Hamlet encara la recta final de la gira Revolu Insomnio Inferno a un nivel altísimo, viendo las publicaciones y los comentarios en las redes sociales, así que era inevitable tener unas expectativas altísimas ante lo que nos iban a ofrecer en la ventosa noche carnavalera del pasado sábado en la sala Salamandra de L’Hospitalet de Llobregat.
Como ya me he encontrado en otras ocasiones (desconozco si siempre es así, hablo como experiencia personal), la asistencia a esta sala últimamente ha sido muy pausada y exenta de grandes colas. Un sábado noche, abriendo puertas a las 20:30, en el interior de la sala no llegaba ni a la mitad del aforo apenas media hora antes del inicio del concierto. Afortunadamente, aunque lamentablemente no se llenó (algo que ya preveíamos viendo que el puesto de merchan se encontraba en un lateral de la sala), se completó prácticamente el aforo.
Un aspecto muy destacable, fuera de lo musical, es el precio del merchandising. Hoy en día es prácticamente imposible comprar nada sin dejarte riñón y medio en una camiseta en condiciones. Por lo que pudimos hacernos con nuestros artículos con nuestra anatomía inalterable para poder filtrar el líquido ingerido.
Con una curiosa música ambiental para nada acorde a lo que íbamos a vivir, nos apagaron las luces al ritmo de “Misirlou” de Dick Dale, tema principal de la banda sonora de Pulp Fiction, mientras los músicos tomaban posiciones, dando paso al inicio pregrabado de “El mejor amigo de nadie” empalmado con la música en directo con un salto por parte de Molly, Luís Tárraga y Ken HC. Chute de adrenalina desde el primer segundo, con un potentísimo y nítido sonido marca de la casa. Se pudo apreciar que el bajo de Álvaro se iba por encima del resto de músicos, algo que quedó corregido al momento por el atento técnico de sonido.
Molly, ejerciendo como destacado maestro de ceremonias, acapara toda la atención moviéndose constantemente por el escenario e interactuando con las personas que se agolpaban en las primeras filas, sufriendo los primeros pogos de la noche.
La característica fría temperatura de la sala pronto se vio alterada a causa de la intensidad del concierto, se notó claramente cuando Molly decidió desprenderse de su llamativa cazadora de cuero, decorada con frases, tras las primeras canciones de la noche.
Las gargantas al unísono coreaban cada una de las canciones mientras los circle pit también aumentaban en intensidad desde la intensa “Poseer bajo sumisión” hasta el desenfreno de una brutalísima “Muérdesela” en la que Molly sacaba su registro más gutural y que repitió en varias ocasiones durante el show.
Paco Sánchez a la batería estaba pletórico manteniendo el tempo de cada canción junto a su compañero Álvaro Tenorio en la base rítmica. El bajista, atento en todo momento en las intensas primeras filas, se mantenía menos dinámico que sus compañeros Luís y Ken a las guitarras. Ambos guitarristas, sobre todo Luís colaborando en algunas voces, no pararon de moverse y saltar en una puesta en escena mimada y estudiada al milímetro, pero nada encorsetada.
Cada movimiento, cada pose y cada salto son un regalo para nuestr@s compañer@s fotógraf@s (como comprobaréis en el excelente trabajo realizado por mi compañero Carles Amat). Conocedor de eso como pocos, Molly no paraba de entregarse a cada foco que se clavara en él, bien cantando agachado en primer plano directamente a la cámara o regalando poses y saltos. Pero no os dejéis engañar por la parte visual, tod@s l@s que conocemos a Hamlet desde sus inicios sabemos que son una máquina de matar sobre las tablas. Con que tengas una sola oportunidad de disfrutarlos en directos quedarás enganchad@ para siempre, nunca defraudan, jamás ofrecerán un mal concierto.
Las pocas pausas fueron para secarse el sudor o para dirigirse a todos los asistentes agradeciendo el soporte, la asistencia y la energía transmitida hacia el escenario. Prueba de ello, hizo subir a una joven fan para que sintiera el clamor de una sala entregada
La intensa “No soy igual” dio paso a una de mis canciones favoritas, “El color de los pañuelos”. La energía que tan frenada está durante todo el desarrollo de la canción explotó en su clímax final. Bajón de decibelios pero en ningún caso la intensidad que volvió a reventar con una sublime “Habitación 106“ revienta cervicales que dio paso a un “Egoísmo” en la que Molly dedicó algún egoísmo de la canción cambiándolo por un contundente “hijos de puta” que arrancó una gran ovación antes de la pausa de rigor para recargar fuerzas y cambio de camiseta.
Retomaron el concierto con “No me arrepiento” y la genial “Antes y después” para encarar la recta final con una demostración de músculo con la desgarradora “Tu medicina” y el broche de oro final con la esperada “J.F.” cantada por el público en sus primeras estrofas ante el deleite de la banda madrileña. Nos regalaron de nuevo un gran momento cuando los músicos subían a la plataforma en la que estaba situada la batería para saltar al unísono, cerrando el ciclo del inicio, repitiéndolo en varias ocasiones demostrando el enorme estado de forma en el que se encuentran los músicos.
No quiero dejar escapar la oportunidad de dejar constancia que a pesar de la alta complicidad entre público y banda, en ocasiones la enorme energía transmitida desde el escenario daba la sensación que no siempre era correspondida desde el público con gritos, aplausos o palmas durante las canciones, lo que provocó alguna broma por parte de Molly al repetir los gritos que pedía. Dominadores del escenario como pocos, transmiten una energía que no siempre les es correspondida, estando muchas veces más pendientes de captar el momento en su móvil que de disfrutar del concierto. Afortunadamente, fueron sensaciones que se disiparon rápidamente en cuanto comenzamos a cantar y saltar.
¡Qué gran placer el llegar a casa destrozados, pero con una enorme sonrisa!
Setlist Hamlet:
El mejor amigo de nadie
Denuncio a Dios
Vivir es una ilusión
Tortura – Visión
Poseer bajo sumisión
Dementes cobardes
No me jodas
Muérdesela
Mi nombre es yo
Buena suerte
No soy igual
El color de los pañuelos
Habitación 106
Egoísmo
No me arrepiento
Antes y después
Tu medicina
J.F.
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.