Hecate Enthroned – Embrace of the Godless Aeon

Nuestra Nota


7.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 25 de enero de 2019
Discográfica: M-Theory Audio
 
Componentes:
Joe Stamps – Voz
Nigel Demmen – Guitarra
Andy Milnes – Guitarra
Dylan Hugues – Bajo
Peter White – Teclados
Gareth Hardy – Batería

Temas

1. Ascension (1:37)
2. Revelations in Autumn Flame (4:58)
3. Temples That Breathe (4:36)
4. Goddess of Dark Misfits (7:05)
5. Whispers of the Mountain Ossuary (7:06)
6. Enthrallment (5:17)
7. The Shuddering Giant (6:41)
8. Silent Conversations with Distant Stars (7:57)
9. Erebus and Terror (9:18)

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Hacía tiempo que no escuchaba el nombre de Hecate Enthroned. Mis recuerdos de este grupo se remontaban a finales del siglo pasado y comienzos de este, cuando tuvieron un buen inicio de carrera y, en cierta medida, fulgurante, llegando a ser comparados con Craddle of Filth.

Hecate Enthroned es un grupo originario de Gales, nacido en 1993, bajo el nombre de Daemonum, aunque dos años después, y tras una re-estructuración de la banda, se cambió su apelativo. En 1997 sacaron su primer LP, The Slaughter of Inonnence, a Requiem for the Mighty, disco que recibió muy buenas críticas por un sonido bastante marcado entre partes sinfónicas y rapidez. En ese momento fue cuando fueron comparados con Craddle of Filth, banda también británica y que el año anterior había sacado Dusk… and Her Embrace (1996), con un estilo muy similar. Después de la producción del disco, hubo un par de partidas y de fichajes y lanzaron su segundo trabajo, Dark Requiems… and Unsilent Massacre (1998). Este disco era un poco más pesado, pero dando un ambiente más de horror con un uso constante por parte del teclado.

Su tercer disco Kings of Chaos (1999) fue producido otra vez después de otra re-estructuración interna. En esta ocasión su sonido se desmarca más del black metal sinfónico para pasar a un death metal melódico o blackened death metal. Y hasta aquí los recordaba yo. A partir de entonces les perdí bastante la pista y, gracias a la tecnología de hoy en día, he estado trasteando y he podido comprobar que sacaron otro trabajo en 2004, y que estuvieron inmersos en una especie de stand by que duró nueve años, hasta 2013, año en el que sacaron su quinto LP, Virulent Rapture. Disco que, por cierto, no tuvo demasiada buena crítica quizá por su estilo tan diferente.

En este nuevo trabajo, Embrace of the Godless Aeon (2019), nos presentan a su nuevo cantante, Joe Stamps, y vuelven a sus orígenes noventeros. Su sonido es muy Craddle of Filth, no lo negaremos. Esa velocidad combinada con furia, una velocidad endiablada, la nueva voz llena de shrieks y algún que contrapunte más gutural y grave con la gran ambientación a cargo de las partes orquestales te teletransportan a finales de los noventa. Aunque si es cierto que tiene sus momentos Dimmu Borgir o mis queridos Old Man’s Child.

El disco comienza con “Ascension” una intro muy orquestal, amenizada con un teclado tenebroso. Lo serio ya viene con “Revelations in Autumm Flame” incialmente rápido, punzante y directo, con voz chillona. Pero después te mete a un cambio y combina voz más grave y unas partes muy orquestales como podrían ser los dos grupos que he comentado antes. En “Temples That Breathe” continuamos con lo mismo pero en esta ocasión, en medio de la canción se nos aparece una parte más melancólica con un riff bastante pesado y una sinfonía muy melódica, para acabar con el estilo directo más Craddle of Filth.

En “Goddes of Dark Misfits” tenemos la colaboración de Sarah Jezebel Deva, quien curiosamente ha participado en un disco de Craddle of Filth. En esta canción, rápida y fiera, tenemos una parte muy melodramática encarnada por la voz femenina y por el piano que la acompaña, un estilo este bastante marca de la casa. La siguiente, “Whispers of the Mountain Ossuary”, cuenta con una atmósfera melancólica, con unos riffs muy marcados, y con una parte orquestal muy acompasada. Aunque tiene su parte dura, es de tinte oscura y triste, pero hay una parte instrumentalmente muy directa con un ritmo muy pegadizo.

La sexta canción (de nueve) se titula “Enthrallment” y es directa, rapidísima y agresiva, volviendo a un ritmo más black metal melódico del estilo de los Old Man’s Child de los 90. Pero al cabo de poco hace un cambio radical para volverse un tema más pausado y tedioso, para pasar a una parte acústica, con un buen piano, y unas voces más susurrantes. Y la cosa termina de forma épica. “The Shuddering Giant” tiene un aire más melancólico; agresivo y cortante, pero melancólico. Canción ultra rápida pero con unos buenos breaks que le dan un aire nuevo.

“Silent Conversations with Distant Stars”, riffs directos y un teclado continuo, en esta ocasión tenemos otra vez a Deva y que le da otra vez ese aire la típica estructura de canción de Craddle of Filth. Y acabamos el álbum con unas campanadas de muerte. En la última canción del disco “Erebus and Terror”, comienza de manera pausada y una atmósfera depresiva con la voz susurrada de Deva. Tema de nueve minutos donde está partida en diferentes partes. La primera como he comentado es lenta, para continuar con un intercambio de voces guturales y femeninas, unos riffs agresivos, un doble bombo continuo, para continuar con un shriek agonizante y, finalmente, terminar de una manera (de nuevo) épica.

Embrace of the Godless Aeon (2019) es un disco totalmente recomendable. Hecate Enthroned vuelve a sus orígenes y se han sacado un trabajo muy bien trabajado. Escucharlo me ha hecho recordarme a mí, hace veinte años, escuchando todos los grupos que he ido comentando, ese black metal melódico y sinfónico que se llevaba en esa época. Aunque en ningún momento he notado que fuera una mera copia, para nada. Los que sois old school, os gustará, solo faltaría. Y si ha neófitos que no han escuchado nunca los orígenes de Craddle of Filth o Dimmu Borgir, con Hecate Enthroned se podrán hacer una idea de lo bien que sonaban estas bandas antes de convertirse, y con perdón, en meras caricaturas de sí mismas.

Dídac Olivé
Sobre Dídac Olivé 181 Artículos
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.