No hace falta investigar mucho para saber que todo lo que lleve las palabras death metal y sueco me fascinan y debo confesar que gracias a internet pude descubrir un montón de grupos que de otra manera me hubiese resultado complicado, sobre todo para mi bolsillo (y la de decepciones que me hubiese llevado). En fin, que un día, navegando por la red de redes di con este disco y me atrapó al instante. Después pude investigar que quienes hicieron esta maravilla eran unos mocosos rubios que en 1988, con apenas 15 o 16 años, formaron un grupo llamado Botten Pa Burken para luego cambiar a Macabre End y finalmente a God Macabre en su última etapa que es la que nos ocupa.
Como no, el disco fue grabado en los Sunlight Studio a los mandos de Tomas Skogsberg y producido por el mismo grupo. Crearon una gran obra que fue también el detonante que lo dejaran estar. Algo que les pasó a muchas formaciones de la época supongo que por las expectativas que depositaron en sus obras y que no les dio los frutos que pensaban obtener. Pero como todo vuelve y la nostalgia nos envuelve muchas veces, hace cinco años decidieron subir de nuevo a los escenarios con una formación renovada pero manteniendo el núcleo duro activo.
Sin tener el típico sonido del HM2 si que tienen ese halo de oscuridad patente en casi todos los grupos suecos del estilo que es lo que me atrapa. Igualmente los grupos de Finlandia de death metal también me parecen de lo mejor que ha habido en Europa. Pero vayamos a hablar de lo que contiene el disco.
Un total de siete canciones que duran menos de media hora y se hace relativamente fácil de escuchar. El disco empieza con «Into Nowhere» con un riff principal muy bien elaborado y unos cambios muy dinámicos. La inclusión de teclados dan al conjunto una atmósfera brutal amenizada con buenos solos. Sorprende que con la juventud que atesoraban les saliese un producto de tanta calidad. Las voces son profundas y cavernosas y las melodías están muy bien buscadas recordando a los grandes nombres de la escena.
«Lost» empieza más a saco, es mucho más agresiva y no se andan con medias tintas. Una canción que en directo debe ser una locura con sus partes lentas y ominosas recordando en algunas partes a sus compatriotas Desultory por ciertos solos y el sonido en concreto. Decadentes y melódicos a la vez crean unos pasajes realmente memorables.
La siguiente canción «Teardrops» es una especie de interludio instrumental con un toque muy melancólico, dirigidos por unos teclados muy acertados y unas sugerentes armonizaciones de las guitarras que emanan oscuridad por todos sus poros.
Más punk y macarra es «Ashes of Mourning Life» con unos trozos muy a lo Nirvana 2002, recordando a las pelis de terror de los 80; eso fue una maravillosa influencia para todo el death metal. Muy bailonga y divertida con la que no puedes evitar mover la cabeza donde se asoma un poco del death’n’roll de los Entombed.
«Spawn of Flesh» ya apareció en los primeros trabajos del grupo cuando se llamaban Macabre End pero aquí ya con una buena producción y sonando como es debido. Una de las mejores canciones que contiene el disco con un inicio devastador y oscuro. Luego vuelven a un movido death metal de la vieja escuela que me encanta. A la mitad de la canción meten un trozo doomy que es sencillamente delicioso para luego no parar de machacar tu cabeza. Vuelven a recurrir a la lentitud para cerrar.
Otro interludio de esos que tanto les gustaba en la época a los grupos, pero esta con tintes más coloreados y luminosos. Guitarras acústicas clásicas junto a unos teclados etéreos y volátiles que para mí rompen un poco la oscuridad y, a pesar de ser una buena pieza, la encuentro bastante innecesaria, mejor hubiese sido ponerla como outro.
Con «In Grief» llegamos al final del disco con su inicio pútrido y arrastrado de puro doom/death pero se animan rápido, no saben estar quietos mucho rato. Tremendo cambio y vuelta a la tralla, que maravilla de riffs, sencillos pero efectivos. El sonido de los solos me encanta y están muy bien puestos en la mezcla destacando lo justo por encima del resto. Genial su épico final.
Si os gusta el death metal de corte clásico pero con un sonido no tan sueco en las guitarras pero si en general y no lo habéis escuchado, ni lo dudéis. Se trata de una joya que no debe pasar desapercibida, gemas que se ocultan en la oscuridad donde fueron creadas y esta hace ya 25 años.