y misteriosas águilas que nos acompañaron durante todo el trayecto, llegamos a la gran ciudad de Vitoria. I allí fue donde el cielo se puso gris, empezó a llover y la temperatura descendió a 5 grados. Una vez instalados en el apartamento, que sería nuestra morada durante esos días, nos dirigimos hacia el festival.
Una vez acreditados, entramos en el Iradier Arena Vitoria-Gasteiz. De fondo ya se podía escuchar retumbando por los pasillos de la arena la trompeta demoledora de Snuff. Mediante sus hits rellenos de ska, la banda de Duncan Redmons hizo vibrar al público asistente, que por cierto no era poco.
Antes habían tocado Radio Crimen y los punk street Booze & Glory, y según nos comentaron no tuvieron un buen sonido, cosa que se repetiría en la mayor parte de las bandas del viernes. A pesar de eso, las dos bandas lo dieron todo encima del escenario, destacando que en su última canción los de Vizcaya contaron con un special guest en el escenario, nada más y nada menos que Placi de Segismundo Toxicómano.
Sí que hubo bandas que tuvieron un sonido correcto durante el viernes, como Parabellum, de Barakaldo, quienes parecían traer su propio técnico. Esa banda mítica del punk rock, mezcla de Barricada y grupos punk vascos, hicieron vibrar a todo el público (mayoritariamente fans vascos) con todos sus clásicos. Muy buena actitud y humildad.
Los punk rockers de Seattle The Briefs tuvieron la mala suerte que hasta medio concierto no empezaron a sonar bien. Aún así descargaron toda su electricidad musical en el Gasteiz Calling, estresando el charles con tempos frenéticos al estilo Randy o The Hives, y ganándose al publico con temazos como «Poor And Weird» ejecutados a la perfección.
El hardcore británico de Discharge también padeció las inclemencias de un mal sonido. Sus dos guitarras apenas se escucharon durante tres cuartas partes del concierto, dándo la sensación que la distorsión estuviese totalmente quebrada. Tampoco se oía el bajo, por lo que lo único que salvó el concierto fue el nuevo cantante de la banda (procedente de Broken Bones), con su magnífica voz, la entrega que el grupo puso y el gran repertorio escogido para el XXXVº aniversario del Hear Nothing, See Nothing, Say Nothing.
Satanic Surfers, una de las leyendas suecas del punk rock, nos brindaron un directo de lo más fresco, y encima sonaron muy bien, a diferencia de los dos grupos anteriores. Su actitud energética encima del escenario y su maravilloso set list, compuesto casi en exclusiva por temas de sus dos primeros discos en el sello Burning Head Records: Hero Of Our Time (1996) y 666 Motor Inn (1997) convirtió su concierto en un regalo mayúsculo para los fans “puretas» del grupo, entre los cuales me incluyo.
Así que por primera vez en dos décadas pudimos disfrutar de himnos generacionales como «Hero Of Our Time», «Head Under Water», «… And The Cheese Fell Down», «Soothing» o «Start Over», por citar sólo algunos de ellos, en un mismo concierto.
Para quienes se quedaran en aquella época, algunas cosas sí que han cambiado en veinte años: el cantante Rodrigo Alfaro ya no toca la batería, y aunque su “sustituto» lo hiciese magníficamente, se echa de menos el virtuosismo casi imposible que Rodrigo solía ofrecer, cantando y a la vez tocando la «bataca» a velocidades de vértigo. También se echa en falta a Tomek, el bajista con las rastas más cuidadas de toda Escandinavia, quien dejó al grupo para perderse por la India.
Cabe decir que fue su actual bajista, también con mucho talento, quien interactuó con el público, y no Rodrigo como sería de esperar (a no ser que cuente como mensaje cabezazos contra el micro). La fuerza de los dos guitarras Fredrik y Magnus sigue intacta, lo cual acaba de explicar el bolazo que vimos. Aún me tiemblan las piernas cuando me acuerdo.
Otro puntal de la noche del viernes fueron los Sick Of It All que, como siempre, iban como un bloque, todos a una, pero que para esta ocasión sufrieron, por enésima vez, un pésimo sonido. La guitarra no se escuchaba, quedando tapada por el bajo distorsionado junto a la potencia de la batería. Al menos sí que pudimos disfrutar visualmente de los característicos bailes del guitarra, sumados a un setlist impresionante que acabó haciendo enloquecer a Gasteiz Calling: «Injustice System», «Scratch The Surface», «Step Down», «Busted», «Us Vs. Them», etc.
Buzzcocks, en su 40 Years Of Punk Rock Tour, se escucharon bastante bien en la mayor parte del concierto. En directo pudimos apreciar que, aunque pasen los años, las canciones power punk no pierden fuerza ni melodía.
Como ya es habitual en los conciertos de Buzzcocks, se puede divisar un línea imaginaria entre los dos guitarristas. Por un lado tenemos al guitarrista/vocalista Peter McNeish, que en directo se mantiene estático pero sin perder su actitud punk y su voz melódica. Y por el otro lado, al prolífico solista Steve Digle, con su vestimenta al más puro estilo punk rock inglés (y además con clase), que no paró de moverse y divertirse por el escenario, levantando su telecaster a placer. El caso es que los dos guitarras son como polos opuestos, ya que ni se miran.
Se escucharon clásicos como «Orgasm Addict», «What Do I Get?», «I Don’t Mind», «Love You more» y «Promises», es decir, un gran repertorio y un buen show, pero a las 00:30, que es la hora en que empezó, nuestros cuerpos ya nos pedían sentarse: acabamos en la gradería de la Arena, la cual estaba rodeada de calefactores colgados en el techo que desprendían un ola de calor increíble. ¡Suerte de los calefactores!
Los padres del punk rock Oi!, Sham 69, cerraron el cartel del viernes hacia las 02:00 de la madrugada. Con su formación original del ’77, Jimmy Pursey, Dave Parsons, Tregunna y Robin Guy nos mostraron su puro y crudo punk rock, lleno de himnos y con una excelente puesta en escena. Pursey, con su carismática manera de moverse por el escenario y su agresividad sonora, se ganó al público desde el minuto cero, y eRobin Guy nos dejó con la boca abierta con su manera de tocar la batería, tanto por su potencia como por su técnica. La verdad es que Sham 69 me sorprendieron gratamente. Se pudieron escuchar grandes himnos como «Questions And Answers», «If The Kids Are United», «Hurry Up Harry», «Forward Together», etc.
Después de esta locura de día, nos fuimos a dormir y a esperar la segunda jornada contentos gracias a los Sham 69 que dieron un señor concierto, para mí fue la mejor banda del viernes.
Aficionado a la música, en concreto al hardcore, punk, crossover y metal, y apasionado por el seitan, el cine de terror y el mundo del underground en general.