Heyoka’s Mirror – The Uninvited King

Para situar el nacimiento de la banda que hoy nos ocupa, tenemos que rebobinar un poco en el tiempo, hasta 2015, año en el que Andrew Balboa y Omar Sultan se unen y dan vida a Heyoka’s Mirror. Desde 2017 han contado con la colaboración de músicos cercanos y de sesión para ir publicando unos pocos singles y un EP, dando pistas de la calidad compositiva que se nos venía encima, y ahora que han publicado su primer larga duración, lo han corroborado. Aunque la base del álbum es el rock progresivo, el grupo bebe de incontables fuentes, y en un mismo tema pueden hacerte recordar a bandas tan distintas como Rush y System of a Down. Para no explayarme demasiado, resumiré la esencia del grupo en una frase: hacen lo que les da la real gana. Y lo hacen de maravilla, haciendo de cada composición una auténtica montaña rusa en la que no sabes cuál será el siguiente giro.

La bienvenida nos la da “The light within”, una introducción que nos puede hacer pensar que lo que tenemos por delante es un disco de power metal, pero nada más lejos. Entran del todo en harina con la melódica “Heavy rain”, en la que ya queda al descubierto totalmente la originalidad y flexibilidad de la formación, consiguiendo unificar todo tipo de sonidos de distintas épocas en apenas siete minutos.

No cesan los bandazos en “Shadow man”, donde las guitarras más pesadas y metaleras comparten mesa con un estribillo más genuinamente progresivo, rematando el tema con una embestida brutal, que se empalma perfectamente con la entrada de “The darkness within”, al más puro estilo Slipknot, que va acercándose a un tono más industrial según avanza, para retomar el metal más contundente cuando lo creen oportuno y volver a desviarse sin avisar, marcándose una segunda mitad de tema impresionante, en la que no sabes ni por dónde te han venido los golpes.

“Asylum” entra a medio camino entre el rock más clásico y la banda sonora de videojuego, decantándose rápidamente por lo primero. El tema, que ya presentaron el año pasado, está compuesto con toda la intención de crear un ambiente envolvente, jugando de nuevo al despiste y metiendo un pasaje con innegables influencias del blues cuando menos te lo esperas. Una composición instrumental en la que tienen cabida todo tipo de armonías.

También publicada en 2020 como single, “Deal with the devil” se presenta oscura y tétrica, y nuevamente quieren (y logran) cargar el tema de un ambiente propio, en parte gracias a la armónica, que hace un pequeño cameo.

Un suave piano se encarga de la intro a “King of deception”, a la que sigue una avalancha de metalcore, otra vez acompañado de un estribillo totalmente hipnótico, y donde los sonidos sintetizados cobran especial protagonismo.

La última arremetida nos viene con “Celebration of light”, un oasis de calma tras tanto frenesí, rematado por un final con tintes épicos que sirve como guinda a un pastel que no dejará indiferente a nadie.

Imposibles de encasillar, estos canadienses se han sacado de la manga una maravilla que demuestra, una vez más, que en el mundo del rock todavía queda mucho por decir.

Puti Allin

Melómano empedernido desde la más tierna infancia (lo de tierna es un decir). Todo lo demás que haya que contar, lo contaré sin problema en presencia de mi camarero.