Green Day – Dookie: 25 años de la «reinvención» del punk rock

Ficha técnica

Publicado el 1 de febrero de 1994
Discográfica: Reprise Records
 
Componentes:
Billie Joe Armstrong - Voz, guitarra
Mike Dirnt - Bajo, coros
Tré Cool - Batería

Temas

1. Burnout (2:07)
2. Having a Blast (2:44)
3. Chump (2:54)
4. Longview (3:59)
5. Welcome to Paradise (re-recorded version) (3:44)
6. Pulling Teeth (2:31)
7. Basket Case (3:01)
8. She (2:14)
9. Sassafras Roots (2:37)
10. When I Come Around (2:58)
11. Coming Clean (1:34)
12. Emenius Sleepus (1:43)
13. In the End (1:46)
14. F.O.D. / All by Myself (5:46)

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Mi introducción a Green Day se remonta a 1993, cuando me topé con el videoclip de «Longview». Recuerdo que pensé que eran buenos pero no excelentes, por lo que los descarté al parecerme una mera encarnación más del punk generado por la reciente fama de Nirvana. ¡Mi error fue que no escuché el resto del álbum, que es francamente una obra maestra del punk rock! ¡Todo un revival! Esta banda tomó un poco de los Sex Pistols y de The Clash y le añadió a la mezcla un poco de nervio para crear un sonido punk que incluso hoy en día es exclusivamente suyo.

Repleto de ricos temazos está este Dookie. «Longview» está (muy) bien, pero «Welcome to Paradise», «Basket Case» y «When I Come Around» son aún mejores. De hecho, como en cualquier clásico, este álbum debe escucharse de principio a fin en una sesión non-stop para ser realmente apreciado en su totalidad. Y la totalidad es bella… algo parecido me sucedió cuando escuché por primera vez el Blood Sugar Sex Magik (1991) de Red Hot Chili Peppers.

Producido por Rob Cavallo, estamos ante el tercer álbum de los de Oakland y su debut con una major. El álbum se convirtió en un éxito comercial en todo el mundo, impulsado por cinco exitosos singles, una hazaña sin precedentes para cualquier grupo de punk rock. Esto se debió a la accesibilidad de las composiciones de su compositor, guitarrista y vocalista Billy Joe Armstrong, quien utilizó potentes melodías para ofrecer letras brutalmente honestas y música rock sin ambigüedades. El resultado final es un álbum muy influyente y aclamado por la crítica que se hizo eco de la década de los 90 y catapultó su carrera hasta unas cotas de éxito que hoy en día todavía persisten.

Armstrong y el bajista Mike Dirnt formaron una banda llamada Sweet Children cuando eran unos críos, y pocos meses más tarde firmaron con la discográfica independiente Lookout! Records para preparar su EP debut 1,000 Hours (1989). Fue entonces cuando decidieron cambiar su nombre a Green Day (en una clara referencia a la marihuana). En 1990, lanzaron su primer larga duración, 39/Smooth, y ficharon a Tré Cool como batería permanente. Mientras tanto, la popularidad de la banda comenzó a alcanzar niveles sin precedentes para un grupo de punk independiente y se fueron de gira por los Estados Unidos y Europa. Lanzado en 1992, el segundo LP Kerplunk se vendió lo suyo, lo que hizo despertar el interés de cantidad de grandes sellos discográficos interesados.

Cavallo había trabajado con la banda The Muffs, cuyo trabajo impresionó a los miembros de Green Day y, rápidamente notaron el feeling y que ambos «hablaban el mismo idioma». Dookie fue grabado en tres semanas a fines de 1993 y fue mezclado y remezclado dos veces para capturar a la perfección la confluencia de «grupo independiente» y «grupo que debuta en la gran liga». La banda estaba a punto de tomar el camino hacia el más escandaloso de los estrellatos.

El álbum se abre con «Burnout», una canción típicamente de punk clásico pero con un puntito más actual (para la época). Son dos escasos minutos que finalizan casi tan rápido como se inician. Escrita mientras la banda estaba inmersa en su primera gira nacional en 1992, «Having a Blast» es otra melodía optimista que se distingue por esas paradas tan rudimentarias ubicadas hacia el final de la canción. La tercera canción, y con esta ya son tres temas que no llegan a los tres minutos de duración (el álbum se os pasará volando, aviso), es «Chump», que se distingue por una gran sección instrumental final a cargo de Dirnt (batería) y Cool (bajo); de lo mejorcito del álbum. Esta sección instrumental conduce al oyente hacia una salida frenética que se disuelve a las mil maravillas en lo que es la introducción del bajo de «Longview», uno de los hits más hit en la carrera de Green Day.

Esta es la primera de las canciones más importantes aquí contenidas. «Longview» supone ir un paso más allá en la composiciones de la banda; es un gran avance en muchos niveles. A Dirnt se le da libertad para brillar durante los versos con un patrón de bajo mente adictivo. Escrita también durante la anteriormente citada gira, la banda escogió este título en referencia a la ciudad de Longview, Washington, pues fue allí donde se interpretó por primera vez en 1992. Primer single, que subió a la cima de todas las listas habidas y por haber.

Como ya he indicado unos párrafos más arriba, «Welcome to Paradise» fue lanzado originalmente en el segundo álbum de Green Day, Kerplunk, pero fue re-grabado para este Dookie. Aquí, el grupo vuelve a regalarnos un trallazo de punk básico pero con unas armonías vocales ricas y otro puente instrumental único, que se basa en una línea de bajo que se vuelve cada vez más frenético hasta que muere hacia el final de la canción. Las letras giran entorno a la propia experiencia de la banda al mudarse a una casa abandonada en Oakland cuando todavía no eran más que unos mocosos con delirios de grandeza. En «Pulling Teeth», la banda se aleja bastante del punk por primera y única vez en el álbum. Lo que más destaca son esas guitarras rasgadas y el dueto vocal.

«Basket Case» es su tema, no solo más célebre, sino contundente de este trabajo. Nos muestra a una banda bastante más energética (esta sensación se incremente mucho más si tenemos en cuenta lo acústico del tema que la precede), donde destacan los redobles de Cool. La canción más melódica aquí contenida, cuya letra está basada en la lucha del propio Armstrong contra la ansiedad que padeció durante un tiempo. Un bajo al desnudo y un ritmo básico de batería nos trae «She», otro tema corto, accesible y melódico. Todo lo contrario sucede con el único lunar de este trabajo, “Sassafras Roots», canción bastante flojilla y… ¿rancia?

«When I Come Around» te pone de nuevo a tono y deja descansar a tus oídos por unos minutos. Los riffs son reemplazados por unos ritmos más entrecortados más bien rockeros. La canción gana enormes enteros gracias a la voz y a la guitarra de Armstrong. Si no me equivoco, fue (y es) el single más popular de Green Day, llegando al número 6 en las listas de éxitos. A continuación, vienen las tres pistas más cortas del álbum; ninguna de ellas llega a los dos minutos. «Coming Clean» es muy simple, mientras que «Emenius Sleepus» tiene ese puntillo tan cool que aparece siempre que Dirnt ayuda con las voces. Armstrong escribió la canción «In the End» , la que tiene más punch de este trío, pensando en su madre y su marido (padrastro del vocalista).

Con «F.O.D.» llegamos al final de este Dookie. El primer verso y el coro interpretados por un Armstrong al desnudo (en formato acústico) dan paso a la electricidad que traen los otros 2/3 del trío hacia el minuto 1:35. Pasamos de ese “falso directo” inicial a la contundencia con la que finaliza el álbum. Pero, como solía pasar casi siempre en los 90… hay una pista oculta para que los fans más pacientes tuvieran su recompensa. El frívolo y onanístico tema escondido lleva por título «All by Myself” y está compuesto e interpretado por el batería Tré Cool.

Dookie llegó al número dos en las listas de álbumes de los EE. UU. y ganó el Grammy al «Mejor Álbum de Música Alternativa» en 1995. Ese mismo año, Green Day publicó su cuarto álbum de estudio, Insomniac, un álbum bastante más duro que esta joyita que hoy cumple 25 añitos.

Fotografía: Catherine McGann (Getty Images)
Rubén de Haro
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Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.