El último día de Hellfest 2022 apuntaba maneras para ser el mejor día de todo el festival. La anhelada presencia de Metallica en Clisson cobraba vida y los de San Francisco se preparaban para asaltar el festival. El objetivo principal de casi todos los asistentes era Metallica y se notó por la gran cantidad de camisetas que paseaban por el recinto des de ya primera hora de la mañana. No hay mejor forma de cerrar un festival que con Hetfield, Ulrich, Hammet y Trujillo. Y lo saben.
La jornada arrancaba fuerte ya a primera hora con bandas muy prometedoras como Spiritbox, Bokassa o Alien Weapondry, Sin duda, tres de las bandas con el directo más explosivo de la jornada. Jóvenes y con actitud, con una propuesta novedosa y destinados a escalar posiciones rápidamente en los carteles. De los tres, Alien Weapondry son los más originales, pues funden el groove con música autóctona de su país, Nueva Zelanda. En el show incluyen una entrada a lo maorí bastante lograda e impactante.
Los canadienses Spiritbox entraron tarde pero li hicieron arrasando. Con sólo un disco de estudio en su legado, la banda liderada por la cantante Courtney LaPlante ofreció un corto pero conciso espectáculo. Tiempo al tiempo, estos canadienses jugaran en las ligas mayores si no se descarriaran por el camino.
Por otro lado y no menos inspirados nos encontramos tempranito en The Valley a The Atomic Bitchwax. Los norteamericanos llevan casi 30 años en la carretera pero nunca han acabado de despuntar pese a que tienen un directo cojonudo. Nuestros queridos Angelus Apatrida se comieron sin despeinarse mainstage. Aunque la hora no era ideal, mucha mucha gente se reunió frente a ellos para disfrutar de uno de los mejores shows de thrash puro del fin de semana.
En Temple, el escenario más oscuro, pudimos ver como Midnight y MGLA descuartizaban sin piedad a todo asistente. Ambos multitudinarios por cierto. MGLA ya no son unos noveles y todos sabemos que tienen un directo atronador, pero la sorpresa que me llevé yo y la mayoría de asistentes fue el poderío de Midnight sobre el escenario. Sin duda una de las sorpresas más inesperadas del fin de semana.
En la Warzone asistimos a los rompenucas shows de Terror, Lionheart e Ignite. Las tres brutales pero no era de extrañar que el que arrasara sin piedad fuese Terror. Los angelinos tienen un gran directo y un puñado de himnos como “Keepers of the Faith” que hacen vibrar como pocos al público.
Mainstage se complicó demasiado a partir de las 18:30. Tras el show de Bullet for my Valentine, por cierto brutal como siempre, la gente empezó a llenar los espacios. Además, ya des de los galeses, los fotógrafos no éramos bienvenidos en los fosos con lo que los tirafotos decidimos viajar por los otros escenarios. Eso me motivó a no ver alguna de las bandas que estaban en mainstage. Pude ver un cachito de Avatar y medio concierto de Bring Me the Horizon. Con medio me bastó para comprobar que Oli tiene un poderío gigantesco sobre el escenario. Él solito lleva a volandas toda la banda, él se gana al público y es el centro de atención en todo momento.
Tras degustar los pantanos de Luisiana a lomos de Eyehategod y su habitual forma de escupir canciones. Viajar por el tradicional doom metal de la mano de unos sorprendentes Pentagram y tirar de nostalgia con algunos temas de los resucitados Mercyful Fate, nos preparábamos para coger un sitio digno para ver a Metallica. Eso supondría ver de rebote como siempre a Sabaton. Debo admitir que siempre los veo de rebote y siempre pienso que tienen un potencial increíble para ser los nuevos Manowar del mundo del metal.
Pero ya todas las atenciones estaban puestas en el inminente y esperado concierto de Metallica. Puntuales y tras la clásica “The Ecstasy of Gold”. Creo que nunca había visto a tanta tanta gente en un concierto de Hellfest. Intuyo que Carcass, Orange Goblin, Suicide Silence y Triptykon no disfrutaron de una asistencia destacada…
Los horsemen entraron a la yugular con “Whiplash”, “Creeping Death” y “Enter Sandman”. Brutal entrega y brutal el público enloquecido. Ya por aquel entonces se intuía que sería una noche épica. “Harvester of Sorrow” de …and Justice for All es una gran pieza pero algo deslucida tras tres acribillaciones previas. “Wharever I May Roam” y “Nothing Else Matters” enamoraron a todos los amantes del Black Album. Incluida en el repertorio habitual de esta nueva gira nos topamos con la infravalorada “Dirty Window”. James y la banda saben que St.Anger es un disco complicado en muchos sentidos e hizo una broma al respecto antes de interpretar la pieza, que por cierto suena brutal en directo. Al terminar la canción agradeció al público el momento con las palabras “gracias por entendernos”.
Con una movilidad increíble sobre el escenario, Kirk, James y Robert Trujillo ampliaban continuamente el escenario abriéndose tanto a los laterales como paseando por la pasarela. Si bien es cierto que James es la cara más visible de la banda, el papel de Kirk y Robert en las sombras es tan necesario como el del siempre criticado Lars tras los bombos. El pequeño danés es un portento, sobre todo en interpretación. Quizás no toque tan bien como debería, pero sabe ganarse al público con sus caras y sus paseos.
“Sad but True” atropelló “Sad but true” nos golpeó en la nostalgia. “No Leaf Clover”, la pieza compuesta para el primerSymphony no acabó de conectar con el público, de hecho la mayoría no la conocía.
Y ya entonces empezó la descarga definitiva. “For Whom the Bell Tolls” retumbó en Clisson y las llamaradas del nuevo himno “Moth into Flame” iluminaron y calentaron a los miles de fieles. “Fade to Black” revive gracias al discurso que ejecuta James sobre el suicidio y la vida. Grande James. Y retomamos Kill ‘em All para una “Seek & Destroy” que nunca cae del repertorio.
Tras un breve receso entramos en el encore final con “Damage, Inc.”, la pieza de Master of Puppets recargó las pilas a base de riffs atronadores. Los cañonazos de “One” no hacen más que aumentar la épica de una canción colosal. Y no podía faltar “Master of Puppets”, un cierre perfecto para una noche que no olvidaremos nunca. La canción vive un momento de gloria tras su paso por Stranger Things, pero no, no la ponen en último lugar para alimentar el hype.Metallica no necesita estas cosas… Fuegos artificiales y reparto de púas y baquetas. Caras de felicidad entre la banda y entre los fans. Porqué Metallica siempre consigue comerse el escenario.
Como citaba en la crónica del Mad Cool 2022: “¿Están viejos?, Sí, como nosotros. Pero vistos a escasos metros de distancia, puedo afirmar que sudan como nadie, que disfrutan como pocos, que se entregan al 1000% en cada noche. Quizás más erróneos, es perdonable. Pero nadie puede dudar de la profesionalidad de unos artistas como Metallica.”
Tras el show, fuegos artificiales increíbles y esa pena que nos acompaña siempre de camino al coche. Un Hellfest brutal daba por finalizada su más grande edición. Las ganas de la nueva ya empiezan a recorrer tu cuerpo… ¡nos vemos en un año!