Desde Londres, y ya a manos de la todopoderosa Nuclear Blast, nos llega este tercer trabajo de Green Lung, grupo de doom con reminiscencias ocultistas y retro rock muy conseguidas. En su música hay conexiones obvias con Ghost y Magna Carta Cartel a la vez que con las grandes bandas de los 70, especialmente Blue Öyster Cult pero también puedes encontrarte con referencias a las bandas sonoras de películas de terror de los míticos Goblin. Es un disco especialmente disfrutable con el teclado casi omnipresente y ese sonido tan analógico y real, a la vez de que dotan a las canciones de brumas misteriosas y coros que lo envuelven todo.
“The Forest Church” suena ocultista, suena a encantamiento y funciona con aires forestales y nórdicos. Hay una mezcla entre retro rock y doom aderezado por teclados, a la vez que se doblan las guitarras con aires Queen y añaden cambios de tiempo que te sorprenden tanto o más que ese teclado, que también logra su cuota de protagonismo solista. Gran tema para abrir después de una intro algo funcional. El bajo de Joseph Guest domina una canción deudora de Ghost, con ciertos aires Blue Öyster Cult y con otro buen estribillo cosido al teclado de época.
“Maxine” huele a single por los cuatro lados y notarás que la sombra de Tobias Forge es muy alargada, además de los Magna Carta Cartel del gran Martin Persner. Mucho protagonismo del teclado eclesiástico de John Wright en un corte muy directo y que engancha desde la primera escucha. Doom metal de inicio en la extensa “One for Sorrow”, con la voz de Tom Templar haciéndote recordar un poco a los suecos Candlemass. Ha sido single también, pero personalmente tendría mis dudas sobre qué tema escoger entre tantos y de tan variados cortes dentro de un estilo bastante marcado.
“Song of the Stones” indaga en lo más folk con flautas de fondo y con una percusión tosca, pero auténtico. Un poco juegan a los Led Zeppelin del III y a los primeros Fleetwood Mac, con esas voces dobladas en los versos y esos punteos acústicos que dan mucha calidez y autenticidad a la composición. Las guitarras deudoras de Boston lucen especialmente en “The Ancient Ways”, en otra buena composición en la que el rifflleva la voz cantante, pero es el bajo de Joseph Guest el que pone la solemnidad necesaria. En el tramo final incluyen un pasaje más psicodélico con efectos en las guitarras y el teclado hace que la canción se eleve.
“Hunters in the Sky” vuelve a sonar a retro rock ocultista y enigmático. Atención a los coros ultra-agudos y sorpresivos que tanto color dan a la composición. El solo del tema llega a sonar especialmente a Eagles, algo que es un acierto absoluto y que le vuelve a dar otro giro compositivo en quizá, el tema más logrado y especial del trabajo. “Oceans of Time” es la pieza más extensa y a la vez curiosa, pues cuenta con unas sorprendentes orquestaciones y un extra de coros casi de musical. El sonido absolutamente analógico de la batería de Matt Wiseman conduce con maestría al grupo con momentos realmente logrados.
Me he acercado a ellos básicamente porque estarán en el Rock Imperium de Cartagena y desconocía completamente al grupo. Ha sido una grata sorpresa, aunque también os digo que hay muchísimas bandas similares en latitudes escandinavas, pero no todas están en Nuclear Blast. El grupo un poco se acerca a Ghost y tienen las ideas más que claras, pero también hay suficientes elementos de cosecha propia como para poder hablar de ellos como promesa en ciernes. Un soplo de aire fresco y pulmón verde dentro de una escena algo viciada y reiterativa. Veremos cómo suenan en directo Green Lung y si confirman las expectativas creadas.