Grande Royale y Overdrivers demuestran que el rock clásico siempre triunfa

En plenas fiestas de mayo de la ciudad de Lleida los amantes del rock pudimos tener nuestro refugio fuera de la programación oficial de los festejos. La iniciativa y habitual buen hacer de Ace of Spades Producciones nos brindaba la única fecha conjunta en todo el estado de estas dos formaciones, seguramente no de primera fila en la escena pero con un directo digno de ver y que tan solo la ausencia de un golpe de suerte no les ha catapultado a un peldaño superior. Por lo pronto han girado por España con hasta nueve fechas cada grupo por su cuenta solo coincidiendo en Lleida en un combo que visto lo visto resultó más que apetecible.

Overdrivers

Sin tener muy claro que me iba a encontrar en el Cafè del Teatre al llegar a las inmediaciones del local se barruntaba buen ambiente y afluencia notable. Así fue. Justo al acceder acababa de empezar puntualmente el tiempo de Overdrivers. He de confesar que antes que se anunciase la fecha no tenía muy controladas a las bandas pero algunas escuchas de su material hacía presagiar un buen y festivo concierto. Ninguna de las dos formaciones han inventado nada pero saben defender sus respectivas propuestas y en directo dan el resto. Desde el primer tema «You Cheat on Me» de su más reciente obra Rock Out! se pudo comprobar. Y es que como le gusta al personal ese rock que bebe absolutamente en AC/CD y que bandas como Airbourne le han tomado el relevo. Festivo, rápido y desenfadado hace que ya haya movimiento de inicio y que a menos que te despistes se te vaya la cabeza. Que mucho le deben a los hermanos Young es evidente en temas como «She Hides a Big Packet». No sería la primera que nos recuerda a la legendaria banda australiana y es que ellos mismos proclaman que hacen Australian rock poco más que decir.

El headbanging por parte de la banda no cesa y nos ofrecen «Factory» y «She’s on Her Period» tema-título de su disco de 2018 en la que el guitarrista Anthony Clay se baja al público e interpreta el solo dándose un buen paseo por toda la sala. No sería la única vez. Nos permiten descansar con «Forever Young», «Girls Gone Wild» y «High Mountain» con una cadencia mucho más pausada y buenos coros en esta última. En este punto he de decir que el tono chillón del vocalista Adrien Desquirez se me estaba atragantando. Es como si a Dave Mustaine le vayan retorciendo las pelotas y de este modo su habitual tono se volviera excesivamente agudo. Cosas mías supongo. Un solo de batería en este punto no es lo más indicado. Cierto, fue breve y pareció no importarle al personal, pero la cosa iba bien… no la jodamos. Algo más trabajado es la que abre su She’s on Her Period «The Best Blowjob in History» para devolvernos inmediatamente a su disco de 2016 Rockin’ Hell con «Bertha Rottenfold» muy hard rockera mostrándose de igual modo ochentera… un momento, ¿muchos títulos con referencia al género femenino verdad?

El personal lo pasa bien y el grupo sigue sin descanso con «Hot Driver», «Show Your Boobies» y «Hellhounds» aunque en este punto un solo de guitarra no ayuda aunque todo el mundo se lo toma bastante bien de nuevo, más aún cuando buena parte del mismo lo hace en medio del público e incluso se va al sector más lejano de la sala en donde siempre hay algunas mesas y personal sentado y literalmente les asalta. Para los dos últimos temas toma protagonismo su primer disco del 2016 con «Rockin’ Hell» y «Limbs of R ‘n’ R». Lo curioso es que al finalizar el vocalista y guitarra Adrien se despidió con un «Gracias, Barcelona»… ciertamente las giras afectan. Ni siquiera tienen una fecha en la capital catalana en esta ocasión.

Grande Royale

Cambio de backline y tiempo para los suecos Grande Royale. La verdad que la puesta en escena fue un pequeño contraste ya que del muro de pantallas de amplificación que presidía ambos lados de la batería pasamos a un panorama prácticamente despejado con tan solo tres amplis combo de no muy generosas dimensiones. Y la verdad que en cuanto a sonido no se mermó la cosa, al contrario. Ya sabemos que en la mayoría de ocasiones los muros de Marshall son mero atrezzo.

La banda salió más que activada dispuesta a defender su legado de seis discos ya y un directo. Su primer lanzamiento data de 2014 aunque abrieron con «Status Doom» de su último Welcome to Grime Town editado este mismo año. Estos parece ser que se habían enterado de donde estaban y saludaron con un Hola Lleida!. Súper enérgicos con esa propuesta arraigada en los 70 y el sonido Detroit con ese toque tan escandinavo que dan por esos lares al hard rock. Todo con algunas pinceladas de pop. Caen «Bang» y «Troublemaker» aumentando la intensidad y aunque la gran mayoría de presentes desconocían al grupo ya se era consciente de la calidad del mismo y se disfrutaba.

A estas alturas el vocalista y guitarra, Gustav Wremer, ya se había despojado de cualquier ropaje y a torso desnudo encaraba el resto de concierto. La parte del central del set no tuvo desperdicio. Súper enérgicos con un sonido pulcro y mostrando muy buen hacer instrumental en piezas como «Schizoid Lullaby» con unos riffs muy Zepelinianos, «Breaking News» con esa esencia setentera total, «7 Days» en donde alternan solos con maestría o «Ain’t Got Soul» mucho más rockanrolera.

Con una suave melodía de blues nos presentan a la banda y en la parte final el personal eleva sus cervezas al aire cuando participan a petición del grupo al cantar el título de «Brake Light». «One Second» nos recuerda, presente su esencia toda la noche, una vez más a AC/DC y «Go Go Go» invita de nuevo a corear. «Rock ‘n’ roll Business» puso el colofón final en lo que fue toda una lección de rock desnudo, crudo, auténtico y sin artificios.

Deberíamos valorar mucho más este tipo de conciertos y bandas. Próximos, con músicos de calidad que creen en lo que hacen y que reviven la fe en la música.

Albert Perera

Live After Death tuvo la culpa de todo y tantos años después aquí seguimos. Si hay algo que me gusta más que escuchar música es hablar sobre ella y difundirla… y en ello estamos durante más de dos décadas.