Quizás el nombre de New Radicals te sea del todo desconocido, pero apuesto a que si le das al play a su tema más conocido, “You Get What You Give”, es posible que lo puedas tararear, e incluso que te sepas parte de la letra de memoria porque seguro que la has escuchado infinidad de veces. “You Get What You Give” sigue siendo un tema recurrente en radio aún en la actualidad, a pesar de que su lanzamiento data de hace casi 25 años. Si te preguntas el porqué de ello, la explicación es tan simple como un “porque lo tuvo todo para triunfar” como radiofórmula, y, de hecho, así lo hizo. La curiosidad por ampliar la información sobre este tema y la banda que lo compuso me ha llevado a tirar del hilo e investigar si este one-hit wonder se quedó simplemente en eso o hubo alguna cosa más. Si New Radicals fue un proyecto con potencial suficiente para haber llegado más alto de lo que lo hizo en realidad, lo iremos descubriendo a medida que nos adentremos en el único álbum que publicaron bajo este nombre: Maybe You’ve Been Brainwashed Too (1998).
New Radicals tan solo estuvo compuesto por dos miembros permanentes, Gregg Alexander, el artífice principal del proyecto, como vocalista y multiinstrumentista, y Danielle Brisebois, quien solo se encargó de algunos teclados, percusión y voces secundarias. Para grabar el resto de instrumentación, se tiró de músicos de sesión y conocidos (se acreditaron a más de 20 personas). Gregg Alexander llevaba ya editados dos trabajos en solitario con escasa repercusión (en los que ya colaboró Danielle Brisebois) cuando decidió darle un pequeño giro a su música y lanzar un tercero bajo el nombre de New Radicals. Y le funcionó, aunque el proyecto se vio truncado incluso antes de la finalización de la promoción de Maybe You’ve Been Brainwashed Too, dejando algunos de los sencillos que estaban en cola huérfanos de presentación. Los motivos que debieron llevar a cortar la promoción en seco no los conocemos en profundidad, tan solo se comentó que su líder Gregg Alexander prefirió convertirse en compositor de música por encargo, pero lo cierto es que es una verdadera lástima que no supieran aprovechar el tirón que les reportó la popularidad de “You Get What You Give” para darle una mayor continuidad al proyecto, que francamente, pintaba bastante bien.
La primera de las cosas que llama la atención al analizar Maybe You’ve Been Brainwashed Too son sus títulos, tanto el del álbum como el de varios de sus temas. Son largos, casi frases enteras, y con en esa excesiva longitud nos quieren transmitir ideas, ya sea de forma directa o bien metafórica, valiéndose del ingenio, la ironía, el cinismo e incluso la irreverencia en muchas ocasiones. Que un título te dé ya en qué pensar, es toda una declaración de intenciones: no te presuponen un oyente pasivo, aquí te va a tocar reflexionar si quieres sacarle todo el partido posible a la escucha.
Toca ahondar un poco en el estilo de esta propuesta, clasificada por los medios como rock alternativo en esencia, así como power pop o pop rock en menor medida. Está claro que en el momento en que se escoge un adjetivo como “alternativo” para definir su música, nos estamos amparando en el concepto de un cajón de sastre inclasificable donde cabe de todo, así que lo mejor es entrar directamente en materia y descubrir en qué consiste esta variedad a caballo entre el rock y el pop. Si algo llama la atención sobremanera al escuchar la voz de su cantante, Gregg Alexander, es las similitudes que le podemos encontrar tanto a la de Mike Jagger (The Rolling Stones) como a la de Billy Corgan (The Smashing Pumpkins), dependiendo en qué temas nos fijemos. Los temas más divertidos y energéticos nos recuerdan más a Mike Jagger, mientras que en los más oscuros y enrevesados nos parece más estar escuchando a Billy Corgan. Así nos encontramos, por ejemplo, con el primer de los cortes que da inicio al álbum, “Mother We Just Can’t Get Enough” en ese registro más desenfadado en la línea de los Rolling, donde se prima la percusión para darle ese aire optimista y de buen rollo que nos invita a celebrar la vida. Éste debía ser el tercero de los sencillos del álbum, pues posee todos los elementos para ser considerado carne de promoción, pero la banda ya se había separado por aquel entonces. Un buen inicio seguido del tema estrella del cual ya hemos comentado sus virtudes, “You Get What You Give”, que alcanzó posiciones de número 1 en países como Canadá o Nueva Zelanda (36 en su Estados Unidos natal). Y no es para menos, la radiofórmula ganadora pide a gritos un tema con gancho, positivista, que invite a bailar y cantar, y todo ello lo tienes concentrado en este tema.
Cambiamos de tercio totalmente con “I Hope I Didn’t Just Give Away the Ending”, tema que baja las revoluciones y que entra de una manera extraña, pues sus dos primeros minutos parecen desajustados, la voz por un lado, un piano sugerente por otro, hasta que acaban convergiendo en un desarrollo mucho más convencional y más entendible que producen una sensación más que agradable si cabe después del desbarajuste inicial. Curioso experimento que es sucedido por “I Don’t Wanna Die Anymore”, una dulce balada más al uso que nos recuerda estilísticamente a Aerosmith, y en la que Gregg Alexander tira de registros vocales más infantiloides, tan solo interrumpidos por un puente con algo más de garra (y desgarro vocal en contraposición). La acústica “Jehovah Made This Whole Joint for You” recupera las sensaciones positivas de los temas iniciales, como no podría ser de otra manera si nos ceñimos al título del tema, algo así como “Jehovah te hizo este porro solo para tí” (aquí le puedes dar varias vueltas a la letra para intentar averiguar su verdadero significado, pues está claro que tiran de ironía y las interpretaciones pueden ser múltiples, aunque algo de autobiografía esconde pues la madre del artista era testigo de Jehová y su hermana, Caroline, parece ser la protagonista).
A continuación, nos topamos con el segundo de los sencillos del álbum, “Someday You’ll Know”, un medio tiempo acústico que no subió tanto en las listas como su predecesor, y es que, aun compartiendo elementos en común con él, no está tan conseguido, pues peca de previsible. Llega la hora de repasar el tema homónimo del álbum, “Maybe You’ve Been Brainwashed Too”, mucha base rítmica al servicio de una voz que vuelve a dar la sensación de que anda desacompasada con la música en ciertos momentos. Está claro que es un recurso deseado, pero con el que no acabo de encontrarme a gusto. Hasta el momento es el tema que me ha parecido más flojo, supongo que al menos el mensaje justifica su elección como título del álbum… “In Need of a Miracle” pinta mucho mejor, un medio tiempo acústico alegre con un bonito estribillo, y un piano que le aporta belleza a la pieza. Un solo breve de guitarra le da un punto interesante de rotura con la dinámica más tranquila del resto del tema. Definitivamente, uno de los temas más interesantes aparecidos hasta el momento. “Gotta Stay High” nos va acercando poco a poco al final, recuperando la presencia del piano y de unas sugerentes guitarras de fondo que bien tiran de slide o de bonitos acordes limpios. Su brevedad también nos hace que encaje todo bien, pues de haberla alargado se hubiera convertido en algo reiterativo. La voz de Gregg Alexander entra en derroteros un tanto psicodélicos en el siguiente corte “Technicolor Love”, trayéndome ciertas reminiscencias beatlesísticas, aunque esta vez su uso lo veo más que justificado por coherencia con su estilo retro. “Flowers” vuelve a ser un medio tiempo con aires baladísticos, con bonitos estribillos, sin demasiadas sorpresas, y que al final nos deja con una sensación global más que agradable que nos lleva directos al cierre del álbum con “Crying Like a Church on Monday”. Maybe You’ve Been Brainwashed Too se despide con esta balada elegante y sugerente, donde un triste Gregg Alexander se lamenta por una pérdida amorosa.
Después de darle alguna vuelta a la historia que envuelve a New Radicals, creo intuir que el hecho de no tratarse de una formación estable de buen inicio ya daba muestras inequívocas de que se trataba de un proyecto con vocación efímera. Es posible que su líder, Gregg Alexander, tan solo buscara notoriedad para darse a conocer y pasar a profesionalizar sus aptitudes como compositor, una vía mucho más “tranquila” con la que ganarse la vida en el mundo de la música que no la de una rutilante estrella del rock. Su relación con Danielle Brisebois tuvo continuidad posterior a New Radicals, cosa que nos hace pensar que en realidad no hubo serias discrepancias cuando finiquitaron el proyecto. Si te preguntas si le fue bien en su rol como compositor por encargo, un ejemplo de ello es el tema “The Game of Love” que ideó para Santana y que tuvo bastante éxito, consiguiendo incluso un premio Grammy, o bien la banda sonora de la película Begin Again (2013). Gregg Alexander ha compuesto y producido a artistas como Ronan Keating, Sophie Ellis-Bextor, Enrique Iglesias, INXS, Mónica Naranjo, Geri Halliwell o Texas entre otros, vamos, que ni tan mal le ha ido en esta faceta.
Qué le hubiera deparado a Maybe You’ve Been Brainwashed Too si su promoción hubiera sido completa, no lo sabremos nunca, pero es muy probable que hubiera llegado mucho más lejos de lo que lo hizo, ya que hay material disfrutable de primera categoría. Y si eso hubiera sucedido… quién sabe… quizá New Radicals estarían en estos momentos prodigándose por los escenarios de los festivales veraniegos…
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!