Greta Van Fleet – The Battle at Garden’s Gate

Nuestra Nota


7.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 16 de abril de 2021
Discográfica: Lava Records / Republic Records
 
Componentes:
Joshua Kiszka – Voz
Jacob Kiszka – Guitarra
Samuel Kiszka – Bajo, teclados
Daniel Wagner – Batería

Temas

1. Heat Above (5:41)
2. My Way Soon (4:15)
3. Broken Bells (5:50)
4. Built by Nations (3:59)
5. Age of Machine (6:53)
6. Tears of Rain (3:50)
7. Stardust Chords (4:57)
8. Light My Love (4:30)
9. Caravel (4:55)
10. The Barbarians (5:20)
11. Trip the Light Fantastic (4:33)
12. The Weight of Dreams (8:51)

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Vuelven los hermanos Kiszka y lo hacen a lo grande. Posiblemente de una forma que hará que muchos dejen de verlos como clones trasnochados de Led Zeppelin mimados por la industria y fenómeno de Internet en el que tocan rock viejuno siendo imberbes, casi adolescentes. Con The Battle at Garden’s Gate creo sinceramente que la comparación con Kingdom Come ya está también fuera de lugar. En el fondo, y si jugamos a las etiquetas, estaba claro que el llamado retro rock terminaría aportando a un par o tres de bandas capaces de llegar a las masas. De momentos han llegado dos: Ghost y Greta Van Fleet. Ambas muy diferentes, todo sea dicho.

Greta Van Fleet se sacuden aquí sus influencias con excelentes maneras y con dos años de experiencia que les ha dado la carretera. Ya no son una novedad ni una rareza y tocaba consolidar lo que se esperaba. Recordemos a blufs como Jet, Wolfmother o The Darkness… bandas con un inicio tan espectacular que no pudieron ni llegar a rozar ese nivel en su vida. Y parecía que cuando salían que se lo iban a comer de calle. Las grandes novedades esta vez son la presencia tras los mandos de Greg Kurstin (Foo FIghters) y su apuesta por lo sinfónico y la vertiente más esotérica (en lo musical) de los Zep. Algo que hay que aplaudir, si bien se instalan allí… y el disco se hace largo.

Ya en Anthem of the Peaceful Army (2018), dejamos escrito que había un tema mágico, especial y que veía en él un mundo de posibilidades: “Age of Man”. Allí se sacudían sus obvias influencias y, sin ser nada novedoso, se oteaba un terreno fértil en el que no pisaban sembrados musicales ajenos. Han ido justo hacia esa dirección: temas largos, melancólicos, envolventes, con aura mágica y la épica de protagonista. Espíritu de jam jugando con crecidas, teclados con más protagonismo y con la voz de Joshua como pilar de todo. Puedes criticar lo que quieras… pero esa voz es rutilante. Y una gran banda pasa por una voz rotunda. En el otro lado de la balanza tenemos que el disco se hace largo, que el rock directo y decibélico ha quedado aparcado y que las jams se alargan hacia vías muertas.

El disco

El disco se abre a lo grande, marcando terreno en cuanto a sonido y detalles técnicos de producción. Está muy lejos de lo que se consiguió en su anterior y único disco, y este teclado eclesiástico de “Heat Above” te introduce un poco en la portada del mismo. Uno de los grandes temas de esta obra, con todos los ingredientes de anteriores entregas, con un mejor sonido y un gran Joshua, arropado por una banda cohesionada y con unos arreglos realmente logrados.

“My Way Soon” es de lo más directo y eléctrico. Riff setentero de connotaciones más The Who que Zeppelin por mucho que tarde o temprano se vuelve a la casilla de salida. Un corte muy de directo. La mejor canción del disco es “Broken Bells”, pero claro, se inspira directamente en “Stairway to Heaven”. ¿Cómo no nos va a gustar? Los juegos en acústicas por parte de Jacob y los colchones de Samuel en teclas blancas y negras elevan la canción.

Combinan en “Built by Nations” riffs con repetición de ideas, aunque con suficiente gracia en los arreglos para darle colores diferentes y orientación algo más apartada de lo previsible. A todas luces logro de Greg Kurstin. La prueba de que “Age of Man” ha sido el faro del disco es que hay un tema que se llama “Age of Machine”. A medio tiempo, brumosa y con un Daniel Wagner jugando en tramos con la campanita del ride. Aquí, sin embargo, hay una de las patas de las que cojea este disco: alargar los temas sin que las crecidas y bajadas nos lleven a algo que las justifique.

En “Light My Love” tienes la evidencia de que el combo de Fankenmuth busca el estrellato a base de temas para todos los públicos. Gran balada, tierna y predecible. De eso peca Greta Van Fleet… Si vamos a lo malo puede que pequen de mediotiempismo y baladería. No puedes tener 23 años y tirar de tanta pausa, aunque si dejas eso de lado verás que estamos en un disco maduro, estudiado y de enorme calidad. “The Weight of Dreams” tiene un alma y una calidad impropia de veinteañeros. Eso es algo que puedes verlo tanto en positivo como en negativo…

En “The Barbarians” el grupo se pierde en la repetición esquemática de lo que es el disco y en “Tears in the Rain” hay una balada algo forzada pues para nada llega a ser brillante como lo han sido algunas anteriores o la misma “Broken Bells”. Mejoran las cosas en los aires sureños de “Light My Love”, a medio camino entre Lynyrd Skynyrd y el progresivo cinematográfico de Meat Loaf. Progresan adecuadamente en “Caravel”, sin grandes novedades para recuperar algo de feeling y garra en “Trip the Light Fantastic”.

Terminan en la extensa “The Weight of Dreams” en la que resumen todos sus aciertos y desaciertos: gran voz, gran producción y sonido, buenas ideas místicas, pero también… desarrollos innecesarios, jams innecesarias o ya vistas y falta de riffs directos y “espíritu adolescente”. Por mucho esfuerzo y medios ese solo final tan trabajado y ese crescendo místico no termina de tocarme en lo más hondo, y es porque era previsible este final.

Greta Van Fleet es la mejor banda de rock para la gente que no le gusta el rock

The Battle at Garden’s Gate no es un disco que les confirme en lo más alto si bien hay parte del álbum que es de lo mejor que han compuesto y realizado nunca. Que a día de hoy Greta Van Fleet acapare miradas y entre en las listas de escuchas de jóvenes de su generación puede que sea lo mejor que le puede pasar al rock. Si te gustaban y te caían simpáticos te entrará perfectamente este disco; y si les odiabas pues vas a seguir haciéndolo a pesar de que lo de que son clones de Led Zeppelin ya no te va a servir.

El disco, técnicamente hablando, impresiona, de las canciones hay varias de muy buenas y a nivel de arreglos y sonido todo es una virguería. Habiéndoles visto en directo en Barcelona con las entradas agotadas y con un público totalmente ajeno al circuito rockero creo que podemos afirmar que Greta Van Fleet es la mejor banda de rock para la gente que no le gusta el rock. Más allá de eso, y si te gusta el rock, puedes disfrutar con ellos igualmente.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.