Cuando uno tira de shock rock y la noche se anima tras el concierto uno se puede olvidar de que para el show iba maquillado y llevaba un hacha… Eso le pasó al bueno de Lizzy, que se fue de fiesta y al levantarse pronto para ir a buscar el avión no le dio tiempo de darse una ducha. La policía alemana no está para tonterías y si ve a un tipo lleno de sangre y con un hacha… ¡pues blanco y en botella! Aquí Lizzy nos cuenta como aprendió que hay que ducharse siempre antes de pillar un avión.
“A ver, tienes que tener en cuenta que toda esta historia fue antes de los atentados del 11-S… ¡¡¡Fui detenido en el aeropuerto de Alemania!!!!! Concretamente en el aeropuerto de Stuttgart, pues los empleados no revisaron todas nuestras maletas, a pesar de que eran las mismas maletas con las que vinimos para Alemania desde Estados Unidos. Por lo que tuve que llevar mi bolsa con la ropa del concierto en el avión dentro de la bolsa de mano. Cuando la pasaron por la máquina de rayos X, la señora, enseguida, me pidió de mirar dentro. Lentamente abrió la cremallera de la bolsa. ¿Y qué vio en ella? Un hacha fresca, chorreante y ensangrentada. Saltó hacia atrás como un metro y medio con sangre en los dedos.
Con voz histérica, sacó su walkie talkie y en cuestión de segundos, ya estaba rodeado por seis o siete policías alemanes. Me escoltaron a la fuerza a través del aeropuerto hacia una pequeña habitación dejando a la banda en la terminal para coger un avión que despegaba en diez minutos: nuestro avión. La puerta se cerró de golpe detrás de mí y me pusieron en el centro de la habitación a la vez que tomaron sus posiciones a mi alrededor. Y me dijeron «¡Dame tu pasaporte!» Le entrego mi pasaporte a ese policía alemán de aspecto mezquino mientras miro el hacha ensangrentada que gotea sobre su escritorio…
Entonces, de repente, me doy cuenta de que todavía llevo maquillaje, uñas de color negro azabache y el cabello alborotado de la noche anterior. El policía luego me pregunta «¿Qué has hecho?». Dije: «Nada. Es un accesorio. ¡Así es el mundo del espectáculo!… ¡El mundo del espectáculo!» «¿Qué de dónde vino esta sangre?», me preguntó… y yo dije con voz seria: «Toqué un concierto ayer por la noche. Soy cantante en una banda de rock llamada Lizzy Borden”. Luego dijo con voz seria y enojada «¿De dónde salió toda esta sangre? pues es la sangre de pega que usé ayer en el espectáculo…”.
Al final le repliqué: “Sabes, todo esto no vale la pena para mí. Así que puedes quedarte el hacha y dejar que me vaya en el avión”. Él dijo: «¿No entiendes que esto es un arma? ¿Por qué pensaste que podrías pasar un hacha en el aeropuerto? Es lo mismo que tener un arma por la calle, tal vez peor, y tienes sangre por todas partes… Yo no sé qué has hecho para tener sangre por todo tu cuerpo… ¿Qué es esto tío? ¿Cómo lo llamas?” Y lo le dije: «¡ES UN HACHA!» Finalmente lo convencí de que me dejara ir después de prometerle que no volvería a Alemania en un largo plazo de tiempo. Me escoltaron hasta el avión, eso sí, sin mi hacha ensangrentada”.