Aprovechando que hoy, 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de las Mujeres, no queríamos dejar pasar la oportunidad de hincarle el diente a un himno creado e interpretado por mujeres con un mensaje tan vital como transversal: la celebración de las múltiples facetas que las personas poseemos dentro. Y no, no te dejes engañar por la traducción literal de su título (zorra) y sus connotaciones negativas, que los tiros no van por ahí en absoluto. Tras “Bitch” hay una bonita y sencilla historia con la que cualquier ser humano, no tan solo las mujeres, va a poder identificarse y empatizar… El porqué se relata desde la perspectiva femenina tiene mucho que ver con la autoexigencia con la que la mayoría de nosotras, mujeres, nos castigamos, a causa de esa falsa creencia de que podemos con todo. No, eso no es así, a veces nos quebramos y no pasa nada, está bien, al fin y al cabo, tan solo somos seres humanos. Son en esos momentos donde aflora nuestro lado más bitch, entendiendo como tal nuestro lado más oscuro, el que hace que a veces nos comportemos de manera injusta con las personas que nos rodean sin ser ellas responsables de ese estado de ánimo nuestro. Pero es que la vida es así, y de eso va esta canción, cada ser humano es un pack compuesto por múltiples caras, imposible disociar las unas de las otras y para aquellos que se queden cerca de ti… paciencia en esos momentos duros. Si hay respeto y comprensión, ¡lo superaréis! Hay que querernos tal y como somos, con nuestros claroscuros y altibajos…
Puestos ya en situación, vamos a por la historia que se esconde tras “Bitch”. La compositora americana Shelly Peiken es la persona que dio con la idea del tema a raíz de un sentimiento de frustración que venía arrastrando de lejos. Tras 10 años de participar en composiciones de reconocidos artistas, nunca había conseguido un gran hit que le diera el reconocimiento que esperaba. Nos podemos hacer una idea que cómo todas esas desilusiones acabaron minando la relación con su pareja hasta que, un día en que estaba especialmente sensible por cuestiones hormonales y a punto de estallar, se dio cuenta de que, aunque se estaba comportando de esa manera tan bitch con él, no se lo tenía en cuenta: he loves me even when I can be such a bitch (me quiere incluso cuando puedo ser una zorra). Parece ser que se trataba de amor verdadero y la historia entre ellos dos acabó bien.
Por otro lado, en esa época Shelly Peiken se encontraba componiendo para Meredith Brooks y le hizo partícipe de su idea y de su historia. Ambas se reunieron en la casa de Shelly y co-compusieron el tema a medias en un solo día. Para Meredith su significado tiene que ver con la aceptación de un@ mism@ y ello pasa por admitir que a veces también podemos ser un poco bitch, utilizando el término de una manera cariñosa tratando de eliminar las connotaciones negativas que habitualmente se asocian a él. Al menos ésta era su idea inicial y descubriremos que sí, que en el año 1997, momento en que apareció este tema, incluido en el segundo trabajo de Meredith Brook llamado Blurring the Edges, la sociedad estaba lo suficientemente madura como para profundizar en el sentido de las palabras e ir un poco más allá de la superficialidad de las mismas.
«I don’t think there’s anything wrong with having «a mood». I don’t think we all need to keep the mask on all the time / No creo que pase nada por no estar de humor. No creo que sea necesario llevar una máscara todo el tiempo.»
Como era de esperar, en un principio la discográfica Capitol Records valoró la idea de censurar el tema, pero sus compositoras fueron persuasivas y “Bitch” fue finalmente lanzado como sencillo el 25 de marzo de 1997, consiguiendo un gran éxito en listas. Shelly Peiken respiró tranquila, pues, por fin, había logrado un hit. Curiosamente, después de éste, entró en racha y consiguió varios más con Christina Aguilera, Brandy o Jessie J.
De todas maneras, el tema se estuvo promocionando al principio bajo el título alternativo “Nothing in Between”, que más tarde derivó en “Bitch (Nothing in Between)”, para acabar finalmente siendo acortado a tan solo “Bitch”. Vamos, que la aceptación del término fue gradual hasta conseguir que nadie se escandalizara demasiado con él al entender su verdadero significado dentro del contexto de la canción en cuestión. Tal y como Meredith Brook afirmó en su día en una entrevista, el tema dio en la diana de lo que perseguía:
«‘Bitch’ achieved its intended purpose of being a celebration of Everywoman’s multiple psyches / ‘Bitch’ consiguió su propósito buscado de ser una celebración de las múltiples psiques de todas las mujeres.»
La letra y su sentido
Como comentábamos al inicio, las frustraciones profesionales de Shelly Peiken fueron el punto de partida que originó la letra. En su primera estrofa, la protagonista nos habla de que, a pesar de sentirse mal, su pareja la ve con buenos ojos:
«I hate the world today / Hoy odio el mundo
You’re so good to me, I know, but I can’t change / Eres tan bueno conmigo, lo sé, pero no puedo cambiar
Tried to tell you but you look at me like maybe / Intenté decírtelo pero me miras como si quizás
I’m an angel underneath / Yo fuera un ángel
Innocent and sweet / Inocente y dulce»
En esta segunda estrofa, nuestra protagonista muestra su faceta sensible y afirma que puede entender que su pareja esté confundida ante sus diversos estados anímicos:
«Yesterday I cried / Ayer lloré
You must have been relieved to see the softer side / Debes de haberte sentido aliviado al ver mi lado sensible
I can understand how you’d be so confused / Puedo entender cómo has estado tan confundido
I don’t envy you / No te envidio
I’m a little bit of everything all rolled into one / Soy un poco de todo, todo en una»
Le llega el turno al turno al estribillo, y he aquí la clave que le da el sentido conceptual a todo. Bitch tan solo aparece una vez en él por el simple y claro hecho de que, en realidad, no es lo más importante, sino una faceta más de la personalidad de cada uno de nosotr@s. A modo de contradicciones, se nos presentan distintas cualidades/estados de la protagonista, que acaba concluyendo no sentirse en absoluto en ningún punto intermedio, dejándonos entrever que ciertos aspectos antagónicos pueden convivir dentro de una misma persona.
«I’m a bitch, I’m a lover / Soy una zorra, soy una amante
I’m a child, I’m a mother / Soy una hija, soy una madre
I’m a sinner, I’m a saint / Soy una pecadora, soy una santa
I do not feel ashamed / No me siento avergonzada
I’m your Hell, I’m your dream / Soy tu infierno, soy tu sueño
I’m nothing in between / No soy nada entre medias
You know you wouldn’t want it any other way / Sabes que no lo querrías de otra manera»
En la siguiente estrofa nuestra protagonista pide comprensión a su pareja por sus estados de ánimo cambiantes, que pueden virar de un día para otro:
«So take me as I am / Así que tómame como soy
This may mean you’ll have to be a stronger man / Puede que signique que tendrás que ser un hombre más fuerte
Rest assured that when I start to make you nervous / Estáte seguro que cuando empiece a ponerte nervioso
And I’m going to extremes / Y me vaya a los extremos
Tomorrow I will change and today won’t mean a thing / Mañana cambiaré y hoy no significará nada»
Se repite el estribillo a imagen y semejanza del anterior:
«I’m a bitch, I’m a lover / Soy una zorra, soy una amate
I’m a child, I’m a mother / Soy una hija, soy una madre
I’m a sinner, I’m a saint / Soy una pecadora, soy una santa
I do not feel ashamed / No me siento avergonzada
I’m your Hell, I’m your dream / Soy tu infierno, soy tu sueño
I’m nothing in between / No soy nada entre medias
You know you wouldn’t want it any other way / Sabes que no lo querrías de otra manera»
Durante el puente, se vuelve a incidir sobre el tema de los cambios anímicos y se valora el hecho de que la otra persona los respete:
«Just when you think you got me figured out / Justo cuando piensas que me conoces
The season’s already changing / Cambia la estación
I think it’s cool, you do what you do / Me parece genial, que hagas lo que haces
And don’t try to save me / Y no intentes salvarme»
Continuamos con el mismo estribillo que ya hemos escuchado en un par de ocasiones:
«I’m a bitch, I’m a lover / Soy una zorra, soy una amate
I’m a child, I’m a mother / Soy una hija, soy una madre
I’m a sinner, I’m a saint / Soy una pecadora, soy una santa
I do not feel ashamed / No me siento avergonzada
I’m your Hell, I’m your dream / Soy tu infierno, soy tu sueño
I’m nothing in between / No soy nada entre medias
You know you wouldn’t want it any other way / Sabes que no lo querrías de otra manera»
Y ya para acabar, aparece un último estribillo que contiene variaciones letrísticas sobre los anteriores, partiendo de la misma estructura. Nuestra protagonista, una vez aceptada su personalidad cambiante, se desinhibe del todo y empieza a sentirse más viva que nunca:
«I’m a bitch, I’m a tease / Soy una zorra, soy un engaño
I’m a goddess on my knees / Soy una diosa arrodillada
When you hurt, when you suffer / Cuando hieres, cuando sufres
I’m your angel undercover / Soy tu ángel disfrazado
I’ve been numb, I’m revived / He estado adormecida, me siento revivida
Can’t say I’m not alive / No puedo decir que no esté viva
You know I wouldn’t want it any other way / Sabes que no lo querría de otra manera»
El verdadero poder de este himno
“Bitch”, a mi entender, entra en la categoría de un himno gracias a su mensaje y a la manera desenfadada en que lo trasmite. Aun tratando cuestiones trascendentes, no se tira de recursos musicales sobrios. Hay más bien una celebración de la vida, que se percibe sobre todo gracias a unos estribillos enérgicos y alegres que nos invitan a tararearlos y que se repiten también en diversas ocasiones con la misma idea, que nos unamos a ellos más antes que después. Es esa vuelta de tuerca del último estribillo, ese empoderamiento surgido de la aceptación de tu personalidad, el que nos acaba de llegar y convencer, porque en el fondo, nos gustan las historias con final feliz y ésta es una de ellas. El hecho de que como seres humanos nos veamos reflejados en la letra de esta canción, consigue que nos identifiquemos con ella de manera inmediata y perdamos el miedo a proclamar, que, sin duda, podemos llegar a ser un/una bitch y no sentirnos mal por ello.
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!