God Dethroned – The World Ablaze

Nuestra Nota


7.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 5 de mayo de 2017
Discográfica: Metal Blade Records
 
Componentes:
Henri Sattler - Voz, guitarra
Mike Ferguson - Guitarra
Jeroen Pomper - Bajo
Michiel van der Plicht - Batería

Temas

1. A Call to Arms (1:54)
2. Annihilation Crusade (5:12)
3. The World Ablaze (5:49)
4. On the Wrong Side of the Wire (3:56)
5. Close to Victory (4:36)
6. Konigsberg (1:11)
7. Escape Across the Ice (The White Army) (4:06)
8. Breathing Through Blood (4:11)
9. Messina Ridge (3:39)
10. The 11th Hour (6:41)

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Con The World Ablaze los holandeses God Dethroned añaden la décima referencia discográfica a su extenso catálogo después de siete años, una separación, un cambio de lineup y algunos tumultos desde que publicaran su anterior Under the Sign of the Iron Cross en 2010. Henri Sattler es como siempre el único miembro permanente y el alma incansable e incorruptible detrás de esta banda, y en esta ocasión se ha hecho acompañar de un line up totalmente nuevo formado por tres músicos holandeses con sobrada experiencia en bandas de ese país pero absolutamente desconocidos para mí como son Mike Ferguson (americano naturalizado holandés, también en Detonation y alguna otra), Jeroen Pomper y Michel van der Plicht. Estas idas y venidas no son algo demasiado extraño, ya que God Dethroned nunca se ha caracterizado por tener una formación demasiado estable y por aquí han pasado casi una veintena de miembros que incluyen pequeñas celebridades del metal extremo y no tan extremo como son Tony Laureano (hoy batería de Nile) y especialmente Isaac Delahaye y Arlën van Weesenbeek, componentes clave de todo un baluarte del metal sinfónico contemporáneo como es Epica.

Éste es uno de esos discos (pasa con unos cuantos, bastantes más de los que me gustaría) que llevaba ya un buen tiempo en la lista de reproducción donde guardo los discos que tengo pendientes de reseñar. Con la coña de írmelo poniendo de tanto en cuanto a la espera de tener tiempo para dedicarme a él, resulta que a la que finalmente me he puesto me he dado cuenta que he acabado interiorizando todas sus canciones, sin excepción, y si las canciones no fueran pegadizas e identificativas eso no hubiera pasado en absoluto. Eso me lleva a concluir que muchas veces, a pesar de tener que sacrificar inmediatez y, probablemente, valor periodístico en un mundo en que las noticias y los discos se apilan con apremiante velocidad, esta demora semiforzada te permite que un disco se aposente cómodamente en ti y puedas tener muchos más elementos para ofrecer un juicio más educado.

Además, este tiempo de poso se antojó realmente necesario, ya que debo confesar que aunque blackened death metal con algunos matices que ya iremos desgranando en las próximas líneas es un estilo que en general me gusta y que escucho muy asiduamente, no conocía a estos God Dethroned casi más allá del nombre. No hay duda que ante la prácticamente interminable cantidad de bandas que se nos ofrecen hoy en día es imposible conocerlas todas, pero lo cierto es que estos chicos ya se merecen el estatus de históricos del death metal europeo, ya que publicaron su primer trabajo (muy poco exitoso, por cierto, llamado The Christhunt) en 1992, y son probablemente, junto a Asphyx, Pestilence o Gorefest, una de las bandas extremas más destacadas y longevas surgidas de los Países Bajos en estos fértiles días alrededor de 1990. Es imposible convertirme en un experto en la banda en pocas semanas, por supuesto, pero la curiosidad ha hecho que escuchara un poco aleatoriamente algo de todos sus trabajos anteriores, y la sensación es que este álbum tiene un componente algo más melódico que su último par de discos a pesar de sonar denso y pesado como un yunque de plomo, volviendo al estilo que practicaban alrededor del cambio de siglo, que probablemente coincidió con la cúspide de su popularidad.

Su aproximación es… no diríamos simple, no diríamos obvia… quizás podríamos decir natural, dentro del estilo que practican. No se complican la vida en inventar estructuras extrañas pero gracias a un sonido denso y pesado, con unas guitarras gordas y poderosas, consiguen un resultado perfectamente a caballo entre una brutal contundencia (mayor que la mayoría de bandas de death metal melódico que pululan por ahí) y una pegadiza accesibilidad (mayor también que bandas de death o black metal de las que también cogen algo). Porque lo curioso es que The World Ablaze resulta ser un disco tremendamente accesible y melódico con muchos punteos y melodías inevitablemente pegadizos, sirviéndose de recursos e instrumentación basadas en el death / doom y una voz a veces más cercana al black, en un abanico que va desde Behemoth o Melechesch a bandas de death metal melódico más convencional como Insomnium o Amon Amarth.

Ilustrado por una portada bélica como nos tienen acostumbrados, el disco empieza con una bonita intro épica, melódica y post-aftermática que parece tener lugar a la mañana siguiente de una cruenta batalla, pasada la lucha pero con un suelo aún humeante y decenas de cadáveres esparcidos por la zona. Este corte acaba abruptamente para dar paso al riff casi black metalero sobre el que se construye «Annihilation Crusade», una de las canciones más contundentes de todo el álbum sin renunciar a algunas partes decididamente melódicas y bombásticas que aquí son minoría pero que serán muy protagonistas durante todo el álbum. «The World Ablaze», a parte de ser uno de los mejores temas del disco, también se acerca más obviamente al death metal melódico del bueno, con un puñado de riffs brutales y pegadizos. Pero esta melodía tiene su origen en la más absoluta contundencia, y el poderoso punteo inicial, que se repite durante toda la canción intercaladamente con un riff rápido y potentísimo, es un ejemplo perfecto de ello. Los riffs melódicos de «On the Wrong Side of the Wire» o «Close to Victory» también son ilustrativos de lo que se trata en este disco, acercándose a lo que serían unos Amon Amarth sin toques vikingos: temas duros pero sorprendentemente accesibles, pegadizos y de aproximación más o menos clásicos.

«Köningsberg» es un opresivo pero elegante interludio melódico a dos guitarras que parte el disco en dos, y aunque lo que hay a cada lado no se diferencia demasiado estilísticamente, en general la primera parte me parece más inspirada que la segunda. Al igual que pasó con la intro que inauguraba el disco seis pistas atrás, «Escape Across the Ice» empieza con un fade in y un riff black metalero melódico, repetitivo y gélido (como su título ya apunta) que continúa insistentemente durante casi toda la canción. Más de la mitad del tema transcurre alternando dos riffs que tampoco son nada del otro mundo, y a pesar de ser algo pegadiza y de mejorar a la que aparecen algunos punteos por el medio, acaba resultando, para mí, el tema más plano de este disco. Los primeros compases de «Breathing Through Blood» son doom a saco, lentos y pesados, pero la cosa se engorila al cabo de un minuto y medio, en el que recuperan la velocidad que no habíamos visto en dos o tres temas y también el patrón melodeath con toques black que es lo que mejor parece funcionarles. «Messina Ridge» tampoco está nada mal, pero ambos, buenos temas, palidecen ante el que probablemente es, junto al tema título, el mejor corte de todo este álbum: «The 11th Hour» es blackened doom de manual, noventera, pesada, lenta y poderosa, incisiva y agobiante sin dejar de ser accesible gracias a un sinfín de potentes melodías que se entrelazan con una contundencia sónica apabullante. Un temazo como la copa de un pino, vamos.

Con 41 minutos, The World Ablaze pasa volando y está lleno de momentos sobradamente disfrutables. No sé si God Dethroned es una banda que merezca el ascenso a la primera división del death metal melódico, probablemente no, pero sin duda este disco merece no solo una sino varias escuchas atentas, ya que mantiene la tensión y el nivel en todo momento, motivando y enganchándote irremediablemente sin necesidad de complicarse demasiado la vida.

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Sobre Albert Vila 954 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.