Vuelven Helloween por la puerta grande ya convertidos en un grupo de grandes recintos y habiendo sido cabezas de cartel en los principales festivales europeos. Finalmente recobran su estatus, merecido a todas luces, si bien han tardado lo suyo. No ha sido fácil, pero para que la reunión fuera completa ha tenido que ser con sus miembros originales más queridos: Kai Hansen y Michael Kiske. Durante todos los 90 y gran parte de los 2000 se ha buscado a los nuevos Helloween, y gracias a ello el power metal vivió momentos álgidos hasta implosionar. El retorno lo ha marcado en gran parte el mejor vocalista del estilo, que anduvo perdido durante décadas. Los fanatismos religiosos, unidos al desconocimiento manifiesto de lo que puede ser el metal extremo, pueden llevarte a retirarte del mundo musical. Así ha sido la vida de Michael Kiske…
Avantasia lo recuperó para la causa y grupos como Place Vendome o Unisonic ayudaron a que este entrañable vocalista viera la realidad de otra forma. También la gente de Frontiers que lo recuperaron para la causa. Nunca llegaremos a comprender qué andaba por su cabeza, pero sabemos que no se sentía cómodo de tocar en festivales junto a bandas de metal extremo. Esos supuestos grupos satánicos y malvados le incomodaban. Pero dio el paso y pasó lo inevitable: que no eran tan satánicos y que, encima, todos le pedían autógrafos entre bambalinas y le decían lo mucho que les gustaba Kiske como cantante…
Una de las historias más rocambolescas del bueno de Kiske es que en los 90, ya metido en el anonimato y renegando de todo, haciendo una vida como el más común de los mortales en Alemania, fue seguido durante horas por un tío que vestía una camiseta de Helloween. La crisis llegó cuando el tipo, al fin, se acercó al divo y le pidió… ¡fuego! (¡!!!!). No sabemos si Kiske se lo dio, pero allí vio que quizá no todo era tan malo. Por otro lado, encumbró a Avantasia como cabeza de cartel. Sin él la verdad es que pierden gran parte de la gracia y atractivo. Pero Kiske debía elegir y… escogió Helloween. Por mucho que eso implicase tener que lidiar con otro tipo raro y peculiar como es Michael Weikath, otro cristiano acérrimo. Pero si entra tu colega de toda la vida: Kai Hansen, la cosa cambia.
El single claro y evidente del disco es “Skyfall”, de nombre muy James Bond y con referencia alienígena esta vez. Es precisamente el único tema de Kai Hansen, y no podemos saber si está pactado, pero el caso es que es un retorno a los Keepers en toda regla, que es justo lo que la gente quiere. A pesar de ello, el inmenso mérito de todo es que Andy Deris encaje en la ecuación. Si les has visto en directo ya sabes que Kiske y Deris están a la misma altura, y ese es un mérito del tinerfeño de adopción.
“Skyfall” es justo lo que esperas por muchas trazas de Gamma Ray que puedas ver en ella. Suenan actuales, metálicos, modernos, pero con todo el bagaje de los Helloween clásicos. Kiske sigue cantando como los ángeles y las cabalgadas speedicas conviven con la melodía. Hay esa conexión manifiesta con esos temas largos y cambiantes como “Keeper of the Seven Keys” o “Halloween”. Pero con el añadido de que hay cabalgata de vocalistas y turnos para todos. Incluso Markus Grosskopf tiene su habitual cuota. El bajo de Helloween siempre ha sido tan protagonista como las guitarras, que aquí son triple amenaza: Weikath, Sascha y Hansen. Juegos de cumbres y valles, un gong y épica por doquier repuntada por teclados.
Kai Hansen ha hecho uno de los mejores temas de estos últimos 20 años y ese estribillo te retorna a las verdes praderas de finales de los 90. No desentonará para nada entre tanto clásico de directo y alguna lagrimita caerá. La versión single contiene un tema más largo en el que se da cancha a la voz de Deris, que aquí quedaba algo tapado. No sufran ustedes, pues tendrá el mismo protagonismo que Kiske, pero el mensaje que quería mandar el grupo era de que los Keepers vuelven, solo que con el lavado de cara que implica sonar en 2021. Apuntan alto… La pregunta es si este nivel va a poder ser mantenido en un disco completo. Veremos en unos meses.