Nace una nueva sección en la que bandas destacadas y famosas nos dan a conocer grandes anécdotas locas y nos las cuentan ellos mismos, sin filtros ni retoques, para que podamos poner luz en la oscuridad y realmente sepamos qué pasó. Empezamos por esta primera historia:
Los alemanes Sienna Root son una banda de retro rock con vocalista femenina. Llevan muchos años y cada disco editado cautiva un poco más a sus seguidores a la vez que el grupo crece un poquito más. En la última entrevista con motivo de su nuevo disco Revelation, preguntando a su líder y bajista Sam Riffer, nos contó una memorable anécdota en la que un despiste hizo saltar las alarmas de seguridad en la estación de Sants un 11S. Casi nada…
“Tengo una historia muy interesante sobre Barcelona… recuerdo muy bien ese día. Habíamos tocado en un festival en Portugal y se suponía que el siguiente día íbamos a tocar en Barcelona y teníamos los billetes para ir en tren desde Lisboa a Barcelona. Era un viaje de noche y habíamos reservado camas para poder dormir, y al llegar al tren, vimos que no había camas y que nos tocaban asientos normales. “No han reservado ustedes camas, lo siento” nos dijeron. ¡Joder! Tendremos que estar sentados toda la noche. Eran 11 horas y había poca cosa a hacer, por lo que nos sentamos y bebimos vino. Al llegar a Barcelona estábamos absolutamente cansados. Y justo el día era un 11 de septiembre: la fiesta nacional de Catalunya y otra fecha con otros significados también.
Llegamos a Barcelona a la estación central (Sants Estació) y andábamos muy estresados puesto que había que ir rápido al estudio, y allí nos fuimos en taxi. Al llegar al estudio nos dimos cuenta de que habíamos olvidado dos maletas. Y fue: “Mierda, nos las hemos dejado en la estación. Nos las habrán robado seguro, pero, por si acaso, tomamos un taxi de vuelta y vamos a ver si todavía están”.
Al llegar a la estación la situación era increíble pues estaba tomada por la policía que rodeaba todo el perímetro de la misma. Entonces vimos de lejos que nuestras mochilas estaban en el centro de la estación y que los policías las estaban apuntando. También vimos un enorme container que se dirigía hacia las mochilas. Entonces nuestro batería se acercó a un oficial y le dijo: “Perdone señor… esas son mis mochilas (risas)”.
El policía se cabreó mucho: “Cómo dejáis vuestras mochilas abandonadas un 11 de septiembre en la estación más importante de Barcelona. ¡Voy a acusaros de terrorismo! ¿Por qué lo habéis hecho? ¡Llegáis cinco minutos más tarde y hubiésemos explosionado vuestras mochilas en el container! (risas) A ver… afortunadamente nuestras mochilas no habían sido robadas, las estaban guardando muy, bien de hecho (risas). Pero huimos de allí estresados cogiendo dos taxis. La policía andaba muy cabreada pues habían tenido que acordonar toda la zona por seguridad”.