Hubo un tiempo en que el señor Bryan Adams dominaba el mundo musical con su cara de eterno adolescente y esas baladitas imbatibles. En esos tiempos los rockeros lo veían como un gran renegado. El autor de “Kids Wanna Rock” y “Summer of 69” se había vendido ya a la industria, pero es innegable que su música era tan buena como eterna, y en estos días oscuros en los que las modas musicales tienen el nivel que tienen, la irrupción de un Bryan Adams ahora, se lo llevaría de calle. A sus 60 años a Adams no se le han pasado las ganas de rockear y huye de todo montaje extramusical más allá de unas divertidas luces juguetonas, que suben y bajan, o de una gran pantalla trasera en la que proyecta imágenes acordes con lo que toca. Su banda y su música le bastan para tener al Palau Sant Jordi a sus pies. Bryan sigue manteniendo un nivel vocal extraordinario, sigue luciendo su mágica sonrisa y sus dotes de frontman siguen intactos. Simpatía por doquier y una docena de himnos atemporales. Casi nada…
No diría que fue una noche mágica, pero si que aseguro que el espectáculo está a la altura de lo que se espera de un peso pesado de la industria como él. Dos horas y 10 minutos con una previa en la que no hubo telonero alguno. Luces rojas, musiquita y una imagen con la portada del busto de Adams interactuando con las simpáticas imágenes. Saltó el divo de forma juvenil acompañado por su eterno guitarrista Keith Scott y su guitarra gastada y mellada, un bajista, un pianista en piano de cola y un batería. Precisión y feeling en “The Last Night on Earth” que gustó y entretuvo. Ideal para romper el hielo y tirar de “Can’t Stop this Thing We Started”, una de las más queridas y aplaudidas, con imágenes de Adams paseándose por un centro comercial. Una satisfecha audiencia, ya ganada de antemano, disfrutó cada uno de los singles que sonaron en un inicio arrollador que incluyó “Run to You” y “Shine a Light”, la otra canción de su nuevo disco. Imágenes de semáforos, luces de ciudad y marquesinas en las que se veía a Adams tocando. No hubo más de la última obra.
“Hola Barcelona, soy cantante por la noche, me gustáis más que el WIFI gratis”. Si quedaba alguien para caer rendido, aquí ya no opuso más resistencia. Los coros son inmensos, por parte del pianista y un Keith muy presente que recibió una patadita divertida de su jefe mientras hacía el solo. Destacar más la calidad técnica de este guitarrista a la acústica que en la eléctrica. El escenario incluía una plataforma larga adosada al escenario con un micro instalado en cada flanco, así podía acercarse a unas primeras filas que lo adoran y no se cortan a la hora de declararle su amor absoluto. “Heaven” sonó a gloria, uno de los más grandes momentos de la noche y una balada impecable que marcó época. Iba acompañada de imágenes de un astronauta moviéndose por el espacio. “Go Down” Rockin’” referencia del Get Up sonó muy rockera para luego tirar de “It’s only Love”. Aquí hizo la gracieta de invitar a Tina Turner al escenario, incluso un foco se encendió para irla a buscar, pero… “no ha podido venir”, dijo.
Presentó Adams a su guitarrista Scott cantando a dúo en “Cloud #9” para que luego Keith hiciera solo y lanzara su guitarra al estilo The Who. Luego Bryan se deja querer por su público. Mujeres de 40 que siguen siendo esas mismas locas fans de antaño y hombres de la misma edad disfrutan del divo, que recogió una pancarta en forma de púa. Él sonríe y juega con su spanglish que domina más de lo que muestra: “Próxima canción es un para bailar”. Dos cámaras recogieron los bailoteos de la gente dándolo todo y de todas las edades. Antes había preguntado que cómo se bailaba en Barcelona, y lo de imitar la sardana fue muy divertido. El videoclip estuvo de fondo mientras él atacaba la acústica. Uno de los momentos más esperado fue el de la cinematográfica “Have You Ever Really Loved a Woman?” con el sugerente videoclip y con la aparición estelar en pantalla de Paco de Lucía enmascarado. A día de hoy este tema posee toda la fuerza y Keith estuvo de cine a las seis cuerdas. En “Here I Am” actuó casi a pelo, piano y acústica, con la que se marcó un talentoso solo demostrando que, puedes criticarlo, pero este tipo siempre estuvo por encima de la media. La cámara enfocó poco a músicos y siempre evitó un primer plano del canadiense. La magia se desprendió del techo en forma de canción y de las juguetonas luces bailonas y cambiantes.
Los tramos de luz quedaron escalados y en azul a la vez que el público se dejaba la garganta. La ocasión lo requería: “(Everything I Do) I Do It for You”. Subieron y bajaron para la rotunda “Back to You” con solo de Keith en slide. Tramo muy brillante que continuó con la rockera “The Only Thing that Looks Good on Me Is You” y otra de las celebérrimas: “Cuts Like a Knife”. Cerró esta parte del concierto la potentísima “18 til I Die” para luego volver a tontear con el público. Se le da de maravilla. Lo que pocos esperaban es que Adams se apuntase a jugar a ser Springsteen y a tocar canciones pedidas por la audiencia. Siempre se dijo de él que era un Boss de segunda, pero dudo que estas cosas le hayan afectado lo más mínimo. Es un tipo afable, campechano y va a la suya, siempre con la sonrisa puesta. Temas menos habituales como “Tonight”, “Hearts on Fire” o “Heat of the Night” irrumpieron en la noche para delirio de mucha gente. Y tras “Please Forgive Me” muy cantado por la concurrencia… La locura: “Summer of 69”. Se cumplen 50 años de ese verano, pero poco importa, lo tenemos grabado a fuego junto a los dos protagonistas de la canción. Karaoke masivo, éxtasis y la letra en la pantalla tatuada en una piel humana.
Hubo una pausa y un puñado de bises que empezaron por el “Somebody”. Queda claro que el disco fundamental es Reckless. Luego “Hey baby” vino fundida con una de las sorpresas de la velada: “I Fought the Law”, popularizada por Loquillo en estas tierras pero original de los Crickets. Les quedó inmensa en unos tiempos muy acordes para cantar este tema. “Straight from the Heart” pertenece también a su otra obra maestra: Cuts Like a Knife. Fue aquí cuando el “chico” se nos sinceró contándonos su origen humilde y que la canción la compuso con 18 añitos. Está claro que el 18 es su número. Lo que nadie esperaba es que el concierto acabase de forma abrupta con un tema que quedó algo deslucido y en el que Bryan tocó a solas: “All for Love”. Obviamente pierde sin Sting y Rod Stewart pero algo de acompañamiento no le hubiera ido nada mal, y más si terminas con ella. Cuando esperábamos una gran despedida eléctrica se prendieron las luces y enfilamos retirada.
Bryan Adams sigue en forma y sus conciertos son de los que hacen afición. No necesita de fuego, grandes luces ni artificios, su sólido material y su banda le bastan para con una sonrisa y un par de chistes ganarse a un público que lo ama por encima de todas las cosas. Era mi primera vez con el canadiense y satisfecho me fui para casa. Su voz sigue en un estado espectacular, la rasga y sube sin problemas. Y sí, de lejos sigue siendo ese eterno adolescente. En su corazón siempre hay verano, y del 69…
Setlist Bryan Adams:
The Last Night on Earth
Can’t Stop This Thing We Started
Run to You
Shine a Light
Heaven
Go Down Rockin’
It’s Only Love
Cloud #9
You Belong to Me
Have You Ever Really Loved a Woman?
Here I Am
When You’re Gone
(Everything I Do) I Do It for You
Back to You
The Only Thing That Looks Good on Me Is You
Cuts Like a Knife
18 til I Die
The Only One (Audience Request)
Heat of the Night (Audience Request)
Tonight (Audience Request)
Hearts on Fire (Audience Request)
I’m Ready (Audience Request)
Please Forgive Me
Summer of ‘69
—–
Somebody
Hey Baby
I Fought the Law (The Crickets cover)
Straight From the Heart
All for Love (Bryan Adams, Rod Stewart & Sting cover)