Ruta del día
SKYND – Strigoi – Thundermother – Empire State Bastard – END – Halestorm – Dozer – Hatebreed – Electric Callboy – Grave Pleasures – Amon Amarth – Crisix – The Amity Affliction – Lord of the Lost – Tenacious D – Pantera – Slipknot
Y con la pena llegamos al cuarto y último día de Hellfest. El domingo siempre es un día de contrastes. Por un lado tienes esa sensación de que tienes que acabar de darlo todo. Por otro lado, el cansancio acumulado ya es importante y el disfrute va ligado ya mucho a tu desgaste físico. Y por si aún había algo inesperado, esta vez cayó en forma de diluvio al mediodía y, si los primeros días el calor fue insoportable, la bajada de temperaturas y el ir bastante mojado pese a las batamantas chubasquero estas tan molonas del Decathlon, propició que las sudaderas fueran el producto estrella en el merch.
Tras media hora inicial disfrutando de la arriesgada y novedosa propuesta de la solista SKYND, Greg Mackintosh y su proyecto Strigoi saltaban sobre el escenario de Temple. Un proyecto muy interesante en el que el famoso guitarrista de Paradise Lost descansa de su instrumento para dar uso a su potente voz. Aunque tengo que admitir que lejos de la guitarra, Greg no funciona nada bien. Ni siquiera se sabía las letras de sus canciones…
Thundermother fueron las culpables del diluvio que colapsó las zonas a cubierto. Tras su primera canción en Mainstage,Thor desplegó su enjambre de truenos y abrió el grifo del agua, que no cesó hasta el final del (para mí) tan esperado concierto de los Empire State Bastard. La banda liderada por Simon Neil, guitarra y voz de Biffy Clyro, daba rienda suelta a su vena más metalera con este proyecto que cuenta con Dave Lombardo en la batería entre otros. Una suerte de super banda, muy versátil y entretenida pese a la lluvia que caía aún sobre Clisson.
END se disponía a volatizar una Warzone con su metalcore afilado. La banda de Brendan Murphy era uno de esos puntos marcados en rojo en el horario del domingo y no defraudó. Aún andamos esperando el sucesor de su debut, Splinters From and Ever-Changing Face (2020), disco situado entre lo mejor de metal de 2020. Gran concierto el de los norteamericanos demostrando que no fueron flor de un día. Estamos muy ansiosos de tener un nuevo disco de la banda entre nuestras manos.
Y entonces llegó un baile de bandas grandes repartidas entre todos los escenarios. La verdad es que domingo era un día complejo para escoger. Pero empezaría con Dozer en Valley. La banda sueca, padrinos del stoner en el viejo continente, son una de esas bandas casi imposibles de ver en directo y tenerlos en Hellfest era un sueño hecho realidad. Impecable concierto animado por un Tommi Holappa que se comió él solo el escenario. Brutal. Aún llegué a tiempo de ver la recta final de Hatebreed, tras varios años sin verles en directo, siguen estando en forma aunque se les ve estancados y las nuevas piezas no son tan brutales como sus himnos de antaño. Algo parecido a lo que he detectado de Amon Amarth en las dos últimas veces que les he visto. Llegaron muy alto hace unos años y, ahora que están en una buena posición, más que quedarse estancados, están dando pasos para atrás. Sus directos no seducen como antaño y sus repertorios son bastante discutibles.
Por otro lado, Halestorm si parece que está aún subiendo peldaños. La banda liderada por la carismática Lizzy Hale es un torbellino sobre las tablas. Sabe utilizar bien el poderío de Lizzy con su guitarra y le saca partido mejor que nunca. Su hard rock siempre es apetecible y la banda ya tiene suficientes tablas y éxitos como para tener un muy buen directo en todos los aspectos. Algo que también podría utilizar para exponer el concierto de Grave Pleasures en Temple. Tardía incorporación en el cartel del festival, la banda de Finlandia publicó recientemente su esperado tercer disco, un disco algo flojo por cierto. Y cualquier excusa para ver a los ex Beastmilk en directo siempre es válida, nunca decepcionan. Su post punk gótico es de lo mejor que ha pasado en el circuito en los últimos 15 años. Las cosas como son.
Encarando ya la recta final del festival, me preparaba para un tour de force de esos que marcan un festival: Electric Callboy, Incubus, Tenacious D, Pantera y Slipknot. Nada podía salir ya mal a estas alturas. Y más cuando los alemanes Electric Callboy lo petaron de la forma con la que últimamente lo están haciendo. Tras su cambio de nombre y comerse el panorama con su último disco, Tekkno (2022), la banda está demostrando que con un estilo tan poco ortodoxo se puede llegar muy lejos. Actualmente tienen uno de los mejores directos de la escena metalera. Si no los has visto en directo, ya estás tardando, pues no puedes leer sobre “We Got the Moves”, “Spaceman” , “Hypa Hypa” o “MC Thunder” sin haber sido demolido por ellas en directo.
Incubus eran uno de mis objetivos personales más importantes del día. Mi faceta fanboy salía a relucir ya varias horas antes de su concierto. Pese a que les he visto ya en directo, su presencia en el cartel me enamoraba. Como buen fan, me coloqué en la cola para entrar a hacer fotos unos 45 minutos antes de su hora de arranque de concierto. Tan bien colocado estaba que entré en la primera ronda de fotógrafos con toda la ilusión de un niño chico: al fin podía sacar fotos a una de mis bandas de cabecera. Y allí llegó el desastre de mi Hellfest 2023. Preparo la cámara, miro hacía arriba y me veo a Juli de los Crisix sobre el escenario: “qué coño” pensé. Y si, no fue un error. Incubus cayó del cartel unas horas antes y, como buen festivalero vintage que soy, el teléfono y las RRSS no son consultadas por un servidor cuando estoy disfrutando de un festival. Incubus cayó y Crisix estaban por allí en el momento adecuado. Evidentemente saqué fotos de Crisix, pero mi decepción fue tan grande que desaparecí de mainstage un buen rato.
Momento para acercarme a una de las bandas de momento, pese a quedar últimos en Eurovisión, Lord of the Lost tienen el respeto de la comunidad metalera. O de gran parte de ella. Los alemanes están en un momento dulce, el más dulce de su carrera y lo demuestran con un muy buen directo. Algo pasados de rosca, pero no voy a meterme en estos temas. Aposté por un outfit más arriesgado para conquistar Clisson, al final, outfit rockero estándar con alguna grandilocuencia básica. El rato que les vi, buen concierto de los alemanes.
Y llegó la tríada final, esperada pero dolorosa. Pues era la recta final del festival, algo que nunca apetece cuando estás disfrutando del evento. Tenacious D, Pantera y Slipknot nos regalaron tres conciertos perfectos, cada uno con su estilo y peculiar puesta en escena como ya comenté en el primer artículo de cobertura de Hellfest en el que hablé de las tres bandas. Tenacious D hace gala de su espíritu cinematográfico y cómico para hacer disfrutar, de otra forma, a un público que adora la nostalgia que desprende el combo formado por Jack Black y Kyle G.
Pantera, o este híbrido atacado por los trues y adorado por los que no pudimos disfrutar de la banda con los hermanos vivos, era uno de los grandes nombres de todo el festival. Y, visto lo visto, a pocos les molestó verles en directo, pues casi todo Hellfest estaba reunido frente a mainstage. Brutal en todos los aspectos con un Phil Anselmo en un estado de forma óptimo (comparado con sus últimas presencias en Hellfest con sus otros proyectos).
Y para concluir, solo quiero volver a afirmar que en la actualidad, no hay una mejor banda cabeza de cartel que Slipknot. Con un repertorio que agrada a viejos y nuevos fans, los de Corey Taylor son el caballo ganador siempre. Brutal en todos los aspectos. Una locura ver a Slipknot y aún más locura si estás metido en las primeras filas del show, salir con vida es incluso complicado.
Tras los siempre emotivos fuegos artificiales al son de AC/DC, Van Halen y Rammstein, las fechas de la edición de 2024 que se mueven inesperadamente al último fin de semana de junio. ¿Será que tienen una exclusiva que merecía tanto la pena que la organización ha decidido mover las fechas? Yo ya tengo mis apuestas personales…