Crónica y fotos del concierto de Havok + Warbringer + Gorod + Exmortus - Sala Salamandra (L'Hospitalet de Llobregat), 27 de abril de 2017

Havok y Warbringer abanderan el nuevo thrash metal mientras Gorod se asientan como reyes del death europeo

Datos del Concierto

Bandas:
Havok + Warbringer + Gorod + Exmortus
 
Fecha: 27 de abril de 2017
Lugar: Sala Salamandra (L'Hospitalet de Llobregat)
Promotora: Madness Live!
Asistencia aproximada: 250 personas

Fotos

Fotos por Albert Vila

Cuando se anunció que esta excelente gira de neothrash metal iba a pasar por la Sala Salamandra de L’Hospitalet no pude sino regocijarme al recordar uno de los mejores bolos a los que he asistido en estos últimos tiempos, el que dieron los igualadinos Crisix junto a Suicidal Angels, Skull Fist y Evil Invaders el pasado mes de octubre en esta misma sala. Dejando atrás experiencias no demasiado placenteras en conciertos de thrash de perfil más alto, como fueron Kreator (el día que se fué la luz) o Testament (en el que estábamos como sardinas en lata), la Salamandra es ideal para este tipo de conciertos festivos en el que no se espera en absoluto un lleno. En estos casos, estamos ante una sala amplia y cómoda con espacio de sobras para circle pits, walls of death y lo que haga falta, con muy buen sonido y luces y con una visibilidad excelente gracias a su escenario alto y sin foso para que la gente pueda subir a hacer stage diving (cosa que no hizo casi nadie y que, a diferencia de lo que pasó con Crisix, no fué para nada promovido desde las bandas, más bien al contrario).

Y es que hay que decir que el bolo de hoy no fué tan épico, ni mucho menos, como el que os digo que pudimos vivir el pasado octubre (es que Crisix son mucho Crisix), pero demostrando una habilidad técnica y una precisión fuera de toda duda, las cuatro jóvenes formaciones nos ofrecieron conciertos impecables y demostraron que el metal está en mejor forma que nunca ante un público, como es habitual en estos casos, que mezclaba thrashers de la vieja escuela con jovencísimos e imberbes adolescentes que han sido pivotales en este sorprendente renacimiento del que goza el thrash metal últimamente. Después de 26 días en los que prácticamente no han gozado de ningun descanso, los californianos Warbringer y los coloradinos Havok pusieron sobre la mesa todo lo que les ha colocado en el primer escalafón del thrash metal de este siglo, mientras que Exmortus y Gorod demostraron que tienen mucho que decir con sus originales propuestas.

Exmortus

El concierto de Exmortus empezó unos (pocos) minutos antes de lo que estaba previsto, de manera que al entrar ya estaban a punto de acabar de descargar un tema que no alcancé a identificar (y que, vistos otros setlists de la gira y como empezaron otras canciones en este mismo concierto, muy probablemente se trataba de una especie de intro). Lo cierto es que, desde un primer momento, el cuarteto californiano no cejó en su empeño de demostrarnos (con éxito incontestable) sus habilidades como músicos, con especial mención para ambos guitarristas. Tanto el pequeño David Rivera como un Jadran Gonzalez que también se encarga de las voces y que, dado su origen hispano (de los cuatro, en realidad), se comunicó con el público en perfecto español, se mostraron brillantes y a la vez divertídos e interactivos. La música del joven y simpático cuarteto es un thrash metal veloz, guitarrero, agresivo e hipertécnico con muchísimos elementos clásicos (y me refiero tanto a metal clásico como a música clásica) que puede pecar de un pelín barroco y cargante (y quizás lo sería de ser un concierto mucho más largo) pero que causó una excelente impresión entre el público y que, más allá de que musicalmente ya me gustaba antes de verlos, sobre el escenario me convenció totalmente.

Aunque durante sus casi quince años de carrera Exmortus han publicado cuatro discos de estudio, en la media hora justa de la que dispusieron tan solo tuvieron oportunidad de descargar cinco temas de los dos últimos, empezando con la cañera «For the Horde» y la antémica «Death to Tyrants», pertenecientes a su reciente y excelente Ride Forth (2016), cuyos amenazantes y furiosos caballeros decoraban la pared posterior del escenario. Un comienzo muy potente que no nos preparaba para el despiporren que íbamos a vivir a partir de la tremendamente neoclásica «Speed of the Strike», durante la que empiezan a dejarse ir por completo con sus virtuosas excentricidades, con ambos guitarristas alcanzando un protagonismo visual y sonoro que ya no abandonarían hasta el final del concierto, con twin leads, batallas de solos y poses a tutiplén, sonando potentes y divertidos y gozando de un sonido más que decente. Y si este tema llevaba clasicismo a tope, qué decir de su particular y trallera rendición de la «Moonlight Sonata» de Beethoven, un temazo instrumental para espectacular lucimiento de ambos guitarristas. Para acabar, una improvisada introduccion deriva en «Metal is King», la glorificación metalera y algo manowarizada que cierra su anterior trabajo, el celebrado Slave to the Sword (2014) que les puso en el mapa, en el que nos deleitaron con algun truco más como el que vió a ambos guitarristas tocando el instrumento del otro a modo de abrazo. No fué quizás un concierto que despertara en el público las pasiones que viviríamos durante el resto de la noche, pero Exmortus lograron, en su primera visita a Europa, mantener a todo el mundo en vilo y muy interesado en la que fué, para mí, una actuación excelente y una manera perfecta de empezar una velada que empezaba a prometer aún más que al principio.

Setlist Exmortus:

(Intro)
For the Horde
Death to Tyrants
Speed of the Strike
Moonlight Sonata
Metal is King

Gorod

He de confesar que ya llevaba bastantes años con muchísimas ganas de ver a los bordeleses Gorod, pero siempre se me habían acabado escapando por un motivo u otro. Desde que los descubrí al poco de publicar su impresionante Process of a New Decline (2009) que he estado prendado de esta banda, a la que considero, sencillamente, lo mejor que ha dado el death metal europeo en los últimos años. Sus posteriores A Perfect Absolution (2012) y A Maze of Recycled Creeds (2015) no han hecho sino confirmar su talento, su originalidad y la tremenda calidad de sus composiciones, colocándolos como los Revocation europeos por lo divertido, hipertécnico y brillante de su propuesta. Aunque su death metal se antojaba algo discordante enmedio de una noche puramente thrash como la de hoy, Gorod es la banda que más ganas tenía de ver de las cuatro, y si con Exmortus pudimos gozar de las excepcionales capacidades instrumentales de sus miembros, los intrincados y sorprendentes entramados que los franceses tenían preparados nos dejaron a todos sin palabras.

Uno de los momentos en que más disfuto de la música es cuando una banda que te enamora por completo es capaz de sorprenderte, ya sea con un gran álbum o con un concierto inesperadamente brillante. Y eso no es fácil, ya que lo más normal es que las bandas a las que más conoces y admiras a priori no sean capaces de alcanzar las elevadas expectativas que pones en ellos. Pero Gorod me dejaron con la mandíbula en el suelo. Ni tan siquiera un setlist que yo habría confeccionado de manera muy distina y que incomprensiblemente ignoró casi por completo el último trabajo de la banda, que yo consideré Top-5 de 2015, hizo sombra a lo que fué una descarga sencillamente impresionante, insultantemente precisa y llena de groove, de mojo y de confianza, con unos músicos espatarrantes que podemos simbolizar en la buenrollera, poderosa, magnética y hasta sexy presencia del bajista Benoit Claus, sonriente y embelesado en el baile sin fin que protagonizó con su instrumento bajo una gran pancarta sin más detalles que el nuevo y modernizado logo que la banda ha adoptado desde su último disco.

Si bien a mí me habría gustado más protagonismo de A Maze of Recycling Creeds, básicamente porque temas como «Inner Alchemy», «The Mystic Art of Artistry» o «Celestial Nature» me parecen sencillamente impresionantes, el setlist escogido estuvo bastante equilibrado entre (casi) todos sus discos: sonaron para empezar «State of Secret» y «Here Dies Your Gods» (vaya una, ésta) del que muchos aún consideran su mejor disco, el rompedor Leading Vision (2006). Sonaron para acabar dos temas del álbum con el que les descubrí: la absolutamente espectacular y bailonga «Programmers of Decline» y la épica y dramática «Disavow Your God». Sus dos últimos trabajos de larga duración se vieron representados por un tema cada uno, «Birds of Sulphur» y (yeah!) «Dig Into Yourself», respectivamente, que aun siendo temazos, no son las que yo habría escogido. Hace bien pocas semanas, en motivo de esta gira tan thrashera y en un alarde de brillante cachondeo, los franceses publicaron el EP Kiss the Freak, con un espíritu mucho más thrash / hardcore del que nos tienen acostumbrados y que solo ha estado disponible para adquirir en el puesto de merchandising. De este EP tocaron la divertida «Being a Jerk», que efectivamente es bastante más thrashera de lo que nos tienen acostumbrados, llena de coros y de otros gimmicks típicos del género.

A pesar de residir a escasos 600 kilómetros de Barcelona, la última visita de Gorod a la Ciudad Condal data de 2013, en motivo del festival itinerante Bonecrusher Fest que les llevó a la Sala Estraperlo de Badalona junto a bandas como Job for a Cowboy, Beneath the Massacre o As They Burn. Hace poco más de un año se suponía que iban a venir como teloneros de los conciertos peninsulares de The Black Dahlia Murder y Benighted, pero la repentina lesión de uno de sus componentes hizo que se cayeran del cartel en el último momento. Confío en que no tengan que pasar cuatro años otra vez para volver a verlos por aquí y que algun promotor nacional se atreva a traerlos en gira o en conciertos sueltos, ya que en directo son una auténtica apisonadora y, a tenor de las conversasiones apasionadas que pude escuchar al acabar entre gente que no los conocía de antes, todos los que tuvimos la suerte de verlos en la sala Salamandra os lo podremos confirmar. Personalmente soy de comprarme pocas camisetas de grupos, pero tenía bastante meridiano que Gorod iban a ser uno de los privilegiados a poco que el concierto me convenciera un poco, así que ya os podéis imaginar que tan pronto acabaron me lancé hacia el puesto de merchandising, llegando solo unos segundos antes que un sudoroso y exhausto Julien Deyres, vocalista de la banda, que tuvo que doblar en hacer de dependiente y que departió feliz con todos los que llegábamos con acumulación de piropos ante la calidad impresionante del quinteto francés.

Setlist Gorod:

State of Secret
Here Die Your Gods
Being a Jerk
Dig Into Yourself
Birds of Sulphur
Programmers of Decline
Disavow Your God

Warbringer

Exmortus y Gorod habían sido un aperitivo muy suculento, pero lo que la mayor parte de la gente había venido a ver eran dos de los mayores representantes del revival del thrash metal contemporáneo que tan fuerte ha atizado la escena en los últimos años. Tanto Warbringer como Havok son bandas formadas alrededor de 2005 y que se han ganado el trono y la bandera de este movimiento gracias a una discografía aun breve, pero indudablemente sólida e impecable. Mi sensación respecto a Warbringer es que se trata de una banda bastante más grande en Estados Unidos que en Europa, y si bien en una gira americana quizás este cartel habría puesto a ambas bandas a compartir la cabeza, en Europa está claro que Havok tienen bastante más tirón, lo que no es óbice para que en la sala Salamandra se respiraran muchísimas ganas de ver a los chicos de John Kevill y Adam Carroll.

Desde la última visita de los californianos a Barcelona, en 2014, presentando su anterior IV:Empires Collapse como teloneros de Iced Earth (en el que me pareció y me sigue pareciendo una combinación algo extraña, la verdad), han cambiado bastantes cosas en el seno de la banda, empezando por la partida del guitarrista fundador John Laux, de manera que solo John y Adam permanecen de la formación original. La batería, después de un pequeño baile de componentes, vuelve a estar bajo el control de Carlos Cruz, mientras que a la guitarra y al bajo tenemos a dos nuevos miembros que, curiosamente, llevaron gran parte del peso visual del concierto moviéndose constantemente de un lado para otro y resultando más simpáticos y participativos que añgunos de los componentes originales (hola Adam!), como son Chase Baker a la guitarra y Jesse Sanchez (también en Bonded By Blood) al bajo, que no solo saltaba y corría, sino que duchó repetidamente a los que estábamos en las primeras filas con el balanceo de su pelo mojado.

Después de una introducción a modo de marcha militar que acompañó su salida al escenario, los californianos invirtieron la primera parte de su concierto en tocar lo que ellos mismos llamaron «la cara A» de su reciente Woe to the Vanquished, es decir, los cuatro primeros temas de su último disco: la directa «Silhouettes», la potente «Woe to the Vanquished», con su agresivo estribillo, la pegadiza «Remain Violent» y la feroz «Shellfire». Después de un pequeño discurso por parte de John Kevill, muy activo toda la noche, en el que proclamó que el metal está más vigente que nunca y que hay vida más allá de los ochenta (cosa que supongo que todos los presentes teníamos más que claro), Warbringer se dispusieron a desgranar una pequeña muestra del resto de su discografía, con temas como el pegadizo medio tiempo «Prey for Death» o la fabulosa e histérica «Hunter-Seeker» de su anterior IV: Empires Collapse, que generó el caos entre el público. Pero fué con «Living in a Whirlwind» (que, por cierto, contó con la presencia del batería de Havok, Pete Webber, tras los parches) cuando se abrió la caja de los truenos, con circle pits inmensos y sana violencia generalizada entre el público. Llegamos casi al final de la cortísima descarga del quinteto americano con la potentísima «Combat Shock», perteneciente a su disco de début, de la cuál también sonó «Total War», el primer tema que compusieron en sus inicios, y que sirvió como innecesario bis (innecesario que fuera bis, no que fuera innecesario que la tocaran).

Personalmente, y a pesar de que su concierto fué impecable tanto en ejecución como en actitud y sonido, y de que el setlist estuvo muy bien teniendo en cuenta el poco tiempo del que dispusieron (aunque me hubiera gustado que tocaran algo de Worlds Torn Asunder, el disco con el que los conocí, y el único de sus cinco trabajos del que no pudimos escuchar nada), me costó algo entrar en su dinámica y es un concierto que no creo que vaya a recordar especialmente en el futuro. No sé si culpar a la satisfacción que aún llevaba encima después de la descarga de Gorod, que no me dejó concentrarme del todo, o se trata de algun otro motivo que no sé identificar ahora mismo, pero sea como fuere, lo dieron todo sobre el escenario y convencieron a todo el mundo, así que objetivamente la actuación de Warbrinher fué magnífica y, tal y como se encargaron de recordarnos, tendremos la oportunidad de volver a disfrutarlos en el Resurrection Fest de este año.

Setlist Warbringer:

Sillouettes
Woe to the Vanquished
Remain Violent
Shellfire
Prey for Death
Hunter-Seeker
Living in a Whirlwind
Combat Shock

Total War

Havok

Así como Warbringer optó por un telón (inmenso, por cierto) con la portada de su último disco, sus compañeros Havok, al igual que Gorod, apostaron por dar protagonismo únicamente al logo de la banda. Mientras se hacían los pocos cambios de escenario necesarios (Exmortus y Gorod compartieron una batería, mientras que Warbringer y Havok compartieron otra, así que había poco a mover ahora), sonaron por los altavoces de la sala algunos temas bien poco habituales en un concierto de thrash metal, como son el «I Will Always Love You» de Whitney Houston o el «(I’ve Had) The Time of My Life» de la banda sonora de Dirty Dancing, demostrando que Havok no se toman demasiado en serio a sí mismos y que, en general, está bien que no olvidemos que el thrash metal significa diversión, fiesta, cachondeo y desenfreno. Y Havok es una de esas bandas que lleva esto hasta las últimas consecuencias musicales, con un thrash desenfadado y hasta cierto punto juvenil, bebiendo más de bandas notoriamente festivas como D.R.I., Nuclear Assault o Anthrax que de grupos más malotes como Slayer o Kreator.

Demostrando que venían con ganas de gresca empezaron con un tema tan brutal y pegadizo como «Point of No Return», al que siguieron dos de los cortes más destacados de su reciente Conformicide: «Claiming Certainty» y «Hang ‘Em High» (probablemente mi favorita del disco). Pero el gran álbum de la discografía de Havok aún sigue siendo Time Is Up (2011), y eso no es únicamente una opinión personal, sino que la propia banda se encargó de reconocerlo otorgándole una presencia especialmente prominente en el setlist, ya que tocaron sus cinco primeros temas de forma consecutiva. Una buena idea, porque menudos temazos, la verdad: «Prepare for Attack», «Fatal Intervention», «No Amnesty», «D.O.A.» y «Covering Fire» elevaron la temperatura de la sala con constantes circle pits y puños en alto. En la icónica y antémica «D.O.A.», uno de sus mejores temas de su carrera y uno de los favoritos de un público que se volvió loco, contaron con la presencia de Carlos Cruz, batería de Warbringer, que devolvió el favor que le hicieron unos minutos antes.

Continuamos con «Ingsoc», que con sus casi 8 minutos es el tema más extraño y progresivo de Conformicide, y si bien fué muy enretenido de ver quizás cortó un poquito el ritmo frenético que llevábamos hasta el momento, y que recuperaríamos rápidamente con la genial «From the Cradle to the Grave» que volvió a poner la sala patas arriba. Viendo que la gente estaba animada, se lanzaron con una divertida y aparentemente improvisada versión del «T.N.T.» de AC/DC que, debido a la entusiasta respuesta del público, se alargó más de lo que creo que pretendían, para entrar de lleno en la recta final del concierto con «Intention to Deceive», de su último disco, y «Give Me Liberty… or Give Me Death», probablemente uno de sus temas más conocidos y celebrados, que cerró el set principal. Para el bis, el parón del cuál tuvo al público algo frío y más expectante que deseoso a pesar de que se habían dejado la piel en el pit, Havok escogieron el tema que dá título a su anterior trabajo discográfico, una «Unnatural Selection» que sirvió para que la gente se dejara la poca energía que aún le quedaba. En otros conciertos de la gira cerraban con «Time is Up», que aquí se dejaron en el tintero no sé si por falta de tiempo o de ganas.

Teniendo en cuenta que Havok es una banda musicalmente bastante divertida, es curioso que su líder y vocalista David Sanchez no sea un frontman particularmente carismático ni tampoco tenga pinta de ser el tío más dicharachero sobre la faz de la tierra, poniendo su energía en proclamas un poco juveniles sobre la libertad y contra el poder establecido, siempre con un aire tímido y un sembante generalmente serio y algo malhumorado. Por ello, la mayor parte de la diversión visual de la banda corre a cargo de las carreras y contorsiones de Reece Scruggs y del bajista Nick Schendzielos, un chico que a pesar de llevar poco tiempo en la banda, dá la talla sobradamente y acompaña la exigencia de las líneas de bajo que siempre ha caracterizado el sonido de Havok con una presencia escénica magnífica (lucecitas verdes en su instrumento a parte). No en vano el bueno de Nick es capaz de compaginar su trabajo en Havok con dos de las bandas de death metal más técnico que podemos echarnos a la cara hoy en día: Cephalic Carnage y Job For a Cowboy. Casi nada.

La breve duración de los conciertos es la tónica habitual de este tipo de giras con cuatro o cinco grupos jóvenes y de propuestas musicales intensas y físicamente exigentes (tanto para los músicos como para el público). En este caso, Havok contaron con una hora tirando a justa, mientras que el resto de bandas tuvieron un tiempo de actuación que osciló entre los 30 y 50 minutos, lo que a priori me parece un poco demasiado corto. De todas maneras, viendo como tanto las bandas como la gente que rebentó el pit de forma engorilada y feliz durante toda la noche dió todo lo que tenían, especialmente durante los conciertos de Warbringer y Havok, no creo que podamos exigir mucho más, y me parece que todo el mundo acabó más que satisfecho. Las cuatro bandas que pudimos ver hoy tienen un presente fabuloso y un futuro, si los derroteros del metal van por ahí, como mínimo esperanzador, y tanto los músicos como el público y la sala estuvieron a la altura de una de las mejores noches de thrash metal de lo que llevamos de año, si no la mejor. Eso sí, aunque Salamandra suena magníficamente, tiene unas luces que los fotógrafos solo podemos agradecer, es cómoda y tiene la cerveza más barata que en el resto de salas habituales de Barcelona, alguien debería decirles que lo de cortar el agua del baño tiene su justificación si quieres que la gente consuma en la barra, pero a mí siempre me han enseñado que después de mear uno tiene que lavarse las manos, y que acabar con cientos de jebis campando por la pista y oliendo a pipi no es la cosa más higiénica que me puedo imaginar.

Texto y fotos: Albert Vila

Setlist Havok:

Point of No Return
Claiming Certainty
Hang ‘Em High
Prepare for Attack
Fatal Intervention
No Amnesty
D.O.A.
Covering Fire
Ingsoc
From the Cradle to the Grave
T.N.T. (versión de AC/DC)
Intention to Deceive
Give Me Liberty…or Give Me Death

Unnatural Selection


Entrada publicada originalmente en Metal Symphony Website.

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Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.