Ya era hora de hablar de este magnífico y hasta el momento único LP que sacaron Demilich en 1993. Se formaron tres años antes y entre el ’91 y el ’92 editaron cuatro demos. De estas cogieron las mejores canciones y las grabaron con una mejor producción consiguiendo el disco que nos atañe hoy en nuestra sección de Grupos de un solo disco.
Por desgracia no los descubrí en 1993, la cosa fue un poco posterior, y puedo decir con seguridad que si hubiese llegado a mis oídos cuando tenía 15 años no sé que me hubiese pasado por la cabeza. Sus intrincadas estructuras y riffs junto a una voz casi única por aquel entonces me hubiesen parecido de otro planeta y mi baja capacidad de comprensión musical me hubiera hecho desistir, a saber. Pero cuando un día buscaba nueva música por internet me topé con estos finlandeses que literalmente me volaron la cabeza. Luego descubrí las demos y fue amor a primera vista. Justo en 1993 cesaron su actividad y hasta el año 2005 no se juntaron de nuevo para realizar algunos conciertos. Más tarde en 2010 volvió a suceder lo mismo y desde 2014 están en activo y nos llevan prometiendo la continuación de este gran disco, pero… bueno, algún día tendrá que salir, digo yo, de momento…
El grupo por aquel entonces estaba formado por Antti Boman (Winterwolf, Deathchain) a la voz y a la guitarra, Aki Hytönen a la otra guitarra, Ville Koistinen al bajo (único trabajo discográfico que tiene en su haber) y Mikko Virnes a la batería. Por lo que podéis observar solamente uno de ellos se ha mantenido en activo durante estos años colaborando en muchos otros proyectos. Yo supongo que eso se debe que en la época que aparecieron no les comprendió mucha gente y al ver que el duro trabajo que conlleva hacer una música tan compleja no se veía reflejado en los frutos a recoger pues lo dejaron estar.
Disonancias, voces guturales hacia dentro, oscuridad por doquier, death metal progresivo vanguardista en todo su esplendor. Los solos son de otro planeta, hechos con un gusto exquisito consiguiendo que todo el conjunto suene coherente y muy bien estructurado, eso sí, hacen falta varias escuchas si no has tenido la oportunidad de darle unas vueltas antes y eres neófito frente a Demilich.
Otra cosa que sorprende y mucho del disco es la extensión exagerada de los títulos de las canciones. El disco arranca con «When the Sun Drank the Weight of Water» que bueno, no está mal, los hay más largos. Se trata de una canción perfecta para hacerte una idea sobre lo que te vas a encontrar en el resto del disco.
Continúan con «The Sixteenth Six-Tooth Son of Fourteen Four-Regional Dimensions (Still Unnamed)» (ahora si que es largo, jejeje), otra tremenda canción que sigue unos patrones parecidos a la anterior. Guitarras esquizofrénicas, una batería alocada y desenfrenada junto a la brutal voz de Boman, ¡vaya prodigio! La verdad que hasta ese momento no había escuchado voces aspiradas y me sorprendió mucho, vamos, no entendía nada pero me fascinaba. Hay mucha gente a la que le tira para atrás este tipo de voz pero bueno, para gustos…
Todas las canciones se mueven entre los tres y los cuatro minutos y así se facilita su escucha (por suerte no son como sus títulos). Una de mis preferidas es «The Echo (Replacement)» que también aparecía en la demo del mismo nombre. Es muy oscura, más pretenciosa que el resto y da la sensación que se va posando como una losa sobre tu maltrecha espalda, un espiral de caída libre hacia el abismo. Cuenta con partes lentas y a medio tiempo con aceleraciones brutales, con cambios constantes, una delicia.
Las melodías, las armonizaciones, los doblajes y las guitarras en general son soberbias, sin olvidarnos del bajo que hace un gran trabajo desde las profundidades sustentando a la toda la banda. Y de nuevo un título para enmarcar: «The Putrefying Road in the Nineteenth Extremity (… Somewhere Inside the Bowels of Endlessness…)». Tela marinera, gente, jajaja. Corta y directa pero llena de cambios y pasajes es todo un alarde de brutalidad.
Exquisito también es el inicio de «(Within) The Chamber of Whispering Eyes» con esa aura mística sobrevolando incesantemente nuestras cabezas. Tiene momentos de locura extrema en la que parece que todos vayan a su puta bola pero en definitiva van a una, son simples arreglos vanguardistas para despistar.
También nos sorprenden con una pieza instrumental pero en la que seguimos escuchando la cavernícola voz de Antti. Esta lleva por título «Erecshyrinol» que significa «No hay letras aquí» y según ellos mismos los gruñidos que se escuchan son palabras que se pueden descifrar agrupando las letras en grupos de tres, comenzando al final de la palabra y luego invirtiendo el orden de esos grupos. Raros incluso para añadir cosas extrañas.
Las tres restantes canciones se mueven en los mismos derroteros con algunos detalles que sobresalen pero en definitiva siguiendo una línea bastante marcada con las anteriores de las cuales destaca por encima del resto «The Cry» (aquí se dejaron de historias con los títulos), una pieza muy old school.
Esta gente llevaron más allá lo que nos proponían en los 90 grupos como Gorguts, Adramelech, Immolation o Demigod y que hoy día sigue vivo gracias a nuevas formaciones como Chthe’ilist, Artificial Brain, Cosmic Atrophy o Blood Incantation entre muchos otros. Se trata de un estilo bastante underground pero que a mi me parece fascinante. Ah, y si no lo has escuchado, ¿a qué esperas?