La segunda jornada del segundo fin de semana del Hellfest venía marcada por una fuerte aroma a metal industrial. Por primera vez en 15 años, la organización conseguía traer como cabeza de cartel a los imprescindibles Nine Inch Nails. Y junto a ellos, un gran elenco de bandas del mismo genero como Ministry, New Model Army, Godflesh, Nitzer Ebb, Killing Joke o Health.
Lejos de lo industrial teníamos una Warzone poblada de bandas de hardcore melódico del calibre de Bad Religion o Millencolin y otras menos importantes pero de resultado final sobresaliente como Sons of O Flaherty o The Baboon Show.
El metal clásico también hacía acto de presencia con el siempre apetecible show de Alice Cooper. Y propuestas más thrashers como Megadeth, Kreator o nuestros queridos Crisix. Por otro lado, en las carpas extremas no se veía aflojo de nivel, pues Enslaved, Marduk, Decapitated, Obscura, Benighted o Moonspell arrasarían con todo. En la Valley nos topamos con Earth y Stöner como principales bandas del género desértico.
Siguiendo el mismo patrón de crónica que en el artículo de la primera jornada, vamos a detallar los platos fuertes y las decepciones del día 24 de junio. Empezaremos rajando de Megadeth y su reincidente mediocre show. Mustaine aspira a ser el artista que peor se arrastra por el escenario, su forma de actuar es insustancial. Su forma de tocar es ya aburrida y su estilo cantando es soporífero. Repitiendo su repertorio habitual como lleva años haciendo, sin ninguna sorpresa ni nada a destacar más allá de cosas malas. Sin duda, el peor concierto de todo el fin de semana.
Incidiendo en el thrash, también comentaré el poco impacto de Kreator sobre Main Stage. Su peor concierto en años, aburrido y totalmente predecible. Sus nuevas canciones saben a lo mismo y sus hitazos van perdiendo fuerza. Petrozza necesita urgentemente un cambio de rumbo, pues tanto en disco como en directo, su nivel ha decaído una burrada.
La nueva superbanda de Brant Björk y Nick Oliveri, el 50% de Kyuss por así decirlo, es una decepción enorme. Stöner son una banda sin sustancia, con canciones que no dicen nada, sin sentimiento. Y sobre el escenario, dos artistas de un nivel tan alto tocando como si estuvieran pasando el rato. Si en disco ya me aburrieron, en directo ni os cuento. Un proyecto totalmente ajeno al potencial de estos músicos.
Pasando a bandas que podrían dar mucho más de si pero que igual no estaban inspirados podríamos citar a Decapitated con un show muy muy plano. Nulo en luces, sonido complicado de asimilar. Mala noche de los polacos que tenían el papelón de ser cabezas de cartel en Altar. Otros que parece que no estaban muy inspirados fueron Enslaved, quizás por su complejo setlist, demasiado machacón. Pasaron sin pena ni gloria por Temple.
Grupos que no dejan su brazo a torcer como Killing Joke, Danko Jones, Moonspell. Tres bandas que siempre ofrecen shows intensos y apetecibles. Las tres, siendo de estilos totalmente opuestos, ofrecieron momentos de altísima calidad y fueron de los mejores de la jornada.
El potencial de ciertas bandas se tiene que remarcar. Me impresionaron mucho Health. Esta “nueva” banda de metal industrial tiene unos discos increíbles y en directo no dejan títere con cabeza. Una intensidad y un volumen descomunal. Los norteamericanos son el futuro del metal industrial. Tiempo al tiempo. Incluso Trent Reznor les invitó a colaborar en una de las piezas de Nine Inch Nails. No es moco de pavo.
Sons of O Flaherty abrían la Warzone y, a las 10:30 presentaba una asistencia increíble. Con un estilo folk punk del estilo de bandas como Dropkick Murphys, los franceses nos regalaron media hora de orgullo y estilo, de ganas y diversión. Algo parecido pasó con The Baboon Show, los suecos, reventaron la Warzone como ya todos sabemos por aquí. Otra banda con una proyección enorme y con un directo increíble. El cuarteto nos hizo disfrutar de lo lindo.
Otra banda que proyecta un potencial a tener en cuenta es Okkultokrati. Los noruegos practican un crust punk ennegrecido muy interesante y eran uno de los objetivos más esperados del día. Y no defraudaron. Concierto intenso y duro de los noruegos. Otra banda a tener en cuenta.
Me topé por error con Dragonforce y me impresionaron mucho más que las otras bandas de power del fin de semana. Los ingleses ya son veteranos pese a la juventud que aún muestran. Y tras nueve discos, les vemos en la cresta de la ola. Ofrecieron un concierto brutal, tanto en su actividad sobre el escenario como en repertorio. Una de las sorpresas del día y, sin duda, mucho mejores que Helloween, Blind Guardian y demás bandas ya “caducadas” del género.
Blues Pills, una banda que quizás no pegaba mucho en Main Stage, pero que nos regaló momentos muy buenos en los 40 minutos que actuaron. Los suecos liderados por la carismática Elin Larson son vistosos y, pese a que no acaban de despuntar como deberían, son una de las bandas de blues rock más interesantes de los últimos años.
Y entramos ya en la recta final del resumen de la jornada con Crisix. Aterrizaron en Clisson tras patearse media Francia y lo hicieron con la mala suerte de que su batería dio positivo por Covid el día antes. Como tienen amigos hasta debajo de las piedras, los de Igualada reclutaron a los baterías de Tagada Jones y de Gama Bomb para tocar algunas de las piezas, pero como en Crisix todos tocan de todo, y todos cantan, empezaron con su típico baile de instrumentos y esas medio covers. Destriparon el Main Stage a base de pogos y nos regalaron un concierto hermoso.
Y finalizaremos alabando a Nine Inch Nails. Fieles a la perfección que les encumbra como una de las bandas más importantes del metal de los últimos 20 años, los norteamericanos se comieron la jornada sin despeinarse. Trent Reznor es algo así como un dios, y su pose sobre el escenario es sublime. Juego de luces increíble, sonido inmaculado y repertorio tan inesperado como perfecto. Nine Inch Nails es una de esas bandas que tienes que ver una vez en la vida y, seguro, que esa vez te prendes de ellos. Sin duda, uno de los mejores conciertos del 2022.