Hacía tiempo que tenía pendiente un artículo sobre este disco, desde que estrenamos esta sección de bandas con un solo álbum de estudio. Anvil Bitch sacaron hace 35 años su único larga duración. También cuentan con un par de demos y un EP de tres canciones que sacaron en 2008, quedando solo como un islote en medio del océano. A día de hoy la banda está disuelta, así que no se espera material nuevo. El disco que nos ocupa se llama Rise to Offend y apareció durante un período de explosión para el thrash metal. 1986 también fue el año de salida de clásicos como Master of Puppets o Reign in Blood, sin ir más lejos.
En este caso tenemos un thrash frenético y alocado que muchas veces roza el crossover, como podemos escuchar en la primera pista, la misma Rise to Offend. Como no puede ser de otra manera, el estilo se asemeja al de las bandas más prominentes de la época. No puedo evitar que la siguiente «Lie Through your Teeth» me recuerde a algunos de los riffs del Bonded by Blood (1985) de Exodus. El estilo vocal de Gary Capriotti incorpora gritos agudos y partes melódicas que le dan un toque fresco, siendo también verdad que de vez en cuando abusa de ello.
La producción es bastante maquetera, pero eso mismo le da cierto encanto. Al menos suenan mejor que la mayoría del black metal. Cuentan con un bajo potente, una batería precisa que se coordina bien con los demás instrumentos y unas partes de guitarra efectivas. Los riffs están hechos con buen gusto y, aunque ahora pueden sonar algo genéricos, hay que recordar que esto salió durante los primeros años del género, los que lo iban a definir al fin y al cabo. Anvil Bitch van al grano, no meten nada de paja en las canciones. En consecuencia, prácticamente ninguna supera los cuatro minutos, con una media que ronda los tres. Eso los hace poco aburridos y fáciles de escuchar; a la que te despistas, has acabado el disco entero.
La cara B de Rise to Offend es sorprendentemente buena, contiene varios de los mejores cortes del disco. Empezando con «Maggot Infestation», muy divertida y con un rollo punky que contrasta con otras canciones. «Neckbreaker» es de las más potentes, una mezcla explosiva entre thrash y hardcore, mientras que «Arsenic & Cyanide» o «Fight for your Life» se parecen más a los primeros Anthrax. No voy a hablar de todos los temas, puesto que no son muy diferentes unos de otros y me acabaría repitiendo. Aún así, vale la pena darles una vuelta a todos.
Sin duda, el punto fuerte de de Anvil Bitch está en la calidad y variedad de los riffs de John Plumley a la guitarra, como comenté antes brevemente. Consigue encadenar las diferentes secciones de manera interesante y natural en la mayoría de los casos, haciendo diversas las canciones. Por otra parte, los solos son bastante mejorables, parece no saber como encaminarlos en la dirección correcta. Por suerte no hay muchos, y los que hay, también van al grano.
Si lo vuestro es descubrir grupos underground disueltos que no conocen ni los padres del batería, echadle un ojo a estos thrashers de Pennsylvania. Pasaréis un rato divertido.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.