Gyoza – Beber y doler (EP)

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 7 de marzo de 2024
Discográfica: Bandicoot Records
 
Componentes:
Adrià Martínez - Voz, guitarra
Àlex F. Cardellach - Bajo, coros
Xavier Montferrer - Guitarra, coros
Marina Berlanga - Batería
Isaac Valdés - Teclados, samplers, guitarra

Temas

1. Menos es más (1:31)
2. Beber y doler (3:58)
3. Querencias (3:30)
4. Opacitas Vinum (3:48)
5. De esos polvos, estos lodos (4:03)
6. Afterlife (feat. Violeta "V" Mosquera) (2:13)

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«Beber y doler es perder el tiempo gestionando el dolor de una futura pérdida a través del alcohol. Beber y doler es el tránsito de un duelo prematuro hacia la aceptación de la muerte. Beber y doler es el concepto que lo envuelve. No bebas y duelas.»

Gyoza, el quinteto destinado a revolucionar el panorama del rock alternativo estatal (de hecho, en cierto modo, ya lo ha logrado… un poco), nos presenta Beber y doler, un EP que es mucho más que una colección de canciones: es un viaje catártico a través de la psique humana, un despliegue de emociones crudas servidas en una bandeja de melodías repletas de sentimientos intensos y música que toca el alma y demás zonas más terrenales del cuerpo humano.

Con su estilo inconfundible y su habilidad para reinventar el rock alternativo, los de Barcelona llevan años empeñándose en dejar su huella en la escena musical con sus anteriores trabajos. Early Bird, lanzado en 2020, es un testimonio de su audacia y su deseo de explorar nuevos horizontes musicales. Este álbum fue aclamado por su madurez y su capacidad para combinar una mayor distorsión en las guitarras con una experimentación más profunda en sus estructuras, demostrando así que no solo eran el futuro del rock alternativo nacional, sino que ya eran una realidad presente.

En 2022, la banda regresó con It Never Rains But It Pours, un álbum que refleja la evolución de su sonido y la incorporación de nuevos miembros que aportaron frescura a su propuesta. Este trabajo se sumerge en una tormenta de sabores noventeros y presenta una melancolía iracunda e inconformista que se extiende a lo largo del disco. La incorporación de teclados y una presencia más pronunciada de elementos atmosféricos pasarían a ser una marca distintiva en su música de ahora en adelante.

Y un par de años más tarde, nos llega Beber y doler, que no es solo un título, es una declaración de principios, un manifiesto que se rebela contra la gestión anestesiada del dolor, que invita a la introspección y al enfrentamiento con nuestros propios fantasmas. Con cada acorde, Gyoza nos sumerge en un océano de sensaciones, donde las olas de guitarras distorsionadas chocan contra la roca sólida de una base rítmica implacable, y la voz de Adrià Marva, tan magnética como desgarradora, actúa como faro que guía a través de la tormenta.

Este EP, interpretado con la pasión que caracteriza a Gyoza, es el resultado de un meticuloso proceso creativo, forjado en los estudios Cal Pau Recordings y Bandicoot Records, y pulido hasta alcanzar la perfección en Ultramarinos Mastering. La portada captura la esencia de este proyecto gracias al objetivo de David Rico y la visión de Guillem Martín.

Con Beber y doler, la banda nos sumerge en una exploración más íntima y visceral de su sonido característico en el que cada pista es un brillantemente ejecutado mosaico de emociones. Este trabajo marca un hito para la banda, ya que por primera vez presentan un álbum predominantemente en español, lo que añade una capa de autenticidad y cercanía a sus letras ya de por sí cargadas de emoción.

El EP se abre con una guitarra limpia que nos presenta la instrumental «Menos es más», una declaración de principios que encapsula la filosofía de la banda: encontrar la belleza en la simplicidad, un tema que resuena a través de acordes prístinos y una producción impecable. Le sigue el tema homónimo «Beber y doler», que nos confronta con la dualidad del dolor y el alivio efímero que a veces buscamos en vicios transitorios. Si estáis acostumbrad@s a su tan característico sonido, sabréis distinguir que esto es Gyoza en estado puro.

«Querencias» se despliega como un lienzo donde los silencios tienen tanto que decir como las notas. Con un ritmo más pausado, pero vibrante de electricidad contenida, la canción nos envuelve en una atmósfera inquietante. Es en la mitad de su metraje donde emerge una parte hablada, un monólogo introspectivo que nos invita a reflexionar, a sumergirnos en el abismo de nuestras propias querencias. Y es entonces, en su crudo final, donde la canción estalla en un clímax de pura emoción.

Con el segundo single, «Opacitas Vinum», continúa la travesía emocional con melodías que se entrelazan entre la nostalgia y la esperanza. La canción emerge nuevamente con una intensidad que fluye y refluye, como las mareas de un mar sonoro. Las pinceladas de las guitarras, trazadas con maestría, dotan a la melodía de un brillo autónomo. Y ese final, oh ese final, es un retorno guitarrero que evoca los ecos de una época pasada.

La penúltima pista del EP, titulada «De esos polvos, estos lodos», destaca como la composición más rica y compleja en matices. Con una duración que supera ligeramente al resto, esta pieza se convierte en un tapiz sonoro donde los teclados desempeñan un papel protagonista, tejiendo una atmósfera densa y envolvente. No obstante, las guitarras no se quedan atrás; su presencia es palpable, marcando con firmeza cada transición y acentuando la profundidad emocional de la melodía. «De esos polvos, estos lodos» nos ofrece una reflexión sobre las consecuencias de nuestras acciones, todo ello apoyado por el sonido guitarrero tan distintivo del quinteto barcelonés.

El cierre del EP, «Afterlife», es una colaboración con Violeta Mosquera de Bala que destaca por su energía, entrega y potencia. Aunque se aparta del resto del álbum al estar interpretada en inglés y ser bastante más agresiva, mantiene la esencia de Gyoza y sirve como puente entre su pasado y su futuro musical. Es, en definitiva, un diálogo de titanes, una perfecta fusión de almas musicales.

En resumen, Beber y doler es un pequeño gran mini trabajo que no solo captura la esencia de Gyoza sino que también muestra su evolución y su capacidad para reinventarse sin perder su identidad. Es un testimonio de su habilidad para fusionar lo melódico con lo crudo, creando un sonido que envuelve y transporta al oyente a través de un viaje emocional profundo y sincero.

Con Beber y doler, Gyoza no solo llena su vaso de cerveza, sino que lo hace desbordar, predestinado a inundar el mundo con su talento. Este EP es una promesa cumplida, un paso más en su meteórico ascenso hacia el panteón de los grandes del rock estatal. Con la rica malta y el aromático lúpulo como testigos, Adrià, Àlex, Xavier, Marina e Isaac están destinados a colmar de éxito cada escenario que pisan, cada oído que alcanzan y cada alma que tocan. He dicho.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.