Hace unas semanas oí hablar de una banda novel que estaba petándolo a niveles poco vistos. El artículo en cuestión comentaba que las sudaderas de merch que habían diseñado se estaban vendiendo en eBay y las cifras eran escandalosamente altas. De hecho, entré en el malogrado portal de compraventa y aluciné de primera mano. Cerca de 500 dólares… ¿por una sudadera de una banda que no conoce ni su madre? Y me dije a mi mismo “Coño, no me suenan de nada, los yankees están locos.”
Bien, pues me puse manos a la obra y busqué más sobre esta banda de la que todos hablan. Gulch es una banda de Santa Cruz, California, liderada por Elliott Morrow. Su legado hasta la fecha son tres EP’s de los que me apetece comentar alguna característica. En 2017 lanzaron Demolition of Human Construct con tan solo 3 canciones para un total de 4:15 minutos. El año siguiente hicieron lo propio con Burning Desire to Draw Last Breath, seis cortes en 13 minutos. En 2019 llegó su tercer EP titulado simplemente 2019 Promo con dos cortes en un total de 4:10.
Todo ello suma exactamente 21:25 minutos de música original y con ello se lanzan a publicar un disco en directo el pasado año… y van y lo petan. Alucinante. Este verano nos llega su primer disco titulado Impenetrable Cerebral Fortress (2020) que contiene ocho canciones en un total de 15 minutos. Siguen a lo suyo… y van y lo petan.
Puedes entrar en su Bandcamp para intentar comprar un disco, o una camiseta… y todo luce el cartelito de sold out. Es alucinante. Tras una bonita y original portada, encontramos un disco crudo , directo y evidentemente muy corto. Cuando te has dado cuenta y si tenias puesto el repeat lo has escuchado cuatro veces seguidas.
¿Qué podemos encontrar en estos 15 minutos? Pues, la verdad sea dicha, el disco es muy bueno. Han sabido crear un buen trabajo pese a tenerlo todo en contra. Cuando el fan y el hype esperan tanto de algo acostumbra a ser decepcionante. Gulch tiene ese toque de maldad y violencia que te acaba encantando. La agresividad con la que ejecutan su hardcore o metalcore o deathcore o como quieras decirle es acojonante. La oscuridad de su música dista con la luminosidad de una producción nítida y pura. Incluso logran sonar más nítidos que los dioses Converge.
Las voces te destruyen el sistema auditivo al ritmo galopante de una batería que no deja de punzar en todo el plástico. Riffs endiablados se deslizan como si vinieran a cortarte el alma en dos. Si no dejas que te desquicien antes de acabar, el disco es disfrutable de principio a fin. Gulch se muestran sumamente hábiles mezclando la velocidad de ejecución de un estilo hardcore técnico del estilo de Botch junto a la oscuridad latente en las bandas de black metal noruego.
¿Está el hype de Gulch correspondido? La respuesta es…