Por fin tenemos en nuestras manos la continuación de la saga comenzada por Christopher Bowes, líder de Alestorm. Quien le iba a decir a Chris que el grupo que creó paralelamente a Alestorm, se convertiría en muy poco tiempo en un grupo muy, pero que muy a tener en cuenta.
Y es que no tenía suficiente con un grupo excéntrico, divertido, friki y sí, diferente, creador del pirate metal, pero aunando mucha calidad e himnos metaleros. Pues no, no tenía suficiente, así que pensó, voy a montar un grupo de power a la antigua usanza, fresquito eso sí, pero más friki si cabe que el de piratas. Voy a meter un mundo medievo-futurista, donde no faltarán magos, bárbaros y ejércitos de unicornios, y por más inri, iremos disfrazados en los conciertos. Y todo esto se plasmó en su primer trabajo y primera parte de la saga, Tales from the Kingdom of Fife (2013). Una Escocia del siglo X y los cinco componentes representado a héroes y villanos de esta larga y épica historia. Dicho trabajo me gustó mucho en su momento, y sin ser nada impactante o novedoso, tenía suficiente fuerza y garra para despertar en mí, ese adormilado guerrero épico con ganas de batallas “roleras”.
El siguiente disco Space 1992: Rise of the Chaos Wizards (2015) no hizo sino constatar que Gloryhammer era una banda muy a tener en cuenta y no estaba para rellenar el tiempo de Bowes, teclista y alma matter de todas las letras y compartiendo siempre las labores de la composición musical con otros compañeros, generalmente con el baterista, Ben Turk y el guitarrista, Paul Templing. Dicho álbum llegó a tener muy buenas críticas, incluso algún que otro crítico profesional, llegando a decir que era uno de los mejores álbumes de power de los últimos 20 años. Y llegamos al trabajo que nos ocupa hoy, Legends from Beyond the Galactic Terrorvortex (2019), quién está ansioso por saber como continua la historia que nos dejó en vilo en su anterior trabajo, aquí la tenéis. Y es que la tierra fue destruida a manos de Hootsman (James Cartwright) con el fin de conseguir que Zargothrax, interpretado por Christopher Bowes no pudiera llamar al un “dios mayor”. Batallas épicas para un universo épico. Aquí nuestro Darth Vader particular, en forma del archimago Zargothrax, es el enemigo duro de roer y que está dando bastantes quebraderos de cabeza. Suerte que siempre nos quedará Angus McFife (Thomas Winkler) volando por el espacio para poder recargar su ansiado y efectivo Gloryhammer.
Volviendo al disco en sí, es mucho más symphonic power metal, con un aire más épico que sus anteriores trabajos. Tanto lírica como musicalmente. Y es que vuelvo a recordar que en tema de las letras son de un frikismo absoluto, tanto el mundo que se nos presenta como los diversos cachivaches y personajes que salen por doquier. Aunque esto no quita que nos haya encadenado una trilogía con bastante contenido narrativo y grandilocuente. Empezamos con la intro “Into the Terrorvortex of Kor-Virliath” que sirve para adentrarnos en el fantástico mundo de Gloryhammer, una orquesta con tintes medievales. Acaba en crescendo para empalmar con “The Siege of Dunkeld (In Hoots We Trust)” buen primer tema para este Legends from Beyond the Galactic Terrorvortex. Épico, riffs buenísimos por parte de la guitarra y el teclado. Momentos de batalla y momentos de alzar la voz y hacer los coros con Winkler. Incluso en mitad del tema, se adentran en un terreno que me ha recordado vagamente a momentos de los comienzos de Epica, con su parte más pesada y toque prog.
Continuamos con “Masters of the Galaxy” que tiene un toque más trotero y melódico y coros de esos pegadizos. “The Land of Unicorns” tiene un riff más rápido y contundente y unos estribillos de ir cerveza en mano y disfrutándola con los amigos. “Power of the Laser Dragon Fire” empieza con un guitar battle entre Bowes y Templing, para dar paso a una canción sobresaliente, un ritmo constante que no te deja respirar, pero a la vez que melódicos, Winkler está sencillamente espectacular y el break que se marcan en mitad del tema aún lo tengo marcado en el cerebro. La siguiente “Legendary Enchanted Jetpack” vuelve con el troteo y coros pegadizos. “Gloryhammer” es un tema duro, pero más lento, con el ritmo de un taladro percutor.
“Hootsforce” empieza de con Winkler arengado de manera enérgica y melódica, para ponernos a bailar máquina, si si, máquina. Es una canción divertida y podría haber quedado como una mierda, pero no, Christopher Bowes se ha sacado un temazo ultra bailable, con rock y un dance enfermizo, estoy ansioso de verlo, escucharlo y disfrutado el enero próximo, con su visita en Barcelona. Cambiamos totalmente de registro y volvemos al power de corte más añejo, con “Battle for Eternity” ha sido recordarme a Stratovarius de los noventa. Y terminamos con la obra maestra “The Fires of Ancient Cosmic Destiny“, que dura 12 minutos y medio. Aquí Gloryhammer nos presenta todas sus virtudes y cualidades en un tema dividido en cinco partes. Tenemos troteos, riffs rápidos, la aparición de la voz de Zargothrax (como ha ido pasando en varias canciones) tenemos otra vez un ritmo pegadizo maquinero, partes orquestales y corales, heroicidad y épica…y muertes, no pienso a spoilear a los valientes que se han adentrado a leer mi vomitivo destripe sin antes haber escuchado Legends from Beyond the Galactic Terrorvortex… ni tampoco el easter egg final…
En fin, que Legends from Beyond the Galactic Terrorvortex ha superado con creces mis expectativas y han materializado un álbum de bella factura. A estos chicos de Gloryhammer se los tiene que tener muy en cuenta, y dejando de lado las letras surrealistas y pintas frikunas encima del escenario, sus canciones son muy pegadizas, bien estructuradas y de calidad. Aún teniendo retales de grupos como el antes comentado Stratovarius, Rhapsody o Gamma Ray, su power sinfónico es muy característico, también es cierto que la particular voz de Thomas Winkler ayuda. Vaya, que dejéis de leerme y os pongáis con este pedazo de disco que es Legends from Beyond the Galactic Terrorvortex.
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.