Desde las profundidades del underground sueco, God Mother se ha erigido como una fuerza en ascenso desde su formación en 2012. Su debut, Maktbehov (2015), los posicionó como una de las revelaciones más excitantes del metal, entrando en las listas destacadas de medios como Loudwire, Blunt Mag y Metal Injection. Pitchfork describió este debut como «un álbum que impacta como un asteroide, dejando extinta a gran parte de su competencia.»
Su siguiente larga duración de 2017, Vilseledd, editado bajo el sello propiedad de The Dillinger Escape Plan Party Smasher Inc., consolidó su camino mezclando hardcore, grind, sludge y noise en un cóctel explosivo.
Tras extensas giras por Europa, Centroamérica y Sudáfrica, y tras compartir escenario con bandas como Cult Leader, The Number 12 Looks Like You y los propios The Dillinger Escape Plan, God Mother regresa con Sinneseld (2024), un EP de cinco canciones –que ya es el tercero en su haber– que vio la luz el pasado 10 de mayo.
No me andaré con rodeos: Sinneseld es todo un estruendo. Es una ráfaga de energía que apenas dura siete minutos pero que deja un precioso y placentero sabor en la boca. No en vano, la banda siempre ha sido conocida por su urgencia y agresión, por lo que en este nuevo lanzamiento, no decepcionan.
Sinneseld representa un cambio sutil en el sonido de God Mother, incorporando elementos de punk y rock para crear su trabajo más accesible hasta la fecha, pero sin abandonar su característica brutalidad. Desde el primer acorde de la inicial «Huddinge Blues», el EP golpea al oyente con una intensidad desenfrenada, canalizando la agresividad del punk mientras se mantiene fiel a sus raíces hardcore. Con este inicio tan potente, God Mother muestra su dominio del género, creando una experiencia auditiva única. Canciones como la cautivadora «Big Things Coming», con sus ganchos infecciosos muy de la escuela Every Time I Die, o la frenética «Human+» –en la que colabora Robin Hansson, vocalista de Prescriptiondeath, otra banda sueca afín–, con blast beats y guitarras frenéticas, establecen las reglas del juego.
«Breacher», por su lado, es tan nítida como crispada. Aquí destacan sus brillantes guitarras, lo que contribuye a mantener la base de la identidad musical de God Mother. Y para cerrar, «Spellcraft», en la que se evoca la intensidad de bandas como Converge. A lo largo del EP, God Mother demuestra gran maestría en la creación y ejecución de momentos ultra pegadizos, a pesar de la brevedad de los temas, con coros incendiarios que permanecen en la mente del oyente mucho después de terminar la última canción, y este tema final es un claro ejemplo de ello.
Aunque no llega ni a los 10 minutos de duración, Sinneseld es un recordatorio poderoso del talento y la ferocidad del cuarteto sueco. Obviamente, terminaré tirando de topicazo y diré que este EP deja a l@s oyentes deseando más, ansios@s por lo que la banda nos pueda traer en el futuro, que imagino será su tercer larga duración. Con este mini lanzamiento, God Mother reafirma su lugar como una de las bandas más emocionantes e influyentes en la escena del hardcore actual, sobre todo ahora que los colosos The Dillinger Escape Plan y Every Time I Die les han dejado la vía libre. Pero, ojo, que hay por ahí unos tales Better Lovers…
God Mother se está convirtiendo en una de esas bandas que desafía nuestras percepciones sobre el ruido, y lo están logrando con maestría. Este EP. Con cada acorde, cada grito y cada blast beat, la banda nos lleva a un viaje frenético y emocionante. Es como si nos invitaran a abrazar el caos y encontrar belleza en él.
En un mundo lleno de melodías predecibles, God Mother destaca al desafiar los límites y ofrecer algo fresco y emocionante. Este EP es un testimonio de su habilidad para fusionar mil y un géneros de una manera única, creando una experiencia auditiva que es igualmente desafiante y gratificante. Con cada canción, nos empujan más allá de nuestra zona de confort y nos recuerdan por qué amamos la música en primer lugar.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.