Y hoy por fin tengo en mis manos el nuevo trabajo de Gojira. Esta sensación que me ruboriza, que me produce un placer tan especial, solo la consigo con tres bandas: Metallica, Trivium y Gojira. Los franceses se han convertido en parte esencial de mi triunvirato de bandas fetiche, en una banda de cabecera y a la que acudo con regularidad en busca de las respuestas a las preguntas que me plantea la vida. Vale, no entendéis que me pueda poner melodramático, pero doy fe de que no exagero ni un ápice.
El séptimo hijo de la banda de Bayona se titula Fortitude y llega tras cinco años de silencio discográfico. Demasiado tiempo sin respuestas nuevas. Una espera demasiado larga. Recuerdo bien el 17 de junio de 2016, fecha en que recibí con ilusión Magma, su anterior trabajo, del que me había aprendido de pe a pa los singles de adelanto “Silvera” y “Stranded”, vi con recelo el corte de melena de Joe Duplantier y disfruté de un colosal concierto previo en el que los guturales desaparecían por momentos… Mi primera escucha de Magma fue una “decepción”, una desilusión que fue tan grande que tardé cerca de tres años en volver a escuchar el disco entero. Hoy, lo disfruto igual que el resto. Amplitud de miras, mirada a nuevos horizontes. Otra lección de vida gracias a Gojira.
Fortitude llega con la incertidumbre de qué camino emprenderá la banda de los hermanos Duplantier. ¿Seguirán la senda abierta con Magma? ¿Regresarán al camino del músculo y los gritos? ¿O simplemente harán lo que les dé la real gana para volver a impresionarnos?
Estas semanas previas, el grupo ha ido ofreciendo unos cuantos adelantos de estilo bastante variado. Las sensaciones son brutales, quizás pecaré de hype; quizá mi vena de fan gruppie esté demasiado hinchada. Pero no voy a engañar a nadie si afirmo que “Another World”, “Born for One Thing” y “Amazonia” son tres piezas brutales.
Todo empezó en verano de 2020 cuando nos regalaron, sin previo aviso, “Another World”, una canción a modo de crítica como es habitual dentro del catálogo de Gojira. Un tema con aroma a From Mars to Sirius (2005), con riffs endiablados, unos guturales perfectos de Joe y esa batería soberbia de Mario, el mejor batería del metal actual. Un brillante trabajo de Jean-Michel Labadie con su bajo… ¡qué profundidad nos ofrece! Y un juego de capas de guitarras increíble entre Joe y Christian.
Gojira volvían por la puerta grande con una canción en parte apocalíptica y en parte esperanzadora. Un símil de lo vivido en El Planeta de los Simios pero actualizado en pleno mundo bajo la sombra de la pandemia. Muy acertada la forma que tiene la banda de visualizar los problemas de la sociedad.
El segundo avance fue “Born for One Thing”, un corte más de la época The Way of All Flesh (2008). Ritmos acelerados con los efectos de guitarra patentados que tanto adoramos de Gojira. Una canción potente en todos los sentidos que se diluye en su recta final, a través de un efecto ya utilizado en varias composiciones de la banda.
“Amazonia” arranca con efectos de sonido que nos trasladan a L’Enfant Sauvage (2012) pero con cierta instrumentación étnica en el fondo de la melodía. La canción se agranda a medida que avanza y las piezas se colocan en su justo sitio. Estribillo poderoso adornado por un riff genial, un puente con coros múltiples que dan profundidad al momento, y retornamos a la parte del estribillo con soltura. La canción va mutando entre la dureza y los tramos de estilo más étnico, muy acorde a la idea que sobrevuela la canción. Todo un himno con el que la banda apadrina una fundación para ayudar a los indígenas de la selva Amazónica de Brasil.
“Into the Storm” tiene más de Magma, una canción con múltiples enfoques: por un lado tenemos la brutalidad y por el otro, la “dulzura” de una supuesta canción calmada de Gojira. Mario brilla por encima del resto, con un trabajo impoluto en la batería.
Y el último avance llega unos pocos días previos al lanzamiento oficial del disco. “The Chant” es una canción presumiblemente floja, más atmosférica. Una canción que seguro que actúa a modo de nexo de unión entre dos piezas más intensas. Es un corte más cercano a Magma que a sus trabajos más antiguos. Personalmente, me ha parecido floja y demasiado larga.
Y al fin, degustando el disco por completo, podemos acabar de analizar las canciones restantes. La primera de ellas se titula “Hold On”, una canción algo diferente dentro del catálogo de Gojira. Un trabajo poco común en las voces por parte de Joe y un trabajo instrumental menos intenso que de costumbre. Contiene un buen solo y mucha pesadez y oscuridad. Un buen tema pero que no trascenderá como clave en el disco.
“New Found” arranca con un groove poco común y un riff muy Gojira. Un arranque complejo y envolvente que tampoco suena a nada escuchado con anterioridad. Una canción melódica que crecerá seguro con las escuchas. El trabajo de voces -épico- promete no dejarte indiferente. Incluso podemos escuchar un guiño a Zakk Wylde en el solo central del corte.
El tema que da nombre al disco es, curiosamente, la pieza más corta del plástico, con poco más de dos minutos de duración. “Fortitude” es instrumental y de carácter algo tribal. Quizás queda algo deslucida dentro del concepto pero… no voy a quejarme.
“Sphinx” es Gojira en pura esencia. Cuenta con esos efectos de guitarra que tanto adoramos de su época gloriosa, voces maléficas de Joe, ritmo atronador y un estribillo de voces mas chillonas y menos oscuras. Le falta algo de gancho pero la canción es muy interesante y apta para seguir la evolución de su propuesta.
“The Trails” es el penúltimo corte de Fortitude. Una canción que también se nutre de las nuevas ideas compositivas de la banda. Una canción más calmada, sobre todo si tenemos en cuenta que viene justo después de “Into the Storm”, lo que hace bajar las revoluciones del disco. El trabajo de voces es realmente acojonante.
Y llegamos al cierre con “Grind” y su fulgurante arranque de latigazos de guitarra y batería. Una canción impactante que nos arremete con fuerza a The Way of All Flesh. Riffs contundentes, voces descomunales… el mejor cierre posible para este Fortitude.
Y, finalmente, toca hacer cálculos y sacar conclusiones. Fortitude no es un trabajo fácil pero tampoco es tan distante como lo fue Magma. Es un punto intermedio en la evolución de una banda que está saliendo de su zona de confort, buscando su propia evolución y la de su sonido. Complicando sus canciones porque saben que pueden hacerlo. Saben que solo ellos pueden poner el tope a su calidad compositiva.
Fortitude es un disco intenso y complejo, un disco con ganchos y con canciones que necesitan madurar y ser analizadas con el tiempo. No son ni directas ni ágiles, pero son fieles a una propuesta que les encumbra como una de las bandas más intensas y originales de la escena extrema actual. Gojira saben que pueden ser los más grandes y se están labrando un camino excelso a la cumbre. Los franceses tienen un sonido único y aquí radica el 99% de su valor intrínseco añadido.