“Odio a los Beatles y puedo aseguraros que el loro Waldo también odia a The Eagles.”
La posmodernidad y el todo vale ha hecho que cada banda, en un intento de buscar notoriedad y fama, busque un “algo” diferencial, un “algo” que les haga ser diferentes y que llame la atención. Hoy en día la originalidad es algo más preciado que la técnica o los virtuosismos. Tenemos a bandas como Apocalyptica que asombraron al mundo por tocar heavy metal con cuatro violoncelos, a Van Canto que son un grupo vocal capaz de hacer las melodías de bajo, guitarra y teclados con la boca o a Red Hot Chili Pipers, que hacen lo propio con gaitas. Todos estos grupos han dado el salto gracias a ser únicos en su especie, pero hablando de especies raras… dudo que haya una banda más original y atrevida que los Hatebeak, capaces de rozar lo absurdo. El elemento diferencial es que el cantante es un loro africano, así de claro. El logo del grupo y el nombre hacen referencia a la banda de metal crossover Hatebreed. Según sus propias palabras querían elevar el listón del death metal, y eso les llevó a la idea de contar con un loro como cantante, pues sus posibilidades vocales van más allá de las humanas También aseguran que la banda desaparecería si no pudiesen contar con él, pues Hatebeak no tendría sentido sin Waldo. Consideran que más que buscarlo ellos a él, Waldo les encontró a ellos. Al pájaro, según cuentan ellos, le encanta el death metal, así que le pusieron primero un micro, lo grabaron y posteriormente compusieron la música.
Trayectoria
Blake y Mark, originales de Baltimore (Estados Unidos) tenían una banda de death metal y buscaban a un cantante que marcara las diferencias. Lo querían con una enorme variedad de registros que abarcaran de lo gutural a lo agudo, pues, al fin y al cabo, un buen cantante es lo que puede hacer que llegues hasta arriba o te quedes en un grupo más de maqueta y local de ensayo. Para ello contaron con un “tipo” de 19 años, llamado Waldo, un loro gris africano con grandes dotes para el canto. La racionalidad humana y las limitaciones vocales de nuestra especie quedaban borradas de un plumazo (nunca mejor dicho). El caso es que Blake y Mark grababan a Waldo posteriormente se adaptaban a sus espontáneas tonadas, pues el trabajo de enseñar a cantar a un loro es una tarea pesada y larga. En 2004 sacarían Beak of Putrefaction, un split compartido con la banda Longmont Potion Castle. La opción de los discos splits compartidos sería su apuesta y la forma barata de dar salida a su música ya que se comparten los gastos a partes iguales. Le seguiría Bird Seeds of Vengeance en 2005, otro split con la banda Caninus, de la que hablaremos otro día, y otra aparición discográfica más: The Thing that Should not Beak en 2007, haciendo un juego de palabras con el famoso título del tema de Metallica “The Thing that Should not Be”. El grupo firmó con Reptilian Records (todo muy animal) en pos de sacar nuevo material. Seguirían las bromas con los títulos con Number of the Beak (2015) y otro split, esta vez con Boar Glue.
El grupo dice odiar la “humanidad”, pero más concretamente, toman un punto de vista “anti-animalista”, o mejor dicho “anti-antropocentrista”. Esta posición es la que denuncia el hecho de que se suele tomar una igualdad relativa entre animales, siempre incluyendo el hombre/mujer, pero siempre tomando parte desde el punto de vista humano. Cuando se suele equiparar a los animales con los humanos se suele caer siempre el antropocentrismo, que es tomar parte siempre favoreciendo al ser humano. Al ser humanos, es algo que suele ser inevitable. En definitiva, Hatebeak abrieron una puerta, posiblemente hacia lo absurdo, pero una nueva puerta, al fin y al cabo.
Su directo: Angrybirds
Los intentos de contactar con Hatebeak han sido infructuoso, tanto con la banda como con la discográfica. A pesar de que muchos pueden ver en ellos cierto maltrato animal, parece ser que siempre han tratado al loro como a un rey y consideraron que Waldo no estaba para girar, pues el estrés que sufriría en los desplazamientos era excesivo. Tampoco ha llegado a cantar en directo nunca, pues el volumen de los instrumentos podría ser muy nocivos para el ave africana. Siempre suelen compararlo con lo que podría sufrir un niño, tanto a la hora de girar como a la de cantar. Eso sí, en directo utilizaban samplers y el grupo tocaba en vivo las partes instrumentales. No lo podemos confirmar, pero… hay voces y rumores que apuntan a que Waldo murió; eso explicaría el por qué la banda no daba señales de vida desde 2007. Como curiosidad, añadir que el grupo estuvo pensando en la posibilidad de hacer un grupo con el canto de las ballenas. Hay también un interesante video en YouTube en el que una banda de death metal toca a la vez que un gallo de corral canta de forma, digamos… agresiva. Cierto, es todo bizarro a más no poder, pero no deja de ser gracioso el intentar juntar lo humano con lo animal, y todo gracias al death metal.