Mientras el mundo se para las novedades van llegando y era obligatorio dedicarle a los canadienses Harem Scarem unas líneas, pues todo lo que entregan brilla a un nivel excelente. Otra dosis de estribillos dorados enclavados a medio camino entre el hard rock melódico y el AOR pulcro. Su anterior entrega ya era espectacular y esta no le va a la zaga. 11 píldoras positivistas para sobrevivir a estos días extraños y duros de reclusión. Harry Hess sigue cantando como los ángeles y Pete Lesperance sigue tocando como siempre, siendo un guitarrista tremendamente infravalorado, muy de la escuela Journey. Producción cristalina y temas pegadizos a más no poder, eso sí, previsibles a más no poder.
“Nosotros tenemos sólo una meta cuando empezamos a grabar el disco y no es otra que componer las mejores canciones que podamos” (Pete Lesperance)
Todo se inicia con el medio tiempo que da título al disco, con todos esos ingredientes que nos enamoran desde que tocaron el cielo con Mood Swings. Tema hímnico y delicado, casi sedoso, como todo lo que realizan. Tiene perfecta cabida entre sus muchos clásicos. El single es “Aftershock”, ya más subida de revoluciones y con interesantes guitarras acústicas en su justa medida. Impresionante puente hacia el estribillo y coros celestiales marca de la casa. Contiene ese habitual momento en el que Hess se queda solo cantando para reengancharse luego la banda. Y el tremendo inicio lo completa “Searching for Meaning”, otra buena demostración de calidad y de altísimo nivel de composición. Mismos ingredientes para “The Death of Me” con coros ampulosos y en los terrenos que mejor dominan los canadienses. Destaca el riff base del corte y la elegancia que asoma en cada canción.
La balada tara en aparecer, pero cuando lo hace, es a lo grande. Mucha atención a “Mother of Invention” ya que mezcla con maestría Beatles con Queen, pero, ante todo, sigue sonando a Harem Scarem, que es lo que cabe esperar. De lo mejor del compacto. Estribillos y coros de seda en “No Man’s Land” en la que Lesperance se destapa como gran guitarrista que es. “Riot in My Head” es de esos temas que te alegran la tarde, puro hard rock de estribillo infeccioso y sonando a lo que mejor han hecho toda su vida. No sería de lo más destacado ese medio tiempo evocador que lleva por título “No Me Without You”, bastante ñoña, pero “Fire & Gasoline” vuelve a subir el listón a golpe de certera producción e impecable sonido. El solo de Lesperance es puramente Neal Schon. El verso de la final “Swallowed by the Machine” es lo que más se aleja de su sonido clásico, pero a la que deambulan por el puente y el estribillo ya la fórmula vuelve a aparecer. Gran despedida a un álbumque funciona como siempre, pero sin novedades en el frente.
El disco en si aporta novedades cero por parte de Harem Scarem, pero a la vez, convence ampliamente. Esperamos de ellos justo lo que nos ofrecen en Change the World con esa fórmula maestra, casi alquímica, que nunca llega a los cinco minutos de duración. Sorprende la racha que llevan de discos inspirados y buenos y, obviamente, el presente álbum no sólo continua la racha, sino que la culmina. Tan bueno o más que United. Se les esperaba este verano en festivales y en una posible gira, pero es previsible que la cosa quede suspendida. A pesar de su calidad y de que muchos de estos temas merecen estar en sus directos, recuerdo que su play back en los coros de directo es flagrante, algo que me cabreó enormemente la única vez que les pude ver. En lo musical, y especialmente Hess, estuvieron sublimes.