Mucho tiempo llevaban los Gotthard de gira de unplugged, así que ya se morían de ganas de salir a hacer lo que mejor se les da: crear un gran disco de hard rock melódico y salir a defenderlo en gira. Posiblemente estemos ante la obra más completa desde que empezó la era Nic Maeder después del fallecimiento de Steve Lee. Temas muy sólidos, bastante variados y con mucho punch. Lo mejor de todo es que tras 13 discos de estudio el grupo sigue teniendo mucho que ofrecer, y bueno. Es una obra muy pensada, con mucho single potencial y a la que se le nota que han estado de unplugged pues les ha permeabilizado en muchos de los temas aquí expuestos. Sonido rotundo y arreglos corales variados, especialmente en las percusiones. Una obra completa y colorista cargada de un buen puñado de singles en potencia. Nunca baja el nivel esta gente…
Se abre la caja con un “Bad News” muy definitoria y algo tópica en su estilo. Sonido tremendo con las guitarras de Leo Leoni aportando riffs y un solo muy logrado. Abrirá sus shows, pues funciona, pero no es para un servidor lo mejor del disco. En cambio, “Everytime I Die” sí que les sale redonda, con sirena de ambulancia incluida. Melódica, siendo un medio tiempo eléctrico y con un groove excepcional. Ese parón para dejar a Nic cantando solo es brillante. Te electrifica el cuerpo y posee uno de los mejores solos del disco (muy técnico y espectacular). Destapan el tarro de las esencias (orientales) en “Missteria”, un enfoque arábigo que salió al final de las sesiones de grabación y que le da al grupo un enfoque diferente. Es el perfecto single típico del grupo, con un estribillo que no te lo quitas de la cabeza en una semana. La enorme sorpresa es la inclusión de la versión de ABBA“S.O.S.”. Es tan brillante que puede que llegue a sonar en los conciertos, con ese delicado piano de entrada y con un Nic perfecto a la voz. Hay varias versiones de este tema en clave metal, pero me quedo con esta.
El catálogo de singles potenciales no se acaba aquí y “Better than Love” es otra buena muestra de que las musas acudieron a su llamada. Accesibles y melódicos, pero con mucha fuerza y con otro estribillo precioso que conecta con los Van Halen de la era con Sammy Hagar. Tiempos marcados a guitarrazos y break de Hena Habegger en la entrada para “10000 Faces”. Tema correcto que no baja el listón y que suena a directo puro, muy definitoria de lo que siempre han hecho, con un gran trabajo de coros. Hay un par de temas que vienen dados en gran parte por la fantástica experiencia que les supuso la gira en unplugged. El primer ejemplo es la brillante y bella “Marry You”. Violines en los arreglos arropan esta delicada pieza en la que Nic se sale y Leo acaricia las cuerdas de la guitarra. Otro de los grandes momentos del disco, aunque habrá quien diga que peca de pasteloso y cursi, si bien el solo de teclado le da fuerza suficiente al corte. La otra desenchufada es “Rescue Me” que cierra el compacto y aquí las percusiones de Hena vuelven a tener un importante peso pues luego pasa a batería completa.
El grupo se divierte en “Another Last Time” sin más presión que la de ofrecer otro gran tema de rock duro melódico y accesible. Infalibles en la fórmula puente-estribillo. Otra Buena muestra de que esta gente disfruta en su cometido es “I Can Say I’m Sorry”, de inicio acústica y de espíritu optimista con un piano de pieza clave. Vuelve a funcionar todo, pero sin aspavientos ni sin tomar grandes riesgos. El enfoque oriental de “Missteria” o el hecho de grabar en acústico las dos piezas citadas anteriormente es lo único novedoso en este gran disco. En “Save the Date” hay un plus de electricidad, pero se mantienen todas las características básicas del grupo. Quizá de la producción haya que decir que el volumen de la guitarra a veces es algo exagerado, como la voz lo está en las baladas, aunque para nada supone un hándicap. Completa la oscura “Man on a Mission” que supone un acercamiento (hasta cierto punto) a Alter Bridge. Especialmente por sonido y forma de componer. Queda “No Time to Cry” que mantiene el tipo a golpe de orquestaciones y recoge el testigo de la anteriormente citada.
#13 confirma que este grupo sigue estando tocado por una varita mágica. A pesar de llevar décadas en el negocio y de perder el alma con la muerte de Steve Lee se han repuesto y siguen ofreciendo un material que va más allá de lo meritorio. Hard rock con mayúsculas, con clase, accesible y melódico, capaz de agradar a fans más allá del rock incluso. Y eso no es algo malo, pues la buena música traspasa fronteras. Uno de los grandes logros de esta agrupación suiza es que siguen siendo los mismos que empezaron (casi) y que los lazos de amistad son tan fuertes que se transmiten a sus fans. Lo mejor desde Firebirth y una demostración absoluta de que Nic Maeder es el perfecto sustituto del gran Lee.