Crónica y fotos del Hellfest - Clisson (Francia), 23 de Junio

Hellfest Summer Open Air 2018 (II): O cómo ver a Parkway Drive graduarse con matrícula de honor

Datos del Concierto

Hellfest

Bandas:
Bloodshot Dawn, Hantaoma, Demilich, Mispyrming, Ornassi Pazuzu, Akercocke, Heilung, Bullet for my Valentine, Children of Bodom, Dead Cross, Avenged Sevenfold, Parkway Drive
 
Fecha: 23 de Junio
Lugar: Clisson (Francia)
Promotora: Hellfest
Asistencia aproximada: 200.000 personas

Fotos

Fotos por Pepo y Beto Lagarda

La segunda jornada de Hellfest estaba marcada por la oscuridad de las bandazas de Temple junto al músculo de la recta final del día con varias de las bandas más importantes del metalcore del panorama mundial. Marcado en el negro del luto de despertar con la noticia de la muerte de Vinnie Paul, el que fuese batería de Pantera y hermano de Dimebag Darrel. Un día en el que íbamos a frecuentar el Mainstage con lo que el tema de poder hacer fotos seria algo complicado (las largas colas de fotógrafos para entrar en los fosos a partir de las 16:30 eran un escándalo y lo mejor era ni intentarlo e intentar robar fotos mezclados entre el público). Frescos como una rosa tras sobrevivir a la primera jornada, cruzamos las puertas del infierno a por otro grandioso día del mejor metal del mundo.

Bloodshot Dawn

Como es la costumbre, las primeras bandas del cartel son menos conocidas y eso nos regala grupos interesantes y con potencial para descubrir y degustar; el primero de ellos serán la banda de Portsmouth Bloodshot Dawn con su death metal técnico y melódico dispuesto a arrasar a la hora del desayuno en el Altar. Con una entrega nada discutible y un sonido muy logrado pese al poco bagaje de la banda y la dificultad de su propuesta, los ingleses agradaron mucho en general.

Presentando su recién publicado álbum Reanimation del que tocaron un par de temas, incluido el tema homónimo «Reanimation», la banda va demostrando que mejora con el paso de los años y en su tercer trabajo el labor de todos los componentes es destacable. También tuvieron tiempo para repasar sus anteriores discos con «Vision», del álbum Bloodshot Dawn (2012) o hacernos vibrar con el trallazo «Smoke and Mirrors» de su penúltimo trabajo Demons (2014). Bloodshot Dawn son una buena banda a considerar en un futuro.

Hantaoma

Las bandas menos conocidas en las que íbamos a prestar una atención especial arrancaba con los franceses Hantaoma, trece años hemos tenido que esperar para volver a tener nuevo material de los franceses. La banda procedente de Tarbes / Tarba juega con un black metal donde el paganismo y la cultura popular de la antigua Occitania son vertidos sobre la música dando a la banda de una personalidad única en su especie. Surgidos en 1997, Hantaoma se formó como proyecto paralelo de varios de los músicos de la también banda de folk francesa StilleVolk. 

Su nuevo disco titulado Malamòrt es una auténtica maravilla y supera en calidad su único álbum predecesor, Malombra. Con una formación ideal para el estilo que ofrecen (con varios instrumentos antiguos sobre el escenario) capitaneada por Pattrick Lafforgue la banda ofreció un 50-50 de temas de sus dos trabajos con lo cual todos salimos satisfechos. No podían faltar en su setlist «Tres peiràs», «Los dracons» o «Reine del negre», temas que bordaron e hicieron vibrar de buena mañana un Temple que presentaba un aforo muy espectacular.

Demilich

Otra de las bandas más especiales del viernes serían Demilich, para los que no los conozcan, Demilich fue una banda finlandesa de mediados de los 90, innovadora en el sonido del death metal técnico, su álbum debut, titulado Nespithe es uno de los álbumes más icónicos del estilo en el marco europeo y uno de los mejores a nivel mundial, tras Nespithe la banda de disolvió y nunca volvió a crear material nuevo. Para conmemorar el 25º Aniversario del disco, los finlandeses se reunieron de nuevo aterrizando en Clisson para desplegar en directo la magnitud de Nespithe.

Algo oxidados se antojaban en el principio del show, los artistas muy estáticos y nerviosos en parte por la sorpresa de ver el Altar casi lleno de curiosos que veían la reunión como una oportunidad única de disfrutar de los temazos del disco en directo. A medida que el show avanzaba la banda parecía más cómoda y lo agradecimos. Iban cayendo brutales temas sin contemplación alguna para marcar un show notable en el regreso de Demilich.

Mispyrming 

Llevamos unos años en los que todo lo que sale de Islandia tiene una calidad asombrosa, sobre todo en términos de black metal. Mispryrming no podían ser menos y llevan unos años demostrando que tienen calidad de sobras para llegar alto en el underground más extremo. Tras tres años de la publicación de su álbum debut Söngvar elds og óreiðu, los de Reykjavik han ido engrandeciendo el circulo de fans y se nota, pues el Temple presentaba un lleno considerable pese al poco bagaje de la banda.

Los chicos presentaban una curiosa vestimenta decorados con curioso maquillaje que les daban un punto interesante. A mencionar sobretodo la labor tanto instrumental como en puesta en escena del bajista Gústaf Evensen que no dejó de articular movimientos y cuidar su pose sobre el escenario en todo el concierto.

Oranssi Pazuzu

Oranssi Pazuzu también lograba llenar la gran carpa de metal extremo en su segunda presencia en el festival, la primera fue en 2012 cuando prácticamente aún nadie les conocía. Sabemos que se trata de una banda compleja, una banda que puede enamorar o puede llegar a aborrecer dependiendo hasta de tu momento en el preciso momento del show, en nuestro caso y ya con los grandes objetivos del día acercándose el show de los finlandeses fue largo y monótono, ya no comentamos si fue estático y con un juego de luces fatales como la última vez que vinieron en las salas españolas. Casi una hora tenían en la que repasaron extensamente Värähtelijä, su último trabajo de 2016, del que sacaron «Havuluu», «Lahja» o «Saturaatio». Correcto show sin nada más a remarcar.

Heilung

La banda más «diferente» de todo el cartel era sin duda Heilung con su oscuro folk super bien logrado y ambientado en la época ritualística nórdica, los conocidos daneses lograron llenar no solo Temple sino todo el recinto colindante de fans y curiosos igual que lograron Wardruna en la edición de 2017 del festival. Con una puesta en escena digna de admirar y alucinar, el sexteto minimalista fundió el ambiente en una oscura interpretación musical mezclada con la luminosidad del escenario y propios artistas. La banda sólo tiene un álbum de estudio del 2015 titulado Ofnir y reeditado hace unos meses por Season of Mist para lograr hacer llegar al máximo de fans el ya mitificado debut. Con osadía y perfección la ejecución de cada uno de los temas, calculando al milímetro cada nota, sonido y vocalización, Heilung demostró que sus directos son de otra galaxia, lejos del metal y el rock 99,99% predominante en el cartel del Hellfest, bandas como ellos dan el punto de rareza que tanto nos gusta a los fans.

Bullet for my Valentine

La recta final del día arrancaba con la primera gran banda de metalcore marcada en rojo en el cartel, Bullet for my Valentine regresaban tras dos años a un Mainstage en el que van escalando posiciones para situarse ya en la liga superior. La misma semana que salía a la venta el nuevo y polémico trabajo de los de Gales, el cual nos gusta mucho por cierto, la banda de Matt Tuck venía con la agenda apretada por la gran acumulación de grandes eventos programados a finales de junio y principio de julio, pese a ello la banda estaba dispuesta a rendir al máximo nivel.

Pese que todo el mundo acaba rajando de la última tríada de trabajos hasta la fecha, curioso es que nadie en directo le hace ascos a cantar temas de Venom o de aprenderse de memoria los cuatro singles lanzados hasta la fecha de su nuevo trabajo Gravity… temas que tienen un impacto mucho mejor en directo que escuchados directamente del álbum. Aunque, claro está, cuando les da por tocar «Tears Don’t Fall», «Waking the Demon», «Your Betrayal», «Scream Aim Fire» o «The Last Fight» el público fácilmente se viene abajo. Pese la pose chulesca del frontman Matt Tuck y su cazadora de piel tocando cara al ardiente sol de finales de junio, admitimos que el chico tiene carisma y lo contagia a toda la banda. Grande concierto el que se marcaron los de Gales que acostumbran a no hacer un mal show.

Children of Bodom

Solape infernal el que vivimos entre Children of Bodom, Dead Cross, Enslaved, Madball y Deftones, aquí decidimos dividir fuerzas tras poder ver la mitad de Enslaved a lo lejos, unos Enslaved demoledores como siempre haciendo gala de tener uno de los mejores trabajos de 2018. En la división de fuerzas optamos para ver otra vez de cerca a Alexi Laiho con sus Children of Bodom, nos apetecía cantar con violencia y optamos bien pues el concierto de COB fue de lo mejor de la jornada. Arrancando a lo bruto con una de sus gemas que más nos gustas, «Are You Dead Yet?» que ya de saque provocó la locura en un Altar lleno hasta la bandera. Sin pausa Alexi fue despachando clásicos, tocaron » In Your Face», «Living Dead Beat» para marcar el trio de arranque sublime. Momentos para viajar a uno de sus últimos temas, el duro «I Worship Chaos» que a medida que pasa el tiempo va cogiendo la forma de clásico. Sin dejarnos respirar y con el público haciendo del concierto una fiesta de death metal, «Angels don’t Kill» o «Hate Me» no parecieron marcar una tregua… pero la traca final que se avecinaba podia hacer temblar los cimientos de un Hellfest entregado en gran parte al show enorme que estaban marcándose Deftones en el escenario principal sin olvidar que en The Valley el amigo Mike Patton estaba haciendo de las suyas. «Needled 24/7», «Everytime I Die» y «Downfal» del tirón para despedirse con «Hate Crew Deathroll» y colofón final a cargo de «Towards Dead End». Concierto en mayúsculas de unos Children que no saben pisar el freno y nosotros felices y agradecidos.

Dead Cross

No podíamos hacer la vista gorda a The Valley teniendo a dos de nuestros artistas preferidos tocando con su superbanda Dead Cross que no es más que la unión de Mike Patton (Faith No More por si alguien va despistado) y Dave Lombardo en la batería (Slayer) junto a Mike Crain en la guitarra y el bajo de Justin Pearson. Su álbum debut de 2017 fue uno de los mejores álbumes de hardcore punk – crossover thrash del año y poder ver a Mike Patton en directo siempre tiene un plus de motivación. Vestido con su camisa hawaiana y su tupé engominado hacia atrás, el californiano con sus recién cumplidos 50 años es un frontman formidable, sino que le pregunten al niño que hizo subir de entre el público y que se pasó como cinco minutos sentado en su regazo mientras él cantaba «Shillelagh», un Patton que no paró quieto en casi una hora, ahora dejo el micro y cojo el megáfono y al revés. Un concierto para hacernos disfrutar y un evento de esos que en unos años mataríamos por ver por la dificultad de volver a reunir a tantas estrellas cuando estén ya todos en sus bandas originales.

Avenged Sevenfold

El plato fuerte de la noche era sin duda Avenged Sevenfold por varios motivos, uno es que los admiramos y segundo es para poder ver si realmente están ya preparados para afrontar el reto de ser un cabeza de cartel en festivales del calibre y la exigencia de un Hellfest… Tras un esporádico homenaje de los americanos a su amigo Vinnie Paul arrancaba un show programado en 90 minutos. «The Stage» marcó el ritmo del concierto, el largo tema que abre su último trabajo sirvió también para abrir el show de manera perfecta.

Con ese arranque de órgano, crescendo de guitarra y baterías dio el pistoletazo a que Shadows saltara sobre las tablas con algún visible problema de voces (llevan meses girando sin parar y el frontman llegó algo justo a Clisson), «The Stage» es un temazo y el público agradeció un arranque con la energía mostrada, aunque sin pausa llegó el primer momento sublime con «Afterlife», uno de los temas capitales de los californianos y con él llegó el fuego y la pirotecnia, si hay alguien que no disfrute con «Afterlife» que levante la mano, pues el tema lo tiene todo para acabar siendo uno de los himnos de los 2000. «Hail to the King» también tiene el poder de levantar a todos del asiento pese a estar dentro del álbum más polémico de la banda. Seguidamente se colaron en la fiesta «Welcome to the Family» y «God Damn», temas que sirvieron para introducirnos «So far away» y su relación especial con la pérdida del antiguo batería The Rev, un tema cantado a pulmón y como siempre uno de los momentos de «gallina de piel» de un show de Sevenfold.

Tras todo esto vino el desastre, el desastre de dar la oportunidad a un fan de primera fila de subir al escenario con sus ídolos para recoger el micro y cantar entera la ansiada «Nightmare», tema que destrozó por completo mientras los artistas se descojonaban pese a la entrega increíble del chico. No era necesario tal invento y bajar las revoluciones de un gran concierto de esta manera tiene sus handicaps pues «Eternal Rest» o «MIA» sonaron como si la banda se estuviera riendo de nosotros. Pudimos enderezar la sintonía con «Bat Country» y una «Shepherd of fire» bañada en fuego por todo el escenario. «Unholy Confesions» cerró el concierto que aspiraba a ser enorme y quedó algo dañado por la visible incapacidad de la banda de comerse no solo el escenario sino todo el festival.

Parkway Drive

Y de Sevenfold y sus fuegos artificiales pasábamos al metalcore de los australianos Parkway Drive, que volvían a Clisson tras cinco ediciones y pasando de tocar a la hora de la siesta a cerrar la jornada del sábado, casi nada. Para la ocasión vistieron las mejores galas posibles y, como no saben hacer de otra manera, arrasaron por completo dando la sensación de que la banda que merecía ser el cabeza de cartel del festival eran ellos y no los anteriores. Bañados en la oscuridad y el fuego, Parkway Drive se ha quitado la etiqueta de metalcore con sus dos últimos trabajos IRE y el nuevo Reverence, álbumes de los cuales sacaron prácticamente todo el setlist de la noche. Los trallazos de el nuevo trabajo «Wishing Wells» y «Prey» dieron el pistoletazo de arranque de mejor manera imposible, pero «Vice Grip» hizo enloquecer a todo el público que en solo tres temas ya intuía que este último show de la noche seria más que formidable.

Y no solo nosotros estábamos alucinando com el show, los propios artistas, sobretodo Winston McCall, el cantante, alucinaba con el público que abarrotaba hasta donde le llegaba la vista toda la gran explanada de los Mainstage. «Dedicated» no hizo menos furor que «Vice Grip» y necesitabamos una pausa que «Cemetery Bloom» nos brindó antes de que nos arrasaran con la también debutante «The Void». Tras la locura llegó el extasis en forma de las acladas y más antiguas «Idols and Anchors», «Karma» y «Wild Eyes» y finalmente el bis con «Crushed» y la locura máxima fue con el cierre encargado a  «Bottom Feeder» y la batería ardiendo dando 360º de vuelta dejando atónitos a cada uno de los afortunados espectadores que recordarán el concierto de Parkway Drive del Hellfest 2018 con un «yo estuve allí». Sublime.

Beto Lagarda
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