A mediados de los años 90 cinco jóvenes de la localidad del Hospitalet del Llobregat se juntaron bajo el nombre de Line of Fire para poco después cambiarlo por Deathless. En 1996 grabaron una demo con un par de canciones que llamó la atención de los medios y de la escena local. Su estilo se enmarcaba dentro del death metal melódico de corte escandinavo influenciado por toda esa oleada que venía del norte de Europa con grupos como In Flames, Dark Tranquillity, At the Gates, Arch Enemy y un largo etcétera.
Según he podido investigar fueron bastante pioneros en nuestro país en ese género en particular y gozaron de bastante éxito tras la salida de este imponente The Time to Be Immortal, el cual compré en la tienda Revolver de la calle Tallers, vamos, lo recuerdo como si fuese ayer pero de eso ya hace 20 años.
Se liaron la manta a la cabeza y sabiendo que tenían un puñado de buenas canciones se fueron hasta Suecia para grabar su primer disco y producirlo bajo los mandos del gran Tomas Skogsberg, el afamado productor y dueño de los Sunlight Studios, artifice del sonido sueco grabando y mezclando a grupos como Dismember, Entombed, Desultory, Necrophobic, Grave, Interment, Katatonia… así que fueron a asegurar el tiro y conseguir un resultado profesional. La verdad que lo consiguieron y seguramente si hubiesen sido de ese país y no de aquí hubiesen triunfado mucho más, pero ya sabemos como son las cosas por nuestra tierra. En fin, que yo lo disfruté mucho y ahora me dispongo de nuevo a darle una vuelta para rememorar tiempos mejores, ¿me acompañáis?
El disco arranca con la rabiosa y potente «Razing Life», todo un clásico que siempre me volaba la cabeza. Estos riffs harían vibrar hasta a un muerto y la voz de Emilio lo envolvía todo con su amplio gutural con unos dejes rasgados muy característicos. Las geniales melodías entrelazadas por medio y esos cambios siguen siendo buenísimos. También nos encontramos una parte muy clásica en la que las guitarras juegan perfectamente entre ellas notando también un bajo muy presente y pequeños destellos gentileza de Antonio J. Cantos.
Se trata de una canción ambiciosa, larga y con muchos pasajes bastante diferenciados los unos de los otros, destacando sobre todo los solos en los que tanto Fidalgo como Contreras muestran una muy buena técnica.
La oscura «Torture’s Deep Inside My Mind» siempre me ha parecido otra gran canción. El tratamiento en el sonido de las guitarras usando unas ecualizaciones diferentes para aportar más o menos intensidad es todo un logro de la producción, detalle que se usaba bastante en esa época. A la mitad encontramos un momento épico que da paso a un buen cambio de ritmo y a una parte muy In Flames aunque con un alto componente de música clásica y uno de los mejores solos de todo el disco con melodías oscuras y tappings tremendos. En serio, lo gozaba antes y lo estoy gozando ahora.
«Two Ways» es más que mítica y una canción que no podía faltar en sus directos. Esta tiene un componente bastante thrash metal notándose las influencias de grupos de ese estilo de los 80 aunque no le falta el toque melodeath. Buff, esa melodía y esos solos, por favor, qué delicia. Perfección en estado puro. Pero «Under Fear» no se queda corta tampoco estando en una onda más tipo Dark Tranquillity con la velocidad, los rápidos riffs y la sólida batería de José Luis como principales protagonistas.
Mucho más vacilones y con bastante groove se nos presentaban con «World’s Heartbeat», una canción que recuerdo que pasaba un poco desapercibida dado el nivel del resto. Y no quiero decir que sea mala, todo lo contrario, pero no tiene partes tan emblemáticas de esas que se te quedan grabadas a fuego. El final es puro heavy metal.
Nos encontramos en la mitad del disco con la épica y larga «The Price of Our Wasting Lives», una canción 100% sonido swedish y con una estructura maravillosa. Los múltiples detalles que encontramos de arreglos de guitarra le infunden una tensión y dramatismo esplendidos. También nos muestran su lado más delicado con unas geniales guitarras acústicas, típicas pero llenas de sentimiento.
Una canción que me encandilaba cosa mala con sus melodías era «Where No Sun Shines» (en esa época era un fanboy total del melodeath). Canción muy contundente y directa, thrash/death en todo su esplendor. Se nota que le pusieron mucha pasión a lo que hicieron y queda patente en «Law of Fire» con esas guitarras arabescas y las altas dosis de epicidad. De nuevo nos regalan unos buenos solos de corte clásico a lo Maiden.
Con «Holy Sepulchre» sigue la fiesta sin muchas variaciones ya que sigue bastante a rajatabla lo visto hasta el momento pero por supuesto tiene partes destacables y aquí Emilio nos ofrece un buen surtido de gritos.
Y de esta guisa llegamos a la última del disco con «Years Later», una canción bastante calmada y que se podría denominar como «la balada». Otra pieza llena de sentimiento y sus buenos solos para lucimiento de sus guitarristas que se animaba más hacia el final y que ponía la guinda a tan genial primer y único LP del grupo.
Al año siguiente sacaron una promo con cuatro nuevas canciones totalmente autoproducido ya que el sello que editó The Time to Be Immortal no puso ni un céntimo para producir el que sería el segundo disco de Deathless, así que lo grabaron con sus propios medios para ver si sonaba la campana, pero no sonó. Así que en 2003 decidieron sacar un recopilatorio con su primera demo, esta promo y el disco que hemos destripado hoy en formato promo del año 96. Sería bueno tener 20 años más tarde un nuevo disco, quien sabe, de ilusión vive el hombre.