Tenemos en nuestras manos un EP hecho con garantías. Herra es un grupo formado en Álava, exactamente en el año 2016. La columna vertebral, que son Hodei (voz) y Oiñaz (guitarra), eran componentes de un grupo que se diluyó, pero querían seguir haciendo música y de ahí salió Herra. David (guitarra), Iñigo (bajo) y Carlos (batería) cierran el lineup. En su momento, sacaron una demo / EP, que podemos encontrar en Bandcamp, la cual está formada por tres temas directos y que tiene una gran reminiscencia e influencia noventera. Huele a Sepultura, Machine Head, con un toque industrial. Fue la típica grabación que se puede sacar para empezar, pero con Egun ilunak (2020) ya hay bastante más carne en el asador y una clara evolución en su música.
Para empezar, es un disco que está grabado en Silverstar Studios, estudio de Iker, guitarrista de Childrain, con todo lo que conlleva hacer una grabación en estudios de este calibre, sabes que el sonido será cojonudo. Encima tenemos la participación de Iñi, vocalista en Childrain y hermano de Iker. También, como he dicho, hay una evolución y las cuatro canciones de las que se componen este trabajo, difieren un poco de su anterior álbum. Aquí para empezar nos encontraremos con voces melódicas y guturales, que hacen de contraste perfecto ya que su sonido, y letras, tienen un punto oscuro y desgarrador. De hecho, «egun ilunak» significa «días oscuros». Y musicalmente hablando pues, como digo al tener voces melódicas y limpias, le da un aire más moderno. A todo esto, le tenemos que juntar un estilo musical donde emana claramente el groove, el metal industrial y una pizca de nu metal, algún resquicio de sus influencias caló por allí y nos encontramos con retales de este estilo.
Así pues, vayamos a destripar este Igun ilunak, que siendo sinceros, lo primero que me ha pasado en su primera escucha es que se me queda corto, cuatro canciones que dan para un cuarto de hora, pero cuando acaba mi cuerpo pide más, buena señal. Empezamos con «Amodiaoren zuloa», donde notamos claramente las influencias industriales y groovienses. Inicio duro y contundente, voz y gutural . Rápidamente pasamos a los cortes más metalcorienses o más modernos, con estribillos melódico y de voz limpia. Contraste de luz y oscuridad, en las que también se entrelazan. Está bien, al menos para mi gusto, que estos estribillos no suenan azucarados y están en sintonía con el sonido.
Con «Ametsen taupadak», continuamos con la feliz sensación de estar escuchando música que bebe de Sepultura y Fear Factory. Esta es de ritmo más «machacón», de los que se te meten en la cabeza siguiendo el ritmo. Otra vez nos demuestran su fuerza y su melodía en sus estribillos, esta vez, incluso más core. Seguimos con «Ahazturantz», en la que tenemos la participación de Iñi (Childrain). En esta ocasión tenemos dos voces rabiosas en contraste con la de Oiñaz. El tema tiende más a lo alternativo y con un punto nu metal. Tiene un break muy bueno de tintes reivindicativos para acabar con groove del bueno y ritmos con sonidos melódicos y sincopados en un muy buen bucle final.
Y terminamos con «Gauaren itzakak». Aquí continúan demostrando su solidez como banda, con un sonido muy compacto. Hay unos guitarreos en los estribillos, muy de sonido de death melódico de la escuela sueca. Aunque el tema es muy del estilo que me encanta, (para no estar repitiendo groove constantemente, jaja, sí, lo sé, al final lo he dicho), en la mitad del tema nos meten otro break de corte metalcore muy actual, con breakdowns característicos. Y aquí acaba mi reseña. Como he dicho, me quedo con ganas de más y de escuchar más de su sonido compacto y esto es bueno. Darle un buen repaso a este fantástico trabajo de Herra. Para mi gusto, está en ese punto que no es un sonido del todo clásico, pero tampoco se pasa de moderno, y a mí, me encanta.
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.