La verdad es que estaba muy emocionada por ver a Ghostemane después de no haber podido asistir a su anterior actuación en Barcelona el año pasado en la sala Apolo 2. ¡Por fin! Llegué bastante temprano, me apetecía ver qué se cocía en el ambiente antes de que saliera el Dj Parv0 a telonear.
Llegaron las 20:30 y me dejaron meterme en el foso para hacerle algunas fotos a Parv0, que llevaba una máscara cubriéndole media cara. Aunque me hubiera gustado estar en la pista dándolo todo en las canciones que iba pinchando, lo disfruté desde un foso bastante lleno de fotógrafos. Era el primer concierto que cubría como fotógrafa en la sala Razzmatazz y bueno, ya lo habréis notado, el escenario es súper alto y yo que soy extremadamente tapón, no veía casi nada. El artista estaba situado en la parte izquierda del escenario bastante para atrás, al lado de una enorme pantalla en la que aparecían todo tipo de imágenes relacionadas con él, con Ghostemane, con las canciones y con cosas completamente random. Las imágenes eran impresionantes y creaban un efecto super chulo que me recordó a los bolos de Die Antwoord, en los que también usan pantallas de este tipo para la puesta en escena.
Parv0 era el encargado de animar al público antes de que saliera Ghostemane, y así lo hizo. Me pareció que al principio le costaba un poco ganarse al público, pero después de poner temas como “Heart Attack” de Scarlxrd o canciones de Lil Peep, la gente estaba a tope: saltando, cantando, gritando, grabando y bailando con los brazos levantados (incluso yo bailé un poco des del foso). La luz era casi inexistente, el escenario se iluminaba por la propia pantalla y por algunos focos de colores rotativos que de vez en cuando se daban unas vueltas por la tarima. Dicho esto, yo esperaba que al salir Ghostemane, el escenario estuviera al menos un poco más iluminado (solo por poder hacer unas fotos medio decentes), y bueno, ehm… no fue así.
El Dj Parv0 nos presentó a Ghostemane sin salir de su mesa de mezclas, sonó la intro de lo que se nos venía encima y todos estábamos ansiosos para que empezara el show. Entró Eric Whitney, maquillado y con su característico pelo bicolor. Salieron el guitarra, el bajista y el batería con trajes blancos y unas máscaras que me recordaban un poco al rollo Slipknot. Empezó a sonar “Flesh” del último álbum y los fans enloquecieron. Literalmente oía al público gritando desde atrás. El ambiente era brutalmente oscuro, los focos y la pantalla eran intermitentes, dejando partes del bolo completamente a oscuras. Estaba restringido el flash incluso para el público, no había manera alguna de romper aquel ambiente dark, al más puro estilo de los conciertos de black metal.
Se abrieron ollas desde el principio, la gente estaba dándolo todo. Se sabían las letras enteras, incluso los raps más complicados. Pedazo de espectáculo, de verdad, fue impresionante. Los músicos desprendían una fuerza imparable, incluso al enmascarado Parv0, que estaba más por atrás poniendo los temas y haciendo las mezclas, se le notaba el subidón. Algo tiene el trap de Eric que realmente te llena cuando lo escuchas: como más temas cantaba, más hype había. En general él solo cantaba, pero en algunas canciones también sacaba la guitarra y cantaba a la vez, haciendo aún más complicada la actuación.
Algo que me pareció extremadamente complicado de este artista en directo son sus cambios en la voz. Se notaba que cantaba por encima de los temas grabados porque en ocasiones podías distinguirlo un poco, aun así, su tempo era impecable y tanto te podía hacer un gutural como un rap super enrevesado. Se notaba que le gusta lo que hace y que disfruta en cada concierto. Solo paraba la música para presentar la siguiente canción o para dar las gracias al público. Tocaron “Hades” (DÆMON III, 2017), “Gatteka” (N/O/I/S/E, 2018), “The Singularity” (N/O/I/S/E, 2018), “Squeeze” (Hexada, 2017) y “Rake” (Hexada, 2017) casi del tirón. Me pareció espectacular, los bajos profundos hacían que la gente se estremeciera al ritmo, moviendo la cabeza y cantando mientras en la pantalla trasera aparecían túneles de colores e imágenes super potentes de los discos y las canciones.
Al salir del foso me fui atrás a ver cómo se veía la pantalla con distancia, aún me gustó más. La imagen era nítida y se veían las figuras recortadas de los artistas que se estaban moviendo en el escenario. El concierto continuaba y en seguida llegamos a “To Whom It May Concern”, momento en el que Eric nos pidió a todos que encendiéramos las linternas del móvil. Muchos lo hicimos y de golpe todo se iluminó. El público se puso a corear el nombre de Ghostemane, a lo que él respondió coreando el nombre de Barcelona.
Sonó “D(r)own” del álbum Hexada y el mosh pit se volvió masivo. Ya llegando al final del concierto, en la canción “Andromeda” (PLAGUES, 2016), Ghostemane invitó a los más atrevidos del público a subirse al escenario haciendo crowdsurfing. Respondieron un montón de chavales que se quitaban la camiseta y se acercaban al cantante para darle un abrazo o cantar alguna palabra del tema en el micro. Eric se mostró muy receptivo a todos esos jóvenes tirándose (incluso haciendo mortales) hacia la pista y diciéndole cosas mientras él estaba a medio rap. El sonido era estupendo, el público estaba gozándolo y se acercaban los últimos temas que todos teníamos ganas de corear.
Antes de acabar con el concierto, los artistas se fueron del escenario, haciendo lo típico de irse, aunque era obvio que iban a volver para tocar las últimas. Tardaron bastante y a la vuelta el cantante llevaba un cigarro en la mano, pero eso no evitó que cantara igualmente. No recuerdo exactamente el orden de los tres temas finales, pero juraría que primero tocaron “Carbomb” del EP Fear Network del 2019, un temazo, todos haciendo headbanging a ritmo, brutal. Seguido de uno de sus temas más conocidos, “Mercury: Retrograde” (Hexada, 2017). Una actuación impresionante, había tanta energía que era imposible no saltar. Al acabar, la gente ya estaba pidiendo la última canción “Venom” (BLACKMAGE, 2016), creo que no vi a nadie que no estuviera chillando la canción a su máximo volumen, fue impresionante.
Para acabar con esta crónica y hablando objetivamente: si no lo has escuchado, hazlo ahora mismo. Aunque puede que pienses que no te va el trap o el rap, Ghostemane va mucho más allá, dale una oportunidad porque vale la pena. ¡Ya tengo ganas de que vuelva a Barcelona!