Gathering Darkness – The Heat of a Dying Sun

Joder.

Cuando los chicos de Necromance Records me pasaron su última referencia para ver si nos interesaba reseñarla, no me esperaba yo esto. He descubierto bandas muy disfrutables gracias a estas promociones de las discográficas, y me parece un placer que nos contacten para darnos a conocer cosas que de otro modo sería muy complicado descubrir. Además, si una banda no nos gusta lo suficiente como para hacerles una reseña positiva, siempre optamos por no hacerla, ya que estamos aquí para dar apoyo a la escena y a las bandas emergentes, así que si no encontramos nada bueno que decir considero que es mejor no decir nada, que no queremos ni hundir a una banda que seguro que se lo ha currado ni engañar a unos potenciales fans con cienes de álbumes por escuchar. No sé por qué explico todo esto justamente ahora, ya que precisamente estos Gathering Darkness, una banda de death metal de Santander de la cual desconocía totalmente la existencia, no solo merecen algo positivo que decir sino que me han dejado con la mandíbula en el suelo, ya que este disco suena como un puñetero cañón y no tiene nada que envidiar a cualquier publicación internacional del estilo ni en sonido ni en calidad de las canciones.

Es cierto que no inventan nada y beben sin mucho disimulo de los grandes referentes del género. Lo suyo es death metal con mayúsculas, cercano al brutal sin llegar a ser inaccesible o farragoso como muchas bandas del género, pero joder como suena. Desde la potencia y la calidad técnica de su instrumentación, la brutal nitidez de la producción y el abrasivo vozarrón de José Lavin (que veo que también es el vocalista de los post-blackmetaleros In Luna, una de las bandas que participará este año en el Iberian Warriors Metal Fest zaragozano), estos chicos me han apabullado literalmente los tímpanos durante los breves y concisos 34 minutos que dura este The Heat of a Dying Sun, un metraje perfecto para disfrutarlos al máximo y no perder la atención en ningún momento. Aunque todo el álbum es muy sólido y cohesionado, y los nueve temas, sin excepción, han acabado siendo merecedores de entrar de cabeza en mi playlist de death metal particular, personalmente he quedado especialmente prendado de «The Light Won’t Save You», «The Nihilist Manifest», el brutal tema título y el maravilloso final con «Blood of Our Enemy» y la vacilona y rompecuellos «The Darkness That Dwells Inside Me», que podría ser casi lo mejor de todo el disco. Si me descuido las destaco todas.

Aunque yo no los conociera de nada, Gathering Darkness tampoco son para nada unos novatos, como ya me podía haber imaginado viendo la soltura con la que se desenvuelven y su absurda calidad y contundencia. De hecho se formaron como banda hace casi 20 años, ni más ni menos que en 1998, aunque no publicaron su primer disco hasta 2005, y desde el EP Desolation, fechado en 2009, se habían mantenido en silencio en lo que al estudio se refiere. La verdad es que no sé los niveles de éxito que han conseguido a lo largo de su carrera, me imagino que bastante bajos, ya que en este país, y más aún lejos de las capitales, el metal extremo es poco menos que un marginal rara avis. Lo que sí tengo claro es que este The Heat of a Dying Sun está a la altura de casi cualquier disco de death metal puro que se pueda hacer hoy en día, y en mi caso van directos a la lista de bandas a seguir con atención. Un aplauso para ellos por parir este discazo, y mis respetos a Necromance Records por apoyarlos y editarlos. No habría podido tener una mejor introducción al catálogo de este pequeño sello canario especializado en las múltiples variantes del death metal, y sin duda me voy a mirar todo lo que envíen a partir de ahora con particular excitación. ¡Muchas gracias!

Albert Vila

Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.

Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.