HammerFall – Crimson Thunder (20 Year Anniversary Edition)

Hasta el cuarto disco de HammerFall posiblemente todo fue perfecto para estos suecos liderados por Oscar Dronjak y Joacim Cans. Nada mal para un grupo que había empezado como un mero divertimento en el que músicos de metal extremo de Gotemburgo jugaban a ponerse tachuelas y participaban en concursos musicales. Cada año pasaban más rondas, así que al final Mikael Stanne de Dark Tranquillity y Jesper Strömblad de In Flames dieron un paso a un lado y Oscar encontró a Joacim. Ese match de cine catapultó a la banda, y ya en 1997, su Glory to the Brave arrasó con todo. Luego Renegade llegó al número 1 y este Crimson Thunder llegó al platino en Suecia.

Este álbum de aniversario es completo y un regalo para los fans más acérrimos. Se ha remasterizado, pero no se han tocado las canciones ni los nuevos miembros han regrabado partes. Se incluyen hasta siete temas en pre-producción y tres cortes en acústico y directo además de un medley de directo de lo que han estado haciendo en esta gira en la que tributaban el 20º Aniversario de Crimson Thunder. Recordemos que la formación de este álbum es la que la mayoría considera como clásica, con Elmgren, Rosén y Andersson.

“Riders on the Storm” es otro himno infaltable para la cuenta de HammerFall. Un ejercicio power metal que funciona sin necesidad de altas velocidades y sí de un poderoso estribillo. Es uno de los temas que más tocan y de las más icónicas de toda su discografía. “Hearts on Fire” es otro logro en la carrera de HammerFall, especialmente porque el estribillo es arrebatador, escuchado una vez ya se te queda en la memoria para siempre. Hay momentos de doble bombo en un corte bastante desnudo y sencillo, pero tremendamente efectivo. Justo lo que la gente buscaba en estos suecos, ya lo tenías en los dos primeros temas. Canciones que eran carnaza de directo, hímnicos y adictivos.

“The Edge of Honour” funciona perfectamente pues es más netamente power metal, cantarina, con fuerza de guitarras y la fórmula verso + puente + estribillo. Anders Johansson va sobrado tras los pedales y Stefan Elmgren se luce en un tema con muchos “uooo, uooo”. Pero aquí hay varios temas que han quedado para el recuerdo, y una de ellas es la que nombre al disco: “Crimson Thunder”. Puro ejercicio a lo Judas Priest de los medios tiempos hímnicos, pero con ese toque propio que marca especialmente la personal voz de un Joacim Cans, muy entonado, que contrasta con ese estribillo en el que los coros son graves.

“Lords of the Arcane” es una bella intro con aires ocultistas de ceremonia religiosa y que luego desemboca en “Trailblazers”, un tema muy prototípico y definitorio de lo que eran y son HammerFall. Gran composición y mucho trote caballuno en una pieza que tiene un gran estribillo. “Dreams Come True” es una esforzada balada a la cual llegaron a orquestar con mimo y detalle. Es un buen tema, pero nunca llegó al nivel de algunas de las más queridas por sus fans. Cans sigue brillando a un altísimo nivel y canta de maravilla, cosa apreciable en “Angel of Mercy”. Un tema oscuro que en su día abrió una puerta a la experimentación.

“The Unforgiving Blade” es de lo menos destacable, correcta, sin más, y apenas ha probado escenarios. Mejoran las cosas con “In Memoriam”, una sentida instrumental dotada de mucho sentimiento en la que las guitarras de Elmgren y Dronjak se lucen doblando. El disco termina en todo lo alto con otra pieza que podemos calificar como clásico: “Hero’s Return”. Un estándar de HammerFall en el que todo está en su sitio y que vuelve a ser carne de directo. A todo esto, destacar que en el bajo estaba ese monstruo llamado Magnus Rosén y con el que terminaron tan mal. La base rítmica del grupo en esa época estaba a un nivel técnico impresionante.

Los siete temas en pre-producción quedan bastante cercanos a lo que terminarían siendo las versiones finales, pero Joacim no lo da todo, los coros son más funcionales y crudos como en “On the Edge of Honour”. Realmente en cortes como “Riders on the Storm” ya ves que el grupo tenía otro disco a la altura de los tres anteriores. En “Angel of Mercy” el bajo de Magnus Rosén es mucho más profundo y protagonista. En “The Unforgiving Blade” puedes apreciar más los tonos altos y exigentes del tema, así como unas guitarras mucho más crudas. La mejor de todas, y de largo, es “Hearts on Fire” cantada por Oscar. ¡Y vaya! Lo hace bastante bien y no escatima agudos. Esta sí que es un tema muy en esqueleto, pero os aseguro que es la más disfrutable de todas.

De las canciones en unplugged lo que destaca es que el grupo no ha buscado la perfección y ha optado por dar una muestra de lo que era el grupo en esos tiempos… Cantan en París el “Steel Meets Steel” y a Cans se olvida de la letra, se disculpa, y dice que parece tonto tras tantos años cantando esa canción, llegar a olvidarse de su letra. A todo esto, alguien del público le dice que “es un estúpido” y la carcajada es sonora. Encaja el grupo bien el momento y siguen con el concierto. Es un lujo poder escuchar esos clásicos en formato desenchufado. La primera de ellas es el “Heeding the Call” ante una audiencia entregada y a ritmo de maracas y “Renegade” cierra los temas acústicos. El medley de menos de seis minutos es un gran resumen instrumental de los mejores momentos del disco homenajeado.

Una de las cosas más sorprendentes de este disco de aniversario y reedición es que la canción bonus del digipack de la época, “Rising Force”, de Yngwie Malmsteen, haya quedado fuera. Crimson Thunder es para muchos el disco que marca un poco el cénit y a partir de entonces llega el declive. Cuando hablamos de declive no lo podemos hacer a nivel de popularidad, ni de ventas, pues el grupo conseguiría varios números 1 y éxito fue global, pero un poco ya empezaron a repetirse y a forzar la fórmula. A pesar de ello, han continuado ofreciendo singles rutilantes, pero nunca discos tan completos y excitantes como esos primeros cuatro trabajos. A pesar de sus muchos detractores… el heavy metal europeo le debe muchísimo a HammerFall.

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.